Sr. Alcalde, Concejales de las diferentes fuerzas políticas que integran este Consistorio, Manolito, esposa y familia, vecinos y demás personas que un día como hoy, 9 de agosto, nos acompañáis en este Acto, a todos: ¡Buenos Días!
Mis primeras palabras - en este Salón de Plenos, donde reside
la Soberanía popular y que ha sido y es testigo de los acontecimientos más
importantes y decisivos de este concejo - son de AGRADECIMIENTO, de GRATITUD,
ya que gracias a todos vosotros, a vuestra comprensión y apoyo hoy se hace
realidad una propuesta que quien os habla presentó por Registro en Lugones, el
pasado 30 de julio de 2015, hace poco más de un año, y esto es algo que quiero subrayar y destacar
antes que me introduzca en el mundo del recuerdo para evocar un Lugones que perdura y
vive en la memoria de muchos de
nosotros, y que ha condicionado y sigue condicionando la identidad de esta
parroquia y de sus vecinos, a uno de los
cuales tenemos hoy la dicha de honrar.
Mi propuesta, mi petición, serían solo meras palabras, meras intenciones, si no viniesen
acompañadas por los hechos, por los afectos y por el sentir si no todos, de casi todos los vecinos de Lugones, de Siero
y de todo aquel que haya tenido y tenga la oportunidad de conocer y tratar al
homenajeado. Y es que la trayectoria de
don Manuel Antonio Fernández Älvarez,
Manolito el Pegu como le
conocemos todos, habla por sí sola, pues creo que en la historia de las fiestas
y romerías de Siero, de Asturias pocas
personas pueden presentar un palmarés, una biografía, una entrega como la tuya,
que llevas involucrado en las Fiestas del Carbayu o Virgen del Buen Suceso - permíteme
la exageración- desde que naciste un 4 de agosto de 1938 hasta la actualidad,
ya como socio, ya como directivo, casi y sin casi son 78 años . Con ser
importante esto que estoy diciendo sé que no sería justo si omitiera otros
muchos méritos que adornan tu persona , especialmente
el de estar siempre disponible para todos y hacer de tu parroquia, de tu
Lugones del alma un lugar agradable, confortable, humano y solidario, y de ello
hay abundantes pruebas como constan en mi escrito. No hace mucho , después
de una delicada intervención quirúrgica, me decías que tu mejor lugar de
vacaciones, donde mejor te encontrabas era y es en el Carbayu (Lugones).
Al inicio de mi intervención os dije que iba a introducirme
en el mundo del recuerdo, en aquel Lugones de los años 60 y 70, en la llamada,
por algunos analistas, década prodigiosa. En aquel Lugones de entonces nos
conocíamos todos, ya viviésemos en el Resbalón, en Paredes , en el Carbayu, en
la carretera de Viella o en el Cruce
Nuevo, como yo, donde lo que hoy es inicio de la Avenida Gijón, poco más allá
del Cruce Nuevo, estaba la tienda de Cesáreo y Nedina, y en la parte trasera
había un amplio patio donde se colocaban pilas de tablones de madera, alineados
de forma cuadrangular y que sus esquinas, a modo de escalera, permitían el
ascenso a su cima y deslizarse en el interior para ocultarse de los supuestos
adversarios o perseguidores. Esta madera pertenecía a un taller de carpintería
que regentaba los hermanos Carril, Pepe (Pepe la Torre como se le conoce) y su
hermano Lolo, ya fallecido. En ese mismo patio había una cuadra alta y estrecha
donde las lecheras que venían de Santa Rosa, Pruvia y alrededores dejaban sus caballerías para coger el tranvía
o autobús e irse a Oviedo, y desde el techo del mismo , en las peleas entre
indios y vaqueros, americanos o alemanes, saltaban los aguerridos niños de la
época al prau o huerta de Crisanto, para demostrar valentía, coraje
¡Afortunadamente nunca hubo heridos!
En ese taller de carpintería de los hermanos Carril conocí ,
siendo yo muy niño, a una persona ágil, delgada, no muy alta, simpática,
enamorada de su oficio y que de todo hacía broma. Y ese era y es Manolito. Allí, a los 15 años, empezaste
tu andadura como artesano de la madera, carpintero, ebanista. No voy a entrar
en las diferencias entre ambas, en aquel entonces no había tantas
especialidades como hoy. Uno era profesional al completo. Sabía de todo. Desde
entonces hasta acá han sido muchos los muebles que han salido de tu banco, de
tu taller, pero donde tu genio se revela con más fuerza y altura es en el Museo de la
Romería , tu gran obra, que aúna creatividad, técnica, perseverancia. Y a estos
ingredientes hay que sumar la admiración
que sentías y aún sientes por tu abuelo, Fundador y Presidente de las Fiestas
del Carbayu allá por 1925. Veneración y respeto que se aprecia cuando pronuncias su nombre o narras una anécdota o una
vivencia suya. Admiración que te motivó a
seguir su tarea en la Cofradía y si esto no fuera poco, inmortalizar la Romería
en madera, con la pretensión de parar el tiempo y dejar testimonio para las
generaciones venideras. Eres, Manolito, artista de una sola obra ,
pero enorme , continúa, inacabable. Obra que se enriquece de año en año, y que
dese 1960 hasta la actualidad ha ido dando frutos y seguirá haciéndolo para deleite de todos, pues quien la visita
tiene la sorpresa y el asombro garantizado, pues tu cabeza, tu ingenio no para,
no descansa y siempre al servicio de la Romería. Eres el artesano de la Romería
, con mayúsculas. Siempre que habló de
la ilusión y esfuerzo que has dedicado
para que el Museo de la Romería sea una
realidad que prestigia a todos, me viene a la cabeza el nombre de Justo Gallego Martínez, vecino
de Mejorada del Campo (Madrid) que como tú,
desde 1961 lleva toda su vida entregado a construir un sueño, en su caso
,una catedral , y su cúpula ya alcanza los cuarenta metros. Tú , Manolito, llevas algo más tiempo que él,
dedicado a inmortalizar la Romería del Carbayu, del año 1952, última fiesta que
contó con la presencia de tu abuelo vivo. Hoy esa obra titánica no hace más que
crecer y tu maqueta aumenta, sobresale, desborda, pide más campo, más amplitud,
más de todo....
En aquel pequeño
taller de carpintería conocí a Beto, Agustín y Ángel(hermanos de Ordoño), los gemelos de Villapérez (Paco y Quique) y otras personas cuyo nombres
se me olvidan. Allí se forjaron grandes profesionales y allí basculábamos los
críos de entonces nuestras fantasías, nuestras travesuras, nuestras
inquietudes; allí se mezclaban el runrún de las máquinas, las risas, los
chistes, las bromas de Manolito y las
muecas y cambios de voz de Agustín, que nos confundía antes de lanzar su sonora
carcajada. En aquel taller y en tiempos que los bocadillos de anchoas costaban
a dos pesetas se forjó este maestro de la madera y excelente vecino, Manolito
el Pegu, que en una de esas conversaciones informales me dijo que ser
carpintero era el sueño de su vida, sueño que aún perdura ,aunque ahora para
recrear los pupitres de las aulas de doña María Luisa, Don José o Don Víctor
y otros docentes de entonces…
Hoy ,amigos, podemos
cantar con esa fuerza que da la alegría , aquella canción de infancia
que decía : “Gui,Gui,Gui, los de Lugones, los de Lugones…Gui,Gui,Gui, los de
Lugones estamos aquí …Unos beben vino, otros aguardiente y los de Lugones agua
de la fuente “ y es que la Virgen del Buen
Suceso, patrona de las Fiestas del Carbayu , en este año 2016 nos trae un “buen
suceso”, y es que el Pleno del Ayuntamiento de Siero, de fecha 7 de abril de
2016, ha tenido a bien, y por unanimidad, conceder la Medalla de Oro del
Ayuntamiento de Siero 2016 a Don Manuel Fernández Älvarez, para todos Manolito
el Pegu.
Hace un tiempo la poetisa Gloria Fuertes le preguntaba a un
carpintero:
¿Dónde vas carpintero
tan de mañana?
Yo me marcho a la guerra
para pararla…
Yo, un 9 de agosto de 2016 - festividad de Santa Ediht Stein, filósofa
alemana, carmelita, mártir, fallecida en Auschwit en 1942- , en este Salón de Plenos te preguntó
Manolito:
¿Dónde vas Manolito
con tu Museo?
A celebrar la fiesta
y parar el tiempo….
¿con qué herramientas?
Ingenio, banco, serrucho, garlopa, formón, gubia …y la
memoria del Abuelo…
Muchas gracias Manolito por tus muchos desvelos y que este
merecido galardón que hoy recibes sirva para atenuar la deuda impagable que
tenemos contigo.
¡Enhorabuena!
José
Antonio Noval Cueto.
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