“Pacto por el progreso…”
Estas palabras no son nuevas y seguro que han repicado en tus oídos hace algunas
décadas, concretamente a mediados de los 70 e inicios de la Transición al
firmar los llamados Acuerdos o Pactos de la Moncloa, hace ya más de cuarenta
años. Eran los tiempos del diálogo, del consenso, de la búsqueda colectiva de
una mejoría, de un bienestar y especialmente de una óptima convivencia entre
todos, con sus dificultades, que las hubo, con sus tensiones, que las hubo y
con sus muertos, que por desgracia también hubo, pero eran tiempos en que todas
las fuerzas política evitaban la incomunicación, el aislamiento , el destierro,
algo que desde principios de los años 2.000 es una constante en la vida
española, así recordemos el bochornoso pacto del Tinell o el todos contra el PP y las consecuencias del mismo o el bloqueo actual que atenta contra más
elemental sentido común en busca de un pírrico beneficio personal o de mera
supervivencia política, sin medir las consecuencias nefastas que acarrea la
situación para todos.
En tan poco tiempo y a pesar de vivir una de las etapas más florecientes de la vida
española, hemos pasado de la democracia orgánica a la democracia representativa
y últimamente ha tomado la palabra la llamada democracia participativa, aireada
recientemente en la fallida sesión de investidura fallida de Don Mariano Rajoy por los políticos catalanes cuando la ley que nos hemos dotado entre todos
no se ajusta a sus deseos y ambiciones.
Creo que ha llegado el momento de recordar la importancia de
la Ley y de su obligado cumplimiento, y esto que es tan elemental para todo
vecino, con mayor motivo debe ser de mayor exigencia para todo responsable
público, que si de algo deben blasonar es de vivir en un Estado de Derecho
donde la ley es nuestra norma de convivencia básica.
Ahora que tanto se cita y elogia a Adolfo
Suárez sería bueno reactivar los pactos
de progreso, los pactos de la Moncloa, para que la marca España coja el ritmo y
velocidad que todos deseamos. En épocas de contaminación acústica, visual ,
ambiental y lingüística ha llegado el momento de devolver a la palabra “progreso”
su verdadero significado y al hilo de esto yo me pregunto si habrá algo más
progresista que garantizar el sustento de las familias, el futuro de los
jóvenes y la protección de los mayores , creo que no, pero para ello
necesitamos un gobierno responsable con Ministerio de Defensa, y en esto ya
llevamos nueve meses y no se ve.
Hace unos días, desde Cuba nos llegaba la noticia del acuerdo
de paz entre el gobierno colombiano y las FAR,
y uno de sus dirigentes, Don
Rodrigo Londoño , alias “Timokenko”, en el acuerdo suscrito en La Habana dijo:” Las rivalidades y rencores
deben quedar en el pasado. Hoy más que nunca lamentamos tanta muerte y dolor
por la guerra…Se acabó la guerra, convivamos como hermanos y hermanas…” Idéntico compromiso hemos suscrito nosotros
en las elecciones de 15 de junio de 1975, nuestras primeras elecciones después
de la Guerra Civil. ¿Quién ha incumplido o quiere incumplir lo votado?
José
Antonio Noval Cueto
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