Si a lo largo de este año 2017, con motivo del centenario de
las apariciones de Fátima he hablado del Corazón Inmaculado de María, no es de
sorprender que tal día como hoy festividad de la Inmaculada Concepción me vea en la
obligación de escribir unas letras y más
después que la Virgen María, se apareciese
en Lourdes a una niña, de nombre Bernardette Soubirous un 8 de diciembre de 1858, con unas
escuetas y precisas palabras : “Yo soy la Inmaculada Concepción”, cuatro
años después que el Papa Pío IX proclamase el Dogma de la Inmaculada Concepción
un 8 de diciembre de 1854 . No hace
mucho en esta misma columna recordaba la vinculación que tuvo la Inmaculada en
los hechos históricos recientes que han marcado la historia europea, especialmente
la rusa, así un 8 de diciembre de 1991 se extinguía la Unión Soviética.
Que la Inmaculada está impresa en la vida española nos lo
recuerdan las muchas cofradías que tuvo en España, la más antigua en Gerona, de
fecha 1.330. Los muchos poetas que la han cantado como Leopoldo Panero, Miguel Hernández o el padre Martín Descalzo.
Los muchos artistas que la han pintado desde Zurbarán , José de Ribera, El Greco, Juan de Valdés Leal... Las muchas
ciudades que tal día como hoy la veneran, así Torrevieja(Alicante), ciudad
hermanada con Pola de Siero, Orihuela, La
Línea de la Concepción y otras muchas. Los muchos acontecimientos históricos
que la han convertido en protagonista , así la célebre batalla de Empel
(Alemania), donde las tropas españolas obtienen una milagrosa victoria sobre el
almirante Holak después que estaban cercados y agotados, gracias a que un soldado
español encuentra entre el barro una tabla flamenca con la imagen de la
Inmaculada. Desde entonces es Patrona de la Infantería y acuartelamientos como el sierense Cabo Noval
la celebran y conmemoran como se merece un día como hoy. De la importancia de la Inmaculada en la vida europea
de estos últimos tiempos habla el nombre de San Maximiliano Kolbe, fundador de
la ciudad de la Inmaculada en Nepokalanow (Polonia) y la revista “El caballero
de la Inmaculada”.
La vida nos lleva tan
deprisa que ni las palabras significan, ni los hechos perduran, y , a veces,
tiene que ser el amigo de infancia , el compañero de trabajo o el vecino quien nos diga “ te acuerdas de…”,
y es que la proximidad de la fiesta de la Constitución y de la Inmaculada hace
que pensemos más en el largo y potente puente, próximo a Navidad, que en el
significado e importancia de la Inmaculada, la sin pecado, la elegida por Dios
antes que nada, según palabras del poeta Miguel Hernández, y más en tiempos donde todo
vale y la culpa, si surge, siempre es de los demás, de las circunstancias, de las estructuras, o
dicho en castizo, soltera, y es que a veces, por desgracia, el ritmo de vida
que llevamos nos impide pensar, planificar .
No viene mal que tal día como hoy, a pesar de la
contaminación, del incremento del recibo de la luz, de la avispa asesina y de
la sinrazón catalana, cada uno asuma sus obligaciones, sus responsabilidades y
sepa que su aportación personal puede contribuir al bienestar de todos y que entre
todos podemos construir una sociedad más humana, más fraterna – muchos pocos
hacemos mucho- . Ya va siendo hora de asumir responsabilidades personales y no
protegerse en la colectividad, en la masa.
La Inmaculada, la sin pecado, viene a decirnos que el mal
existe, que hay culpa personal por muy
duras y adversas que sean las circunstancias, que de esa cuota de responsabilidad no se nos exime ,
no se nos otorga inmunidad. Y hoy su corazón inmaculado- en palabras del papa
Francisco- nos pide que acudamos a ella,
que no dejemos el alma clavada en la
Plaza del suspiro: CONVERTÍOS.
José Antonio Noval Cueto.
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