viernes, 8 de diciembre de 2017

“No dejemos el alma clavada en la plaza del suspiro…”


Si a lo largo de este año 2017, con motivo del centenario de las apariciones de Fátima he hablado del Corazón Inmaculado de María, no es de sorprender que tal día como hoy festividad  de la Inmaculada Concepción me vea en la obligación de escribir unas letras  y más después que la  Virgen María, se apareciese en Lourdes a una niña, de nombre Bernardette  Soubirous un 8 de diciembre de 1858, con unas escuetas y precisas palabras : “Yo soy la Inmaculada Concepción”,   cuatro años después que el Papa Pío IX proclamase el Dogma de la Inmaculada Concepción un 8 de diciembre de 1854 . No  hace mucho en esta misma columna recordaba la vinculación que tuvo la Inmaculada en los hechos históricos recientes que han marcado la historia europea, especialmente la rusa, así un 8 de diciembre de 1991 se extinguía la Unión Soviética.

Que la Inmaculada está impresa en la vida española nos lo recuerdan las muchas cofradías que tuvo en España, la más antigua en Gerona, de fecha 1.330. Los muchos poetas que la han cantado como  Leopoldo Panero,  Miguel Hernández o el padre Martín Descalzo. Los muchos artistas que la han pintado desde Zurbarán , José de Ribera,  El Greco, Juan de Valdés Leal... Las muchas ciudades que tal día como hoy la veneran, así Torrevieja(Alicante), ciudad hermanada con Pola de Siero,  Orihuela, La Línea de la Concepción y otras muchas. Los muchos acontecimientos históricos que la han convertido en protagonista , así la célebre batalla de Empel (Alemania), donde las tropas españolas obtienen una milagrosa victoria sobre el almirante Holak después que estaban cercados y agotados, gracias a que un soldado español encuentra entre el barro una tabla flamenca con la imagen de la Inmaculada. Desde entonces es Patrona de la Infantería y  acuartelamientos como el sierense Cabo Noval la celebran y conmemoran como se merece un día como hoy. De  la importancia de la Inmaculada en la vida europea de estos últimos tiempos habla el nombre de San Maximiliano Kolbe, fundador de la ciudad de la Inmaculada en Nepokalanow (Polonia) y la revista “El caballero de la Inmaculada”.

 La vida nos lleva tan deprisa que ni las palabras significan, ni los hechos perduran, y , a veces, tiene que ser el amigo de infancia , el compañero de trabajo  o el vecino quien nos diga “ te acuerdas de…”, y es que la proximidad de la fiesta de la Constitución y de la Inmaculada hace que pensemos más en el largo y potente puente, próximo a Navidad, que en el significado e importancia de la Inmaculada, la sin pecado, la elegida por Dios antes que nada, según palabras del poeta  Miguel Hernández, y más en tiempos donde todo vale y la culpa, si surge, siempre es de los demás,  de las circunstancias, de las estructuras, o dicho en castizo, soltera, y es que a veces, por desgracia, el ritmo de vida que llevamos nos impide pensar, planificar .

No viene mal que tal día como hoy, a pesar de la contaminación, del incremento del recibo de la luz, de la avispa asesina y de la sinrazón catalana, cada uno asuma sus obligaciones, sus responsabilidades y sepa que su aportación personal puede contribuir al bienestar de todos y que entre todos podemos construir una sociedad más humana, más fraterna – muchos pocos hacemos mucho- . Ya va siendo hora de asumir responsabilidades personales y no protegerse en la colectividad, en la masa.

La Inmaculada, la sin pecado, viene a decirnos que el mal existe, que hay culpa personal  por muy duras y adversas que sean las circunstancias, que de  esa cuota de responsabilidad no se nos exime , no se nos otorga inmunidad. Y hoy su corazón inmaculado- en palabras del papa Francisco-  nos pide que acudamos a ella, que no dejemos el  alma clavada en la Plaza del suspiro: CONVERTÍOS.


                                        José Antonio Noval Cueto.


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