En plena juventud la cita apalabrada – no teníamos móvil para
justificar retrasos o ausencias – nos obligaba a limpiar bien los zapatos,
escoger la corbata más bonita y usar una buena colonia, agua, espejo y peine
… y demás cosas para causar buena impresión. Estaba mucho en juego: ilusión,
lealtad, orgullo. La inquietud , la duda
nos corroía. Vendrá o no vendrá. Cuando
aparecía, uno respiraba, que alegría, que satisfacción. Eva ha cumplido.
Pero no es una cita amorosa la que me obliga a escribir estas
letras , y digo lo de escribir porque desde que lo hago, tengo un compromiso de
conciencia con vosotros que me lleva a transmitiros lo que me preocupa y que
considero obligación comunicároslo, lo que no quiere decir que siempre
esté acertado, pero lo que sí afirmo es que no hay voluntad de engaño, para eso
que no cuenten conmigo.
En esta ocasión lo que me lleva a escribir es una cita
libresca que me encontré cuando menos lo esperaba y que justificó mi pesca del
día, pues entre mis profesiones está la de buscador de noticias, de aquellas
que te marcan, que te impresionan, ya
sea por su originalidad, por lo inaudita
de la misma o por su sabiduría y acierto,
sin que medien muchas explicaciones.
Su autor es un hombre con predicamento en el mundo cultural,
de profesión cineasta y de nombre Orson Welles que en el libro titulado “Caza
de brujas en Hollywood”, del autor Roman Gubern”, hace unas afirmaciones que
son las que motivan estas letras y que a continuación transcribo: “Lo malo de
la izquierda americana es que traicionó por salvar sus piscinas – yo no soy
partidario de simplificar el mundo sólo en izquierdas y derechas, creo que hay
más divisiones, y siempre como ingrediente básico la persona…- . Las izquierdas
no fueron destruidas por McCarty, fueron ellas mismas las que se demolieron…”.
A partir de ese momento se encendió una luz en mi cabeza y es
que al fin creo que he encontrado respuesta a una pregunta que me llevó
haciendo desde el pasado mes de mayo, antes de la moción de censura a Rajoy, y
todo ello a raíz de que se publicase en la prensa, con fecha 16 de mayo que el
líder de Podemos, Pablo Iglesias, y su
esposa Irene Montero se comprasen un cómodo chalet, con piscina incluida, en la Urbanización La Malata, de Galapagar.
Desde el primer momento vi intencionalidad en el hecho. Me sorprendía que un
dirigente política, como Pablo, cayese en el error de evidenciar su
incoherencia, cuando antes toda su soflama política se basaba austeridad y apoyo para los más necesitados
como chico de barrio que es, y para más inri de Vallecas, y denunciar las
muestras de derroche o de exceso de otros dirigentes del arco parlamentario.
Desde el primer momento vi que no había error ni negligencia
de ambos dirigentes, sino una intencionalidad, un santo y seña que después los
hechos evidenciarían o al menos así pienso yo, y más a raíz de las palabras de
Orson. Vaya de antemano que nunca me ha
importado en que gasta su dinero el vecino de al lado y si tiene mucho o poco.
Cada uno hace de su dinero lo que le apetece. Unos van de vacaciones a Bora
Bora, otros a Benidorm y otros a la playa de Gijón ; otros tienen su segunda casa en la Sierra, en Torrevieja o
en el pueblo de sus padres; y lo mismo con el tipo de coche, restaurantes y
aficiones. La única condición que pongo es que lo gane honestamente.
Hechas estas matizaciones voy
a dejar que los hechos encadenen las sospechas y conclusiones por sí
solas. Como os decía el pasado 16 de mayo se comunicaba en la prensa que los
dirigentes de Podemos, Pablo Iglesias y Irene Montero, se habían comprado el
chalet con piscina. Montada la polémica, que era buscada, no inesperada, votan
las Bases de la Organización el 27 de mayo,
en un total de 188.176 participantes, de los que el 68’4 votan la
continuidad de sus líderes. Recuerdo que el propio Pablo Iglesias dijo que si no tenía un apoyo del
80% se plantearían renunciar a sus cargos. Antes, concretamente el 25 de mayo,
el PSOE, presenta una Moción de Censura constructiva contra el presidente del
Gobierno Mariano Rajoy, y se empieza a debatir el 31 de mayo, a partir de ahí
todos sabemos el desenlace. ¿Fue el chalet con piscina el santo y seña que
Pedro Sánchez exigió a Pablo Iglesias para empezar la operación derribo y que
no le engañase más?...
La única pregunta que me queda por responder es cuántos votos
va a perder Podemos por toda esta
maquiavélica operación y si está en condiciones de asumirlo. De aquí a que se
convoquen elecciones y manejando la televisión quizás pueda recuperar el
terreno, pero siempre a costa del actual PSOE, no del de siempre. Las muchas
destituciones que se están produciendo
en el ente público, auguran lo peor y justifican las palabras de otro americano, Noam Chomsky,
cuando decía:” La manipulación mediática hace más daño que la bomba atómica,
porque destruye los cerebros”. Esperemos que no se llegue a tanto. Y ya que
hablamos de Televisión Pública, ¿cuándo y cómo se resuelven las deudas que
acumula o aquí no importa?
Podría decir más cosas, pero creo que ya son suficientes para
hoy. Espero que escritas estas palabras comprendáis la importancia que ha
tenido para mí la cita de Orson Welles para resolver el enigma que rondaba mi
cabeza desde el pasado mayo.
José Antonio Noval Cueto
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