La lectura del oportuno trabajo divulgativo realizado por doña
Cristina Huerta Villanueva, a petición de la Asociación de Vecinos de Traspando
con motivo del II Encuentro de Antiguos Alumnos de la Escuela , celebrado el
pasado 22 de setiembre, consta de 65 páginas, con fotos incluidas, y me trasladó al Lugones de mi infancia, a los
años 60, cuando en los bares, después de las comidas y cuando aún no imperaba
mucho la televisión, nuestros mayores se divertían con la baraja o con el
dominó. De la baraja, la típica, la de
siempre, la española, la de Fournier, editada en Vitoria. Se jugaba
principalmente al tute, bien en parejas o bien mano a mano, o sea , uno contra
otro, y también al “subastau”, juego con más capacidad de engaño, que no cifraba
todo en tener o no buen juego: cartas, ases o triunfos. Entre esos aficionados
estaba mi padre, experto e ilusionado jugador, que cuando el juego se le daba
bien, o venían “cartas” como decía él, en el diálogo con su oponente salían de su
boca expresiones muy certeras que evidenciaban su estado de ánimo y que ahora,
mientras escribo, me parece estar oyendo. Así , al acabar un juego muy ajustado,
como si dijéramos por la mínima, solía decir:
-
Santiago,
Emilio, Jesús…un traje a la medida
Y éstos, aún con la duda , le decían:
-
Espera
que cuente, que igual te equivocas.
-
Nooo…–
respondía mi padre- que fui a la escuela de un coxu.
Aclaro que empleo el término “coxu” con la máxima consideración
y respeto… con el único objetivo de recrear unos hechos del pasado.
Han sido muchas las veces que escuche a mi padre tal respuesta
y siempre creí que se trataba de una
muletilla, de una frase hecha, de una ocurrencia, pero ahora, gracias al trabajo realizado por
Cristina, descubro que reflejaba un hecho real, una vivencia suya, que en su más tierna infancia, año 1920, fue
alumno del Don José, el coxu, uno de los primeros maestros de la primera
Escuela Subvencionada del Consejo, ubicada en Traspando. Escuela que surge en 1914 por iniciativa
de las familias que trabajaban en la mina El Toral (Traspando), explotación
perteneciente a Duro Felguera, y gracias
a la donación de la parcela que hace don Robustiano de la Vega. Todo fue posible gracias a la cuota mensual de las
familias y a la subvención de Duro
Felguera y del Ayuntamiento. Hecho que pone
en evidencia la honda preocupación de los vecinos, mineros, por la enseñanza y su difusión como
medio de promoción personal y progreso general, y en una época donde el analfabetismo
alcanzaba casi a la mitad de la
población, concretamente en Siero, en los años 20, era del 43,98 %. Recordemos que
a principios de siglo intelectuales de relieve pedían para solucionar los
problemas de España: “pan y escuelas”, algo que, por desgracia, vuelve a estar de actualidad por la voraz e inhumana
crisis económica que nos azota y por la dejación de funciones que hacemos al
renunciar a la capacidad de pensar, de buscar y defender la verdad , y al
preferir el “tener” al “ser”, auspiciado por la sociedad de consumo. Debe ser
preocupación de todos construir una sociedad más humana y el factor básico para
ello es y será la enseñanza.
De la lectura de este útil documento, donde no falta detalle,
donde se cuida todo: color y foto de portada y contraportada, tipo de papel,
tamaño de la letra, fotos ilustrativos, esquemas, cuadros sinópticos oportunos,
fotocopia de documentos básicos…he sacado algunas conclusiones que me atrevo a
trasladar: La primera , reconocer lo
poco que uno puede conseguir por sí mismo, como nuestra trayectoria personal depende de
muchos factores, pero especialmente de dos básicos: Familia y Colegio, y esto se
hace más evidente aún en el caso de las Escuelas Rurales. En segundo lugar se
constata una vez más aquella frase de Socrates de “solo sé que no sé nada”, y
esta es la sensación que le queda a uno al leer este documento y descubrir cantidad de datos, de anécdotas, de
experiencias que uno desconoce, que no
sabe. Ahora en plena auge de viajes de idiomas a Inglaterra, sorprende que a
mediados del siglo XX, un maestro de la Cigüeta, don Avelino, ya diera clases
de inglés…Hay también testimonios personales desgarradores de una época, la
postguerra, donde la palabra Hambre se deletreaba a diario, o de los juegos colectivos de antaño cuando se
jugaba en la calle. Todo este material ha llegado a nosotros gracias al interés
y trabajo constante de Cristina, que ha
persistido en su labor investigadora, a pesar de las dificultades que tenía la
empresa (falta de documentos…) y humildemente confieso que mereció la pena, que nos ha dado
muchas luces, pero especialmente contribuye a afirmarnos como parroquia, como
pueblo, y eso que desde 2017 no gritan los críos en el patio, no tenemos
escuela . En tercer lugar es obligatorio felicitar a la Asociación de Vecinos
de Traspando por esta iniciativa que una vez más evidencia la sensibilidad que
tienen por todo lo que se refiere a la enseñanza y en concreto a su Escuela, y que corrigen las palabras de
Cervantes cuando decía que el mayor pecado del hombre no era la soberbia, sino
el desagradecimiento.
Por último solo me queda deciros que aunque ya no haya escuela, cada uno de los vecinos de Traspando
y especialmente los alumnos de su Escuela, algunos ya nonagenarios, siguen
siendo escuela viva , errante. Siguen dando ejemplo, y es que todos somos
maestros y discípulos en esta vida. ¡Hagámoslo bien!
José
Antonio Noval Cueto
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