Hace unos días en una céntrica cafetería polesa un grupo de mujeres mostraba su indignación
por la situación que día a día afectaba a conocidas suyas, mujeres trabajadoras, que hacen ímprobos
esfuerzos para compatibilizar su vida familiar y laboral, y que cuando menos lo
esperan se encuentran en situaciones como éstas:
- - -Ayer,
Raquel estaba trabajando, la llamó su jefe y le dijo: “Puedes recoger tus cosas
y desde hoy causas baja en la empresa. Motivo: Baja productividad”. Me la encontré
en el portal llorando.
- - Emilia
– dice otra-, después de quince años de trabajo, estuvo dos meses de baja por
una lesión de espalda, y al incorporarse se encontró con la liquidación.
- - Esto-
responde otra- no hay quien lo pare. Ya no sólo pagan poco y cuando se
acuerdan, sino que nos tratan con menos consideración que a los animales de
carga.
- - ¿Y
esto lo consienten los sindicatos?- pregunta otra. No oigo quejas por la prensa…
- - A
éstos- pienso yo - solo les preocupa que
Oriol Junqueras apoyo a Pedro Sánchez en su investidura. Lo demás son
pequeñeces…
Si a todo esto incorporamos la imagen de los hombres-anuncio,
de los portadores de mercancías en bicicleta o a pie…uno empieza a temblar. ¿Cómo se ha
llegado a esta situación?
Poco después, en plena calle me encontré a mi amiga Marta,
que conocedora de mi afición a la lectura, me preguntó:
- - ¿
Jose , qué libro me compro para Navidad? Cada vez me cuesta más encontrar un
libro que me enganche, que me satisfaga, que me haga sentir la sensación de que
no pierdo el tiempo., y es que entre lo que últimamente se publica hay mucha bazofia.
- - No es fácil recomendar un libro a nadie –
respondo- . Cada uno tiene su propia
sensibilidad, sus gustos, y quizás lo que a mí me gusta, a ti no; no obstante,
desde hace algún tiempo desconfío de las ‘novedades’, pues he sido objeto de
algún que otro timo y desde entonces me refugio o trato al menos de refugiarme
en lo que yo considero valores seguros. En autores clásicos y solventes y en
obras que aún no he leído. Pero aun así
me voy a atrever a dar una respuesta que
quizás colme la demanda social que
exigían un grupo de mujeres en la cafetería donde he tomado un café y también,
como no , tú necesidad de aprovisionarte de buena literatura , y para ello voy
a apoyarme en una autoridad competente, don Leopoldo Alas ‘Clarín’, que en su artículo publicado en 1895 “Amo y criado” o título del último cuento de
Tolstoi nos dice:” Por fortuna, la moda ha traído otra vez estos días a la
actualidad las ideas de Tolstoi…”...Sintetiza su argumento y sus características
y sin proponérselo nos anima a su
lectura´.
Este escrito casi titula igual, con la diferencia que añado “Navidad”,
ya que los Reyes Magos, si el mercado no lo impide, me lo van a hacer llegar en
tiempo y forma. El tema promete: amo y criado, necesidad de Dios…Ya os contaré.
P.D No quisiera concluir sin agradecer a ese
grupo de señoras desconocidas que han tenido y tienen la valentía de
quejarse, de no conformarse y de exigir un mundo más humano, más vivible. Y es que
como bien dicen las palabras pronunciadas en Salinas por el periodista Federico
Balart y recogidas por Clarín en su escrito de fecha 20-IX-1894:” Se van poniendo
las cosas de manera que vamos a tener que encargarnos de la política los no
políticos: todos”
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