sábado, 29 de febrero de 2020

“Las esencias cristianas de Lourdes”




Tenía pendiente dar esta información, sé que la misma Virgen no permitiría mi silencio. Deje pasar unos días para afianzar y organizar el mensaje, y aún ahora, que ya lo estoy escribiendo pido a la Virgen de Lourdes que me ayude a trasladar lo que tengo en mi cabeza, pues no me parece fácil, y más según lo voy escribiendo, pero para la Virgen no hay nada imposible y a ella acudo. Lo dejo en sus manos. Ya me diréis.

Todo lo que voy a decir tiene que ver con una llamada de teléfono y en el momento oportuno – la de mi hija Beatriz- que facilitó, sin contar con ello, la realización de un deseo largo tiempo añorado que no era otro que visitar Lourdes y postrarse ante la Virgen. Así un 20 de febrero - en pleno invierno y nueve días después del aniversario de las apariciones que se conmemora con la dignidad e importancia que se merece todos los 11 de febrero, desde aquel 1858, que la Virgen se apareció por primera vez a Bernardette- a media mañana nos dirigimos hacia la región pirenaica en busca, como supongo hacen casi todos los peregrinos, de afianzar nuestra fe, agradecer las gracias recibidas e implorar que nuestras preocupaciones o dolencias remitan, se atenúen o desaparezcan. Allí, en una gruta, en una oquedad de una peña rocosa, en la  gruta de Massabielle, nos espera la Virgen de Lourdes, estilizada, alta, con la mirada implorante, vestida de blanco y con un ancho cíngulo azul que protege su cintura y que se desparrama por delante de su cuerpo, con sus manos unidas implorando al Padre y un enorme rosario que pende de su brazo derecho, y debajo de sus pies una inscripción que dice: QUE SOY…ERA…IMMACULADA COUNCEPCIOU …  .  Hacia la tarde noche, 20:00 horas, llegamos a la ciudad de unos 15.000 residentes y que anualmente computa la enorme cifra de más de ocho millones de peregrinos o visitantes. Unos kilómetros antes de llegar el aeropuerto con su hangar  repleto de aviones ya nos sitúa en escena. No obstante nos encontramos con una ciudad fantasma, con muchos hoteles, restaurantes y tiendas cerradas. Estamos en pleno invierno, temporada baja. Esto nos va a permitir movernos con facilidad y apreciar detalles que quizás sería imposibles cuando las colectividades marcan su paso, pero también aporta algunas carencias, hay capillas cerradas, museos y nos falta el contacto y vivencia humana que hace de Lourdes un santuario singular y universal.

Traíamos un guion de la visita y lo hemos cumplido e incluso sugerencias interesantes de algunos amigos también han sido atendidas, y es que tres días y con buen tiempo dan para mucho, pero sin olvidar que Lourdes es fe, oración, petición, curación. Lourdes es agua y vela y que lo aparentemente más sencillo: su Gruta, es el elemento básico de todo el recinto sagrado y quien  da fundamento a todo , de ahí  la enorme imagen de la Virgen de Lourdes erigida en la mitad del recinto sagrado donde se agrupan flores y peregrinos para inmortalizar el hecho.

Apenas uno entra por la puerta de San José se encuentra con el Centro de Información que le proporciona plano de la zona y respuesta a todo tipo de dudas. En Lourdes se conjuga muy bien la parte espiritual: rosario, confesión, misa… con la parte artística, y de ello dan prueba la Capilla del Santísimo, en la Cripta, con misa diaria en español a las 11:15 horas de la mañana , donde uno puede contemplar y orar antes en la capilla de Santa Bernardette y venerar sus reliquias, o misas en la preciosa y acogedora Basílica del Rosario. La Basílica de la Inmaculada Concepción está en obras en su fachada y tenía algunas limitaciones más, pero una vez efectuadas estas visitas, antes o después uno siempre dirige sus pasos hacia la Gruta, que a pesar del frío- allí tarda en pegar el sol- siempre hay recogimiento, visita, oración, incluso hasta la hora de cerrar el recinto( diez de la noche), y siempre te encuentras la mirada extasiada y emocionada del peregrino, que en diferentes idiomas, habla con la Madre, le cuenta sus penas y pide su mediación. En los aledaños de la Gruta, las Piscinas para los enfermos y enfrente , pasado un moderno puente, el crematorio  donde de consumen las velas que los peregrinos ponen, y en esa misma dirección, en esa orilla, que separa el río Gave de Pau, se puede contemplar la moderna y amplia Iglesia de Santa Bernardette, con capacidad para cinco mil personas. El viernes ya se notaba más afluencia de gente, lo que se incrementó en ese fin de semana primaveral, que agrupó a muchas familias jóvenes con sus hijos, que con sus gritos y juegos mezclaron rezo y alegría, y alteraban gustosamente el silencio reinante. El sábado hasta una alegre pareja de recién casados y sus amigos posaban ante la Gruta. Ese mismo día, antes de dirigirnos a la Gruta para el rezó colectivo del Rosario , visitamos la sorprendente Basílica subterránea de San Pío X, diseñada por el arquitecto Pierre Vago y consagrada por el cardenal Roncalli  el 25 de marzo de 1958, nombrado Papa ese mismo año,  y lo que vi allí no tengo palabras para expresarlo y menos valorarlo, pues además de ser un prodigio arquitectónico del que darán cumplida cuenta las generaciones venideras – a los contemporáneos siempre nos cuesta un poco más reconocer los méritos de nuestros semejantes-   es una auténtico Evangelio de Piedra y Testimonio de la vitalidad y existencia de la Iglesia Católica, testimoniada en sus 106 enormes carteles que penden acertadamente de los espacios libres de sus múltiples columnas, y donde no faltan las referencias a los apóstoles, evangelistas  y santos del pasado como Santa Teresa de Jesús, San Francisco Javier, San Agustín de Hipona o a santos de la más reciente actualidad como Santa Josephine Bakhita, Santa Teresa Benedicta de la Cruz, San Cardenal Newman, San Juan XXIII y San Pablo VI, Santa Teresa de Calcuta, Santo Padre Pío, San Josemaría Escrivá de Balaguer, San Maximiliano Kolbe o el mismo Beato Ceferino Jiménez Mella o el primer gitano que llega a los altares…¿Habrá mejor síntesis de la santidad e importancia de la Iglesia, aun reconociendo que somos humanos, de carne y hueso, que no somos superhombres? Fue la visita a la que dedicamos más tiempo y creo que mereció la pena. La misma Virgen de Lourdes, que tiene su protagonismo en la Basílica, en las vidrieras iluminadas de las 18 apariciones del conocido “Camino de Bernardette”,  se preocupó de ello y yo os lo traslado en palabras y pregunto ¿Quién da más?

Para finalizar mi estancia en Lourdes nos quedaba conocer el Molino de Boly , sito en la calle Bernardette Soubirous, casa donde nació Bernardette un 7 de enero de 1844 y en la que vivió hasta 1854 y a la que ella misma calificaba “su molino de la felicidad”, y posteriormente “Le Cachot”,antiguo calabozo, de unos 16 metros cuadrados, sita en la calle “Les Petits Fosses nº 13", donde se cobijó la familia cuando su padre Francisco se quedó sin trabajo. Dos documentos etnográficos muy importantes para conocer el diario vivir de la familia Soubirous y los vaivenes de la fortuna.

El lunes 24 de febrero tocaba el regreso. Seguía el buen tiempo y nosotros cargados de un buen mensaje  que obligará a afianzar la visita, pues la Virgen de Lourdes no cansa de repetirnos que “a Jesús por María”. Creo que os he trasladado lo esencial. Un saludo.

                                      José Antonio Noval Cueto.


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