viernes, 9 de abril de 2021

“Habiendo para churrasquear ni suebra ni falta na…”

Ahora que somos tan sensibles a las variantes del castellano, la letra de una canción argentina me ha ayudado a poner este titular y me ha retrotraído a los años 70, años de gran influencia de la música folclórica latinoamerica , que nos sensibilizó y nos estimuló  a comprometernos más ante el cambio político que se cernía sobre nosotros, fin del franquismo, preámbulos de la Transición y la misma Transición.  Se devolvía el protagonismo al individuo y se le animaba a asumir sus obligaciones como ciudadano y responsable  de un futuro mejor. La agitación se percibía en todos los sectores (universitarios, sindicales, religiosos, periodísticos…) Daba la impresión que nadie estaba contento con lo que existía y la Revolución de los Claveles en Portugal y la Marcha Verde de Marruecos sobre el Sáhara eran el telón de fondo de una sociedad agitada, gastada, preocupada y  expectante.

Todos éramos conscientes que se avecinaban cambios,  que la sociedad no iba a ser la misma, que la tutela de Franco desaparecía y en medio el mensaje, la lección de los mayores, “que la guerra no se repita”, “que no vuelva a ocurrir”, el “nunca más” de escritores como Antonio Buero Vallejo, autor de gran  prestigio personal y autoridad moral del momento, que sufrió la muerte de su padre militar a manos de milicianos y fue condenado a muerte, perdonado y encarcelado durante años en las cárceles franquistas por su apoyo al orden republicano. Por aquel entonces se protestaba por todo, hasta por la existencia de cátedras vitalicias que imposibilitaban el paso o ascenso a otros , de ahí la huelga de los PNN(Profesores no numerarios), interinos, que a partir de ese momento  se abrieron paso hacia un futuro más estable (Oposiciones restringidas).

Uno de los cambios más palpables los sufrimos los alumnos de primero de facultad del año 1973 cuando el responsable de educación , Sr. Julio Rodríguez , decide que las clases se inicien en enero, el famoso calendario juliano . Pocas clases , muchas huelgas, temarios sin impartir, asambleas continuas, manipuladas por el PC y algún verso suelto socialista. Carteles y pintadas en las paredes de la facultad y de vez en cuando, esporádicamente, cuando menos se pensaba, algunos militantes de Cristo Rey con sus cadenas rompían carteles, anuncios o amedrantaban al personal. Policías de la Social en las aulas y tensión en el ambiente que fluía hasta la calle Uría, y allí permanecía hasta que llegaban los grises. Eran tiempos inciertos, inseguros, incómodos. Declaraciones  y tentativas militares, temor, muerte (asesinatos de Atocha, ETA, Grapo…). En este ambiente se preparó  la Ley de la Reforma Política , se celebraron las primeras elecciones nacionales y municipales, se hizo el referéndum sobre la Constitución del 78 y con tumbos, altibajos y tensiones fuimos navegando, haciendo camino después del enorme susto del 23 de febrero de 1981…  Han pasado más de cuarenta años y toca hacer balance y ,con mayor o menor acierto, es positivo, se pasó de la vespa y el seiscientos al coche eléctrico y al todoterreno…Se progresó y se hubiera podido progresar más si no hubiera tanta corrupción, tanto ladrón, tanto desprecio al dinero de todos, tanta ambición desmedida ( ERES, GURTEL …) , en resumen, si la Política fuera Política al servicio de todos, y no de unos pocos, y basta para ello leer los decretos y sus beneficiarios.

Han pasado más de cuarenta años y aquella ilusión, esperanza y compromiso que se vivía en la sociedad española ya no existe. Ya no hay caravanas de coches con banderas, ni enormes filas de autobuses para acudir al mitin, ya ni los militantes juiciosos enseñan el carnet ni sermonean. Hay pesar, desilusión, desconfianza, doble lenguaje, manipulaciones, silencios interesados, deslealtades, trapicheos. Todo es feria, globos hinchables, mentiras y desprecios. Del menesteroso, del parado , del sin techo, del sin futuro solo importa la estadística, no la persona y así vivimos, como autómatas, insensibles, con unos niveles de inhumanidad inimaginables y sin que a nadie le preocupe; su única defensa o justificación es “ y tú más”.

Hace unos días me encontré con una excelente carta, de las ya casi no se publican, firmada por Jesús Añaños Vinue,  en ”El Semanal”, titulada “¿Qué país nos dejáis?”, - no dejes de leerla-  que me ha hecho escribir esta letras, estos recuerdos y reivindicar la labor realizada por toda una generación, ahora que algunos no sólo la cuestionan sino que la desprecian. Deseo que aún estemos a tiempo de devolver a los españoles la ilusión de vivir y luchar por  un mundo mejor y más humano.

 “Habiendo para churrasquear ni suebra ni falta na “. No hace mucho , otro ilustre argentino, el Papa Francisco nos dijo aquello de que “Las mortajas no tienen bolso”.  Hoy, por desgracia hay  muchos sectores que ni para “churrasquear” tienen, así en Asturias más de 48.500 parados en la actualidad no cobran prestación.

 

                                            José Antonio Noval Cueto.




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