sábado, 9 de julio de 2022

“Quo vadis, España? “ ("La Nueva España Digital de Siero, 10 de julio de 2.022")


Que estamos en crisis, que sube la inflación, los precios, que

reina la inseguridad y el desconcierto, por mucho que las mentes

lúcidas del Gobierno contraprogramen, despisten, evadan, es

una realidad que percibimos todos nada más hacer la compra del

día en la tienda del barrio, si repostamos en la gasolinera de la

zona o si vemos las negras expectativas de futuro de nuestros

jóvenes.

Pero la crisis no afecta sólo a la economía, a la política, a las

Instituciones, sino que afecta también a los valores que

conforman una sociedad y le dan vitalidad, fuerza y seguridad, y

esto que es la esencia del alma de una nación es lo que hoy está

en crisis, en desuso, abandonados, en franco retroceso y sin que

a nadie o casi nadie le interese, y las consecuencias son

evidentes: un mundo sin certezas, sin proyectos personales,

desencantado, temeroso, inseguro; preocupado más del vientre

que del corazón y la cabeza; un mundo depresivo y sin

horizonte, tambaleante que lleva, si hay suerte, a la consulta del

siquiatra o ,en circunstancias más adversas, a los muros de un

cementerio. Recientemente para luchar contra esta pandemia

se ha creado la línea 024 que en el primer mes de existencia ha

recibido 15.000 llamadas que seguro que evitaron muchos

suicidios.

Las personas que ya tenemos cierta edad, que hemos vivido

momentos difíciles y claves de la vida española, como la propia

Transición, nos hemos esforzado por llevar a cabo nuestro

proyecto de vida personal. Todos, con más o menos precisión,

teníamos claro cómo queríamos vernos en una edad madura, y

reconocíamos que con mucho esfuerzo y algo de suerte quizás

lo lográramos. En ese camino personal jugaba un papel clave la


familia, el colegio, amigos… y la manera de sentir y vivir la

sociedad del momento, en la que el cristianismo, la Iglesia,

jugaba un papel determinante, ya que era la fuente que

alimentaba nuestra manera de vivir, de sentir, y a ella nos

hemos ajustado y estamos a gusto.

Estas reflexiones vienen a mi cabeza, cuando son muchos los

acontecimientos de la vida diaria que me llevan a pensar en el

mundo al revés, ya que en él mandan más el interés mediático o

político que la persona humana. Nunca se ha manipulado tanto a

nuestros jóvenes y las consecuencias son de todos conocidas y a

veces sin retorno, basta leer la crónica de sucesos diarios. Hay

muchos jóvenes con amplios conocimientos técnicos,

matemáticos, pero mucho me temo que sin proyecto personal.

Uno de nuestros mejores filósofos, Ortega y Gasset, nos decía

“Camina lento, no te apresures, que el único lugar a donde tienes

que llegar es a ti mismo”.

Alguien debe decir “Basta”. No se debe jugar con el futuro de

nuestros jóvenes. A los poderes públicos sólo les interesa el voto,

y para ello están dispuestos a convertir a la mujer en hombre o la

inversa, algo de lo que ya aviso Clarín a finales del siglo XIX,

cuando advirtió de la masculinización de la mujer. Si por ellos

fuera se permitiría votar a los 14 años.

La única Institución española que sigue en defensa de la verdad ,

aunque le cueste críticas y agravios- véase su defensa del recién

nacido y del más desfavorecido- y en la necesidad de formar

personas adultas responsables y cívicas es la Iglesia católica,

credo predominante en España, y sin el cual sería imposible

entender la manera de vivir y sentir de los españoles, y si alguien

lo duda que acuda a Cervantes, a Clarín, a Lorca…

Hace unos días, concretamente el miércoles, 6 de julio , en la

misa concelebrada por el arzobispo de Oviedo y don Fernando


Ocáriz, Prelado del Opus Dei en la Catedral, éste en su homilía

nos recordó un importante fragmento de la Epístola de los

Hebreos 13,8 , muy oportuno para los tiempos que vivimos, que

dice así : “ Jesucristo el mismo que ayer, es hoy: y lo será por los

siglos de lo siglos…Navegad mar adentro…Haced lo que él os

diga…Duc in altum”.

No hace mucho en conversación con un taxista colombiano , éste

me decía que el progreso auténtico de los pueblos no es el

material, sino el moral. ¡Qué gran verdad!

¡Ojalá que nuestros representantes políticos aprendan la lección

y den buenos ejemplos!, pues como dice la copla : “de qué nos

sirve subir al poder hombres que tengan inteligencia, si carecen

de conciencia…”


José Antonio Noval Cueto.


P.D “La película “Quo Vadis? ”, basada en la novela de Henryk

Sienkiewicz, publicada en 1896, se estrenó en el año 1951 y su

director fue Mervyn LeRoy . Trata de las dificultades y

sufrimientos de los cristianos en la época de Nerón. Aconsejo

verla.






                        




No hay comentarios:

Publicar un comentario