Siempre el número trece ha
sido objeto de diversas valoraciones, con tinte supersticioso, pero sea por lo
que sea, lo cierto es que el 13 de Marzo de 2.013 se recordará como el día en que los católicos, sabiamente
representados por nuestros cardenales y con la protección del Espíritu Santo, escogíamos
un nuevo Papa, que responde al nombre de Francisco.. Una vez más el credo
católico ha estado en el punto de mira de todos y especialmente de este incoherente y
descreído mundo occidental, que a pesar de hacer del relativismo su banderín de
enganche, no hace mucho hacia suya la profecía maya que vaticinaba que el mundo
desaparecería el 22 de diciembre de 2.012, hasta el extremo que hubo que cerrar
carretera en el Pirineo francés, donde querían refugiarse los que aspiraban a
ser supervivientes, debido al exceso de tráfico. Esto da pie a pensar que
quizás cuando no se cree en nada, se acaba creyendo en todo.
Ese miércoles 13 que amanecía
con la sorpresa de nieve en el centro de Asturias y carreteras atascadas, y en
los periódicos se hablaba de la subida del IPC, de los desahucios, de esperanza de vida en España o de los 13 de Ponferrada entre otras muchas
noticias… pero poco antes de oscurecer, al mismo tiempo que se derretía la nieve
en nuestro Principado, en el cielo de Roma salía humo blanco de la chimenea
portátil del Vaticano::!Habemus Papam!.
Eran las 19:07 horas. Creo no exagerar si digo que católicos y no católicos
vivimos esos momentos con gran intensidad, con emoción- más de 11.718.000
personas siguieron las imágenes de la fumata blanca- pues todos en nuestro
fuero interno teníamos y tenemos necesidad de un PASTOR, de un GUIA que nos transmita
ESPERANZA, SEGURIDAD pues nos
encontramos muy desvalidos, solos, faltos de cariños cuando no frustrados…Todos somos conscientes que el ser
humano, en toda su amplitud y por motivos que conocemos todos, está en peligro
, se ha confundido de objetivos, debe reconducir su camino, valorar lo que de
verdad importa, y evitar que se cumpla
aquel adagio latino que decía “Homo homini lupus”.(El hombre es lobo para el
hombre). Y para esta misión ya tenemos el pastor adecuado, de nombre Francisco,
y el programa apropiado que no es otro
que la: FRATERNIDAD Y AMOR ENTRE
NOSOTROS.
Después de una hora de espera,
en el balcón del Vaticano aparecía tranquilo, seguro y sonriente un papa
hispano, un pontífice cuya lengua materna es el castellano - idioma que según
Carlos V era apto para hablar con Dios- un
hombre de Dios, que a lo largo de su vida no ha hecho otra cosa que aceptar y
cumplir la voluntad de Dios, de un Dios
que escribe recto con renglones torcidos. Un obispo de Roma que empieza su
Pontificado pidiéndonos ayuda, a través de la oración, y recordando que la plegaria
es el camino para llegar a Dios. Un Papa
que sabe que está en nuestras manos ser CIUDADANOS DEL CIELO, sin dejar de serlo
de la tierra, pero para ello debemos escuchar, abrir nuestro corazón, ser
coherentes, serios, leales y fraternos con el hermano, con el cercano, con el ser
humano, pues como decía un no creyente como
Ortega y Gasset “si Dios se hizo hombre, es que ser hombre es o debe ser algo
muy importante…”
De la tierra de la Pampa , de ese Buenos Aires
querido, del porteño barrio de Flores , nos llega un hijo de Dios, de padre ferroviario, químico por estudios, ignaciano de formación y párroco de TODOS por mandato divino , que corajudo, está dispuesto
a “abrir la cancha” y combatir a los “atorrantes”,
“alacranes”, “boleteros” y “banderudos” seguidores del “cuerito”, o dios dinero,
y atajar el mayor mal que produce Occidente que no es otro que el relativismo, -
la fe decía el cardenal Newman es precisamente la capacidad de soportar dudas-
,el todo vale, y de ello es buen conocedor este porteño, viajero del subte, seguidor
del San Lorenzo y cultivador del tango, una de cuyas canciones denuncia que
“¡Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor! ¡Ignorante, sabio o
chorro, generoso o estafador! ¡Todo es igual! ¡Nada es mejor!”. El pasado día 13 se inició un nuevo camino que pide la
colaboración y el testimonio de todos
nosotros. Nos va mucho en ello. Quiero concluir estas letras con una pequeña
transposición del tango titulado “Al pie de la
Santa Cruz ”, con el ferviente deseo que el
pontificado de Francisco dé muchos y abundantes frutos.
“Al pie de la
Santa Cruz ,
una Humanidad desolada
llorando implora a Jesús:
“Por tus llagas que son santas,
por mi pena y dolor,
ten piedad de nuestro Papa,
¡Protégelo, Señor!.”
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