viernes, 19 de julio de 2013

“Tirar de la manta”


Cuando hablamos de la actualidad uno se asombra de la cantidad de frases hechas o refranes que pueden servirnos para analizarla o juzgarla, de ahí que no debe sorprendernos con la que está cayendo, -y no sólo es sol justiciero y tormentas con pedrisco-, que una de las expresiones que más se usa en los medios de comunicación es la de “tirar de la manta”, que para los que hicimos el servicio militar,  nos recuerda el toque de diana convertido en canción popular que dice: “Quinto levanta, tira de la manta, quinto levanta tira del colchón, que viene el sargento con el cinturón…” Está claro que el contenido de esta letra popular cobra arraigo en conversaciones, discusiones de chigre  y carteles de protesta, salvando las lógicas preocupaciones de la medicina del cinturón y sus consecuencias..

La expresión “tirar de la manta” que entre sus acepciones más comunes tiene  descubrir algo que se mantiene en secreto o  amenazar con desvelar algún suceso escandaloso relacionado con la política o los negocios, toma su origen en épocas de crisis como la nuestra, así en el  S. XVII , concretamente en el año 1.610, al producirse un conflicto de intereses entre los “cristianos viejos o de siempre” y “los conversos o judíos convertidos al cristianismos a raíz de la expulsión por los Reyes Católicos·”. Los cristianos  viejos tiran una manta o lienzo que cuelga de la Capilla del Cristo del Perdón de la Catedral de Tudela(Navarra), donde figuran los nombres y apellidos de los conversos, a fin de que todo el mundo supiera quiénes no eran “católicos de pura sangre”. Una reproducción de ese manto o lienzo se conserva en el Museo de la Sinagoga de la Catedral de Tudela, y en él se pueden observar en tres columnas los nombres y apellidos de los conversos, y en una de ellas, como cosa curiosa aparece los apellidos de un Rodriguez Zapatero, de nombre Juan. A partir de ese hecho las miserias humanas han favorecido que este término goce de buena salud, a pesar de que como dice un buen amigo sacerdote “ las mortajas no tienen bolso”.

No obstante, a mi, quizás por deformación profesional siempre que sale el término “tirar de la manta” me acuerdo del capítulo XVII del Quijote donde se cuenta que  Sancho al no pagar en la venta la estancia y comidas de su amo y  suya, ante las quejas del ventero u hospedero, entonces 9 personas allí presentes, de diferentes profesiones, todos según Cervantes “gente alegre, bien intencionada, maleante y juguetona, puesto Sancho en la mitad de la manta, comenzaron a levantarle en alto y a holgarse con él, como con perro por carnestolendas…hasta que de puro cansancio le dejaron” . Imagen que puede servirnos para la vida española de ahora, donde todos quieren sacar provecho del caso Barcenas,- periódicos, políticos, tertulias...- , le aúpan y le dejan caer, según convenga. Esta escena del Quijote da para mucho, pues al pobre Sancho sólo le socorre una moza de posada, fea, alegre y compasiva, Maritornes, mientras su amo , el Hidalgo por excelencia, el Señor de la Mancha, no de la manta, don Quijote, se contenta con decir “denuestos y baldones” y después se justifica ante su criado de que él no podía socorrerle, pues no podía  contravenir las leyes de la caballería o la estabilidad reinante.

El ventero reclamaba el pago de la posada. Nosotros, los ciudadanos de pie, cada día más empobrecidos, sorprendidos, avergonzados y atemorizados reclamamos JUSTICIA   , y si para que se haga justicia es necesario tirar de la manta o del colchón que se tiré, pero con todas las consecuencias, pues lo mínimo que un vecino puede exigir son explicaciones, disculpas, y aquellas personas que sean indignas de la confianza que los ciudadanos han depositado en ellas que se vayan;  pero ese tirar de la manta que no sea selectivo, que afecte a todos, a todas las  instituciones del Estado  y organizaciones sociales, políticas, incluido el Sr. Valderas y desahucios, pues no puede permitirse que la corrupción afecte a la vida entera de nuestra nación, y esto es lo que reflejan las encuestas que periódicamente publica el Centro de Investigaciones Sociológicas de España y hasta ahora nadie reacciona. Conseguir esto sería como tocar el cielo con las manos.


                                    José Antonio Noval Cueto.


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