viernes, 22 de noviembre de 2013

“Señoras, señores: Me alegro…”


Hay frases o expresiones que uno lleva oyendo desde hace muchos meses, día tras día, y no se para a pensar en ella, pero cierto día, sin que haya ningún motivo especial o quizás sí, ese saludo se carga de contenido y queda grabado en nuestra mente, y eso me ocurre con el saludo que don Carlos Herrera dedica a sus oyentes, a las 8 de la mañana, al reiniciarse el programa, cuando con su tono cantarín, cálido y cercano, nos dice:

-         Señoras, señores: Me alegro

Saludo que agradezco y que nos transmite un toque de frescura, de ilusión, de vitalidad y estímulo cuando uno va hacia su trabajo. Ayuda a  replantearse la jornada y reconocer, que a pesar de las múltiples dificultades del diario vivir, uno debe estar alegre , contento, y entre otros muchos motivos por saberse querido, estar sano, tener abastecida la nevera, ganarse el pan honradamente y representarse a sí mismo, o sea poder decir sí o no. Acciones que no todos pueden cumplir, llevar a cabo, basta pensar sólo en los 103.920 asturianos que tenemos en la lista del paro.

A pesar que da la impresión que los problemas van a más y que las fuerzas de la naturaleza y del mal se conjuran para cercarnos y bloquear  cualquier salida, aún somos muchos los que aún no buscamos en la  basura ; los que no tenemos que ocultar el rostro para pedir limosna; los que tenemos un proyecto de trabajo, de mejora, de vida en común y queremos que se haga realidad, y somos precisamente nosotros los que tenemos que trasladar esperanza, futuro, seguridad a quienes zozobran por la vida sin norte, y esto sólo se consigue con nuestra conducta y entrega, con nuestro compromiso, con nuestra solidaridad. Y esto sólo se logra si confiamos en el hombre, si de verdad reconocemos que el hombre, el ser humano , es lo más importante de la Creación, y esto, tan evidente, por desgracia, no siempre se practica o al menos con la intensidad y fuerza necesaria.¡Cuánto bien haríamos si todas las investigaciones y todos los dineros que en el mundo fluyen tuvieran como único beneficiario: el ser humano, independientemente de su lugar o procedencia!

. No hace mucho desde Hungría, desde el Centro Médico de la Universidad de Debrecen, nos llegó la noticia de que una mujer de 37 años dio luz a su hija, 90 días después de ser declarada muerta cerebral. Revelaciones como éstas son las que necesitamos y nos hacen ver lo que podemos conseguir con sólo proponérnoslo. Novedades como éstas alegran y justifican la vida. Cada día cobra más fuerza aquel párrafo del Génesis que dice:”Dios puso al hombre y a la mujer en la tierra para que la cultivaran y custodiaran…”



                                               José Antonio Noval Cueto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario