sábado, 16 de noviembre de 2013

“Tulong”(Ayuda)



Publicado en "La Nueva España" (Noviembre de 2.013)

El dios Eolo desató la cadena de los vientos y éstos, incomprensiblemente y contra todo pronóstico técnico, azotaron la ciudad filipina de Taclobán, capital de la isla de Leyte, sita a 100 kilómetros de Cebú – isla turística por excelencia- con ráfagas de una velocidad endiablada, más de 300 kilómetros/hora, con fuertes lluvias y olas de 6 a 10 metros, que han dejado la ciudad convertida en escombros, arrasada. El número oficial de muertos se desconoce, aunque ya se airea la astronómica cifra de 4.460 fallecidos, miles de desplazados, miseria, dolor y muerte.

Una vez más las fuerzas naturales han hecho presencia y a los humanos, por muchos tipos de Seguro que tengamos, sólo nos queda resignación, ayuda y colaboración, con la sana intención de devolver las ganas de vivir, que no es poco, a miles de personas que se han quedado sin nada, incluso sin familia, que es lo peor que a uno le puede ocurrir. La abundancia de imágenes y la repetición de tragedias en diferentes partes del Planeta y a mucha distancia de nosotros, tienden a insensibilizarlos, a no considerarlas nuestras, pero en el caso de Filipinas, a pesar de la distancia, esta tragedia no nos deja indiferentes, pues son muchos los lazos que los españoles hemos tenido con esas tierras, donde hasta el actual Presidente tiene por nombre Benigno, y su embajador en España, Carlos, de apellido Salinas.

No se puede hablar de Filipinas sin hacer referencia a España y a su idioma, pues han sido muchos los años y siglos de presencia española en esas tierras, así recordemos que el primer asentamiento español tuvo lugar en la Isla de Cebú en 1.565 de manos de Miguel López de Legazpi y de Andrés de Urdaneta, y que desde la fundación de Manila un 24 de junio de 1.571 el español ha sido lengua oficial en esa zona hasta el año 1.973, y en mi Lugones natal una de las personas más singulares era “el filipino”, abuelo de mi amigo Miguel, que regentaba un bar del mismo nombre, y que todos los niños nos lo imaginábamos como persona de mucha aventura y contienda, pues Filipinas nos sonaba a lucha, conquista, leyenda, magia, pues teníamos en el recuerdo la película “Los últimos de Filipinas”. Después con el correr de los años y la influencia de la prensa del corazón los recuerdos llevan el nombre de Marcos e Imelda, con sus modelos exclusivos de zapatos, y más recientemente la filipina por excelencia es la bella Isable Presley  que , con su exótica, cuidada y madura belleza , aún marca las pautas de belleza del mundo occidental.

Pero hoy , desgraciadamente, Filipinas habla de hambre, desesperación, dolor y muerte, y esa misma situación demanda de nosotros, de cada uno de nosotros, AYUDA, pues si nunca lo humano nos debe ser indiferente, menos Filipinas, donde hasta el himno habla español.

P.D  “ Salamat sa iyong tulóng” o “Gracias por tu ayuda”



                                                       José Antonio Noval Cueto.     

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