martes, 31 de diciembre de 2013

“Ecología literaria"


No hace mucho que me he encontrado con un antiguo compañero de Colegio, de nombre Alfonso, periodista en ejercicio, devorador de libros, persona con mucha imaginación y que siempre ha buscado una oportunidad, un hueco en el mundo literario, pero, de momento, enfrenta el temporal con su sección  de sucesos en un periódico de tirada nacional, pues en España escribir, como decía Larra, es llorar.

-         ¡Hombre, Alfonso. Cuánto tiempo sin verte! ¿Cómo te va? ¿Sigues en la capital?

-         Bien. No hay queja. Vamos resistiendo, que no es poco, y mientras tenga mi sección, no puedo quejarme, que el sector está casi en quiebra. Sólo en el año 2013 se han perdido 4.431 empleos en la profesión, y periódicos de siempre han cerrado, como  “Crónica de León” o “El Adelantado” de Salamanca, entre otros.
-    ¿Cuándo nos deleitarás con un libro, con un premio literario?. ¿No publicas nada ahora que hasta la misma Belén Esteban es número 1 en ventas con más de 100.000 libros vendidos?

-         He de serte sincero. Sigo escribiendo. A todas parte voy acompañado de mi munición, pequeña libreta donde escribir, y mi revólver, bolígrafo Bic, negro, punta fina, y año tras año se acumulan mis escritos, mis libretas tamaño DINA 4, pero no es fácil publicar. Las exigencias y condiciones son draconianas, y además nos piden o nos quieren imponer los argumentos que los editores creen que tienen venta. No les importa la calidad, lo único importante es la venta., y ante una situación tan anómala, uno se contenta con escribir lo que le pide su intelecto, y satisface sus limitaciones con las nuevas técnicas de comunicación, así tengo un “blog” que he titulado “sefielatuconciencia.blogspot.com” y de momento me conformo. Aún no estoy dispuesto a ejercer de “negro”.


-         Crudo me lo pintas, y yo, inocente de mi, apostando por el libro, acudiendo a la presentación de libros e incitando a la lectura de los mismos. Precisamente ahora voy a la Librería  en busca de los típicos regalos de Reyes.
         
Desde hace años por Reyes regalo libros, pues siempre he creído que un buen libro puede hacer mucho bien a los jóvenes  y , a tenor de lo dicho, tengo que reconocer que cada día es más difícil encontrarlo  y máxime cuando lo que prima es el éxito fácil, o sea el número de ejemplares vendidos, más que su calidad, y el libro se ha convertido en mero objeto de consumo. Y digo que es difícil acertar en la compra porque son muchos los obstáculos que impiden una reflexión serena, así, al año se editan más de 80.000 títulos, las reseñas que se publican en muchos medios son interesadas y buscan únicamente la venta, y además durante estos meses, concretamente de octubre a diciembre, un día si y otro también, no paran de anunciarse o presentarse libros nuevos, muchos de ellos de autores desconocidos, casi diría furtivos, cuyo único mérito es ser una persona conocida en alguna esfera de la vida pública, ya deportes, cine, política, televisión, y de eso se aprovechan impunemente …Expuesta en breves rasgos la situación uno tiene que optar, tiene que escoger, y yo, a pesar de los pesares, todos los años escojo Libros como regalo, pero eso sí para evitar errores y ante la situación descrita, a la hora de comprar hago una balance de los muchos y buenos libros que aún no he leído y a partir de ahí, busco y compró aquellos que hoy, injustamente, duermen el sueño del olvido, y creo que la Navidad-Reyes es una buena época para reparar el daño causado, el desprecio o el silencio injusto que padece alguno de aquellos grandes escritores que en España ha habido, y más concretamente en el siglo XX, pues creo que ha llegado el momento de pasar de las etiquetas a las letras, a las obras, al contenido. Así, por este procedimiento he disfruto de una estupenda novela de humor de don José María Pemán, uno de nuestros mejores articulistas injustamente olvidado,  titulada “De Madrid a Oviedo, pasando por las Azores”, que además de lo sugestivo del título, sorprende por la agilidad y jugosidad de su prosa, así como por la habilidad del escritor para manejar las diferentes técnicas narrativas, proceso que recuerda mucho a Agustín de Foxa y su excelente novela “Madrid de Corte a checa”. Todo ello sea en pro de la ecología literaria y para ello se necesita, como decía el propio Pemán, “mirar en todas direcciones y no tener tortícolis en el alma”.



                José Antonio Noval Cueto.

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