sábado, 7 de noviembre de 2015

“Ponga un Mauricio en  su vida…”

El próximo día 22 de noviembre los argentinos tienen que decidir si rompen con el multisecular e inoperante peronismo de segunda mitad del siglo XX y principios del s.XXI o si abren la puerta a M.M, o sea a Mauricio Macrí,  la esperanza de última hora. Respuesta que si no es sencilla para un argentino,  fervoroso del mito y la sicología, menos para mí,  desconocedor de esa realidad.

Hechas estar apreciaciones tengo que confesarles como ha llegado hasta mí la figura emergente del conservador  Mauricio Macri , y no podía ser de otro modo más  que  a través de amigos y  parientes argentinos – recuerdo que el padrón de españoles en el extranjero 2015 asigna a Argentina la cantidad de 423.006 españoles o descendientes de españoles – y ha sido una de ellos, concretamente Claudia, quien a mediados de agosto , me enviaba un pequeño relato, impregnado de ternura , titulado “Tito el Caleserito”, donde su autor, un tal Mauricio Macri recordaba que no hay trabajos pequeños y agradecía los 75 años de profesión de Tito el Caleserito, propietario de una calesita en la Plaza Arenales, en Villa Devoto,   que al día siguiente cerraba su calesita, en busca del merecido descanso, y decía: “ Me cuesta imaginar una tarea más importante que la de Tito , que lleva a pasear niños en el primer viaje solos de sus vidas…”.

El texto me gustó  y pude comprobar como la buena literatura, impregnada de naturalidad, sentimientos y vivencias, no deja a nadie indiferente y más cuando evoca épocas tan importantes para el desarrollo armónico de la persona humana como es la infancia. Al concluir su contenido y guardarlo en mi archivo pensé que su autor sería un nuevo valor de las letras o del periodismo argentino, pero mira por donde su autor resultó ser el  Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires , orbe de más de quince millones de personas, y que puede convertirse, si así lo desean los argentinos, en el próximo presidente no peronista,  y todo después de forzar una segunda vuelta o “ballotage” frente al candidato oficial y peronista Daniel Scioli, algo que nunca visto en aquellos contornos  y cuando por primera vez votan los jóvenes de 16 años.

No puedo juzgar lo que no conozco ,  salvo citar los muchos titulares desafortunados que los líderes peronistas nos han proporcionado en las últimas décadas y más concretamente en los últimos tiempos – problema Repsol y Cristina Fernández de Kirchner a raíz del yacimiento petrolífero de Vaca Muerta… -  pero como nieto de un abuelo que pasó cuarenta y cinco años de su vida entre Rosario de Santa Fe y Córdoba , voy a hacerme eco de las impresiones que le produjo  el viaje de regreso de Juan Domingo Perón y su última esposa, Maria Estella Martínez Cartas ,“Isabelita”, a Argentina, un 16 de noviembre de 1972. Por aquel entonces era yo un joven de unos veinte años y mi abuelo ya estaba postrado en la cama, y en su habitación para aliviar su situación y saciar su curiosidad tenía un televisor - eran los tiempos de la tele en blanco y negro-.  Estábamos viendo el telediario cuando se nos trasmiten las imágenes del general Perón y su esposa subiendo las escalerillas del avión que le conducirá de regreso  a su patria. Mi abuelo con cara de asombro, de sorpresa, de estupor, no podía dar crédito a lo que veía, y de manera espontánea, sin que mediara ninguna pregunta, pronunció las siguientes palabras que siempre han martilleado en mi cabeza:

 ¿Cómo se atreve a volver a Argentina esta persona que la arruinó?

Desde entonces a acá las vicisitudes de violencia y locura  que ha sufrido y soportado la nación argentina son de todos conocidas y tan inhumanas y penosas que hacen innecesario cualquier comentario , salvo el gozo que supone la recuperación de 118 nietos por las abuelas de la Plaza de Mayo.

El próximo 22 de noviembre la respuesta corresponde a los argentinos,- aunque supongo que su decisión también en parte o en mucho nos afecta por lo ya antes citado -  y nadie mejor que ellos conocen las bondades o ruindades de su sistema político. El futuro está en sus manos. A mí la cita electoral  me ha hecho recordar las apreciaciones de mi abuelo,   con quien me carteaba desde mi más tierna infancia – era la época de las cartas por avión; de qué no hablaría si hubiera existido correo electrónico…-  y alegrarme, como amante de las letras,  que uno de los aspirantes a la Casa Rosada , Mauricio Macri, sepa narrar, contar las peripecias que han marcado su vida, como esa “Calesita” de Villa Devoto, ya que soy de la opinión que quien se asombra de lo cotidiano y diario, está en condiciones de asumir el reto del futuro, pues sabrá distinguir los diferentes matices del día y aprovechar las oportunidades que la realidad le brinde, y más cuando como dice Neruda:” Nunca estuvimos tan amenazados , la tierra y la familia, el cristal y la miel, la golondrina y el recién nacido”.

                       José Antonio Noval Cueto.

P.D En Argentina y los países de su entorno se llama calesita al tiovivo o barraca circular de caballitos , cochecitos y demás cosas...

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