viernes, 4 de agosto de 2017

“El lector de periódicos…”


Que “Manzanita” y “Arenita” sean los nuevos pavos reales de Oviedo; que la exportación asturiana alcance su cuota más alta del lustro por la demanda china; que el 7,9% de los asturianos mayores de 65 años están en riesgo de pobreza; que los concesionarios asturianos vendieron cada día 46 coches en 2016; que la librería Ojanguren cierre sus puertas; que Asturias sea la segunda región donde más cayó el número de universitarios; que cada vez haya más sentencias de divorcio con régimen de visitas al perro o al gato; que comer fabes retrasa el envejecimiento   o que Paquita Rico y ahora Ángel Nieto hayan fallecido, son una muestra de las muchas noticias que circulan por nuestros periódicos y que muestran la diversidad de nuestra sociedad, aun reconociendo que no todo se publica o más aún que lo importante se silencia, sólo pasado un tiempo prudencial, quizás por aquello de la prescripción del delito, se airea, véase todo lo referente a la corrupción y el silencio interesado de algunos medios. No tiene que sorprendernos que ya  el escritor y periodista Gabriel García Márquez viese en el periodismo de investigación la solución.

No es nada nuevo reconocer que uno de los sectores que más ha sufrido por la crisis ha sido el de la prensa escrita y demás medios de comunicación y ello por dos motivos fundamentales: a/ por la magnitud de la crisis y los consabidos recortes de publicidad que ha cerrado multitud de periódicos, radios y canales de TV, y ha obligado al ciudadano a escoger entre café o periódico – hay cafeterías con listas de espera – b/ por la moda digital o diarios digitales, que ha desterrado de los quioscos de prensa a muchos compradores, y que me descubrió de manera casual un buen alumno, de nombre Carlos, cuando un fin de semana le mandé que siguiera el tratamiento de una misma noticia en los diarios regionales . Llegó el lunes , pido el trabajo y compruebo con sorpresa que  no lo había hecho y al preguntarle el motivo, me responde:

-      -   En casa, mis padres, no compran la prensa.

Me parecía imposible, pues conocía a sus padres; ya en privado me confesó que seguían la prensa por los digitales.

La respuesta me mostró una realidad que yo desconocía y es que ya, en aquel entonces, hace unos diez años, muchas familias habían prescindido del típico periódico que solía tener funciones polivalentes –envolver, quitar frío en la moto…- aunque la fundamental era y es la de ser pregonero de la actualidad o mejor de su actualidad, la del periódico, y en nombre de esa misma realidad escribo estas letras que reconocen la utilidad de los diarios digitales, su inmediatez , pero que alertan , avisan de algo que ningún buen periódico digital o escrito debe descuidar y es la excelencia, la creatividad, la buena redacción , pues la única diferencia entre la presan escrita y digital es el soporte, no los contenidos .O sea , lo bien hecho, lo bien redactado, lo bien contado siempre gusta y genera dependencia. Son muchos los lectores fieles de un columnista que siguen sus pasos allá donde  se publique o se vea.

La pregunta que me hago y nos hacemos todos es la de cómo generar creatividad, cómo aumentarla y la respuesta en un mundo extremadamente digital, en la época de la imagen, del videojuego, del espectáculo, puede provocar desolación  y ha sido aireada recientemente por profesionales del ramo y no es otra que: ¡leyendoooo…!, quizás por eso de que leer aunque no nos hace más inteligentes, sí nos hace menos ignorantes. De todos es sabido que las relaciones entre la literatura y el periodismo son constantes y han sido y son multitud los escritores que se han forjado antes como periodistas y han hecho del ejercicio del mismo su profesión, así Josep Pla, José María Pemán, Azorín , Julio Camba,  Pérez Reverte, García Márquez, Manuel Rivas, Francisco Umbral, Emilio Romero, Álvaro Cunqueiro…y como icono y emblema Larra… De todo ello se deduce que la frontera entre el lenguaje literario y el periodístico sea difícil de marcar, de señalar…pues aunque aparentemente tienen fines diferentes, distintos, no siempre es fácil distinguirlos.

No hace mucho, Mattew Garrahan , reportero del Financial Times, nos decía que  : “En un momento de gran agitación política a ambos lados del Atlántico, el buen periodismo es más necesario que nunca”, y este necesita de creatividad, de ingenio, de lectura, de calle, de diálogo, de escucha, de humildad   y esto es algo que sólo las Humanidades proporcionan y especialmente la Literatura, aunque sea sólo por aquello de que “no sólo de pan vive el hombre”, pero intereses bastardos se empeñen en silenciarla, tapiarla e impedir que brote y  desarrolle el sentido crítico.

En esas mismas fechas el Presidente del Principado, don Javier Fernández, al recoger L’Amuravela de Oro”, nos decía: “Que para los políticos la afición a la buena literatura no es una pérdida de tiempo, sino un ingrediente fundamental de la pasta que los conforma…” si esto es así y es una verdad incuestionable, permitidme que me surjan dudas al comprobar la enseñanza humanística que reciben nuestros hijos y al ver que entre las lecturas del verano que recomiendan algunos medios abundan los libros tigre-mejillón o libros  basura.! Por elemental prudencia, antes de comprar, cerciórese!
            

                 José Antonio Noval Cueto.

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