Que “Manzanita” y “Arenita” sean los nuevos pavos reales de
Oviedo; que la exportación asturiana alcance su cuota más alta del lustro por
la demanda china; que el 7,9% de los asturianos mayores de 65 años están en
riesgo de pobreza; que los concesionarios asturianos vendieron cada día 46
coches en 2016; que la librería Ojanguren cierre sus puertas; que Asturias sea
la segunda región donde más cayó el número de universitarios; que cada vez haya
más sentencias de divorcio con régimen de visitas al perro o al gato; que comer
fabes retrasa el envejecimiento o que Paquita Rico y ahora Ángel Nieto hayan
fallecido, son una muestra de las muchas noticias que circulan por nuestros
periódicos y que muestran la diversidad de nuestra sociedad, aun reconociendo
que no todo se publica o más aún que lo importante se silencia, sólo pasado un
tiempo prudencial, quizás por aquello de la prescripción del delito, se airea,
véase todo lo referente a la corrupción y el silencio interesado de algunos
medios. No tiene que sorprendernos que ya el escritor y periodista Gabriel García
Márquez viese en el periodismo de investigación la solución.
No es nada nuevo reconocer que uno de los sectores que más ha
sufrido por la crisis ha sido el de la prensa escrita y demás medios de
comunicación y ello por dos motivos fundamentales: a/ por la magnitud de la
crisis y los consabidos recortes de publicidad que ha cerrado multitud de
periódicos, radios y canales de TV, y ha obligado al ciudadano a escoger entre
café o periódico – hay cafeterías con listas de espera – b/ por la moda digital
o diarios digitales, que ha desterrado de los quioscos de prensa a muchos
compradores, y que me descubrió de manera casual un buen alumno, de nombre Carlos,
cuando un fin de semana le mandé que siguiera el tratamiento de una misma
noticia en los diarios regionales . Llegó el lunes , pido el trabajo y
compruebo con sorpresa que no lo había
hecho y al preguntarle el motivo, me responde:
- - En
casa, mis padres, no compran la prensa.
Me parecía imposible, pues conocía a sus padres; ya en
privado me confesó que seguían la prensa por los digitales.
La respuesta me mostró una realidad que yo desconocía y es
que ya, en aquel entonces, hace unos diez años, muchas familias habían
prescindido del típico periódico que solía tener funciones polivalentes
–envolver, quitar frío en la moto…- aunque la fundamental era y es la de ser
pregonero de la actualidad o mejor de su actualidad, la del periódico, y en
nombre de esa misma realidad escribo estas letras que reconocen la utilidad de
los diarios digitales, su inmediatez , pero que alertan , avisan de algo que
ningún buen periódico digital o escrito debe descuidar y es la excelencia, la
creatividad, la buena redacción , pues la única diferencia entre la presan
escrita y digital es el soporte, no los contenidos .O sea , lo bien hecho, lo
bien redactado, lo bien contado siempre gusta y genera dependencia. Son muchos
los lectores fieles de un columnista que siguen sus pasos allá donde se publique o se vea.
La pregunta que me hago y nos hacemos todos es la de cómo
generar creatividad, cómo aumentarla y la respuesta en un mundo extremadamente
digital, en la época de la imagen, del videojuego, del espectáculo, puede
provocar desolación y ha sido aireada
recientemente por profesionales del ramo y no es otra que: ¡leyendoooo…!,
quizás por eso de que leer aunque no nos hace más inteligentes, sí nos hace
menos ignorantes. De todos es sabido que las relaciones entre la literatura y
el periodismo son constantes y han sido y son multitud los escritores que se
han forjado antes como periodistas y han hecho del ejercicio del mismo su
profesión, así Josep Pla, José María Pemán, Azorín , Julio Camba, Pérez Reverte, García Márquez, Manuel Rivas, Francisco
Umbral, Emilio Romero, Álvaro Cunqueiro…y como icono y emblema Larra… De todo
ello se deduce que la frontera entre el lenguaje literario y el periodístico sea
difícil de marcar, de señalar…pues aunque aparentemente tienen fines
diferentes, distintos, no siempre es fácil distinguirlos.
No hace mucho, Mattew Garrahan , reportero del Financial
Times, nos decía que : “En un momento de
gran agitación política a ambos lados del Atlántico, el buen periodismo es más
necesario que nunca”, y este necesita de creatividad, de ingenio, de lectura,
de calle, de diálogo, de escucha, de humildad y esto
es algo que sólo las Humanidades proporcionan y especialmente la Literatura, aunque
sea sólo por aquello de que “no sólo de pan vive el hombre”, pero intereses
bastardos se empeñen en silenciarla, tapiarla e impedir que brote y desarrolle el sentido crítico.
En esas mismas fechas el Presidente del Principado, don
Javier Fernández, al recoger L’Amuravela de Oro”, nos decía: “Que para los
políticos la afición a la buena literatura no es una pérdida de tiempo, sino un
ingrediente fundamental de la pasta que los conforma…” si esto es así y es una verdad
incuestionable, permitidme que me surjan dudas al comprobar la enseñanza humanística que reciben
nuestros hijos y al ver que entre las lecturas del verano que recomiendan
algunos medios abundan los libros tigre-mejillón o libros basura.! Por elemental prudencia, antes de comprar, cerciórese!
José
Antonio Noval Cueto.
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