Por mucho que uno quiera evadirse de la contaminación informativa que llevamos padeciendo desde
hace años sobre la llamada “pasión de catalanes”, uno no puede zafarse de los
últimos hechos o acontecimientos y más después de este caótico y turbulento mes
de setiembre – donde portada tras portada la protagonista era Cataluña y su
“procés”- que se despide con la amenaza del I-O, que no es el resultado de un
partido de fútbol, sino la abreviatura de 1 de octubre, o día del nacimiento
de la nueva nación catalana y todo ello
al margen de la ley, la cultura, la historia, la razón, y olvidándose que fue precisamente
un catalán, el general Prim, quien instauró en España el sufragio universal
libre, secreto y directo.
Yo este fin de semana, por razones familiares, me desplacé a
Madrid y a la salida de Oviedo, en la ronda sur, en los edificios construidos en los antiguos
terrenos de los talleres de Feve y desde hora temprana , ya lucían las banderas
de España y al llegar a Madrid también destacaban en las casas, balcones y
azoteas de la ciudad. Desconozco si las sedes centrales de los grandes partidos
la tenían. Barcelona, Cataluña y el qué pasará mañana era el tema de conversación en todos los
corrillos; el fútbol , aunque jugase el Madrid y el Español, había quedado
aparcado.
El sábado a mediodía,
con un sol y temperatura agradable, casi
a la misma hora que se celebraba la Jura de Bandera Civil en Pola de Siero, se
cerraba al tráfico la glorieta de Cibeles y en torno a ella se concentraban
multitudes de personas, de todas las edades y clases sociales, pertrechados con
su bandera española , que reivindicaban cívicamente su condición de españoles y, de cuando en
cuando, cantaban una jota o entonaban la conocida canción de Manolo Escobar :”…La
gente canta con ardor: Que viva España…”, que algunos bailaban, mientras otros
aplaudían o agitaban banderas. En la misma calle Serrano, en una prestigiosa
tienda de moda, se exponía un bello y juvenil vestido con los colores de la
bandera española sabiamente distribuidos.
Dentro de la lógica preocupación recorría la ciudad un ambiente
festivo, patriótico, reivindicativo de lo que somos y orgullosos del país que
hicimos, pues pocas naciones europeas tienen una existencia de más de
quinientas años y personajes tan universales como Don Quijote, que recobró la
amarga cordura después de su desdichado enfrentamiento en Barcelona con el
caballero de la Blanca Luna, que no era otro que su vecino Sansón Carrasco, a
quien Andrés Trapiello – novelista leonés actual- convirtió no hace mucho en marido de su
sobrina Antonia Quijana. No muy lejos de allí, en el paseo de Recoletos se
celebraba la tradicional Feria de Otoño del Libro Antiguo, donde se vendía por
cinco euros una de las mejores novelas del siglo XX español, me refiero a
“Nosotros, los Rivero”, de Dolores Medio, ambientada en Oviedo y Premio Nadal
de 1952.
El domingo, antes de irme de Madrid y parapetarme en mi casa
para escuchar y ver las noticias aciagas del día, me tome mi caña –con
el sabor y temperatura que uno
desea - con patatitas en una de las terrazas de la
Puerta de Alcalá y comprobé con asombro que me había sentado en la llamada
Plaza de la Independencia, donde se ubica la conocida “Puerta de Alcalá” y que rememora aquella
gesta histórica donde toda una nación, desde Gerona a Zaragoza ,Bailén o
Madrid...se levantó en armas contra el soberbio Napoleón. Coincidencias y
preocupaciones se juntan. El subconsciente me persigue. No muy lejos de allí en
el Obelisco a los Caídos el 2 de mayo de
1808 , en su parte inferior, se puede
leer las siguiente letras: “Honor a
todos los que dieron su vida por España”, y yo digo a todos, sean de la región
o condición social que sean. Ya va siendo hora que España sea de los españoles,
no de unos más que de otros; y que los
privilegios nacionalistas se frenen y desaparezcan de la vida española. Esto es
fácil de conseguir si se quiere, sólo falta voluntad política y no confundirse de adversario,
y evitar lo que dijo Andresillo Marijuán a Gabriel Araceli en la novela “Gerona”
de Benito Pérez Galdós : “Amigo Gabriel, en España no se premia más que a los
tontos y a los que meten bulla sin hacer nada…”.
José Antonio Noval Cueto.
P.D “Gerundenses, los enemigos propalan querer por tercera
vez probar vuestros esfuerzos; propalan además tener ganada esta Ciudad por
traición; pero yo que conozco por experiencia vuestro patriotismo, vuestro
valor, y la fidelidad que tenéis a Fernando VII, estoy sin el menor recelo,
asegurado que me acompañáis en la resolución firme que tengo hecha de defender
la Plaza hasta perder la última gota de mi sangre: Sí Gerundenses, toda la
Nación está prendada de vuestros procederes, y yo el más feliz de estar entre
vosotros…” (Don Mariano Álvarez de Castro, Gobernador Militar y Político
interino de esta Plaza, 1 de abril de 1809)
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