En pleno proceso de destrucción cultural, en plena agitación
talibánica, que personas de acrisolada y contrastada experiencia nos cuenten sus
muchas, variadas y contradictorias vivencias,
y nos digan verdades como puños, sorprende, asombra,
incluso duele, aunque sea un dolor cargado de agradecimiento, y estas son las conclusiones que uno extrae de
las intervenciones de los galardonados con el Premio Princesa de Asturias 2018,
donde una vez más la cultura y el ser humano se dan la mano, cabalgan juntos y
nos dicen que un mundo mejor y más humano es posible, sólo hace falta que
queramos, que empecemos.
La lectura de sus discursos es su mejor aval, habla por sí
misma, es su testamento vital, su balance del vivir, después de muchos años de
profesión y vida. Es un auténtico privilegio que esas confidencias y balances
lleguen a nosotros, cargadas de sinceridad – es lo que ellos piensan- emoción y gratitud y con la única pretensión que nos puedan ser
útiles, desde la máxima honestidad
personal, ya que no tienen que complacer a nadie, sino a su conciencia. ¡Que
Dios se lo pague! Esto no abunda, no es frecuente.
Que todo un cineasta como Martin Scorsese, de mérito y fama
mundial, nos diga que siente: “Humildad y sobrecogimiento …por pisar la tierra de Cervantes, Goya,
Picasso, Lorca y Luis Buñuel…¡” , lo dice todo, marca ruta, camino a seguir,
patrimonio a conservar y difundir; que la bióloga Sylvia A.Earle inicie su intervención con: “Conciudadanos
del único planeta oceánico, la Tierra” y recuerde que “Sin océano no hay vida” también; que una sufrida y llorada periodista
como Alma Guillermo Prieto nos confiese que en su oficio “Cuesta trabajo no
sólo vivir, sino sobrevivir”, o que su profesión ofrece, según sus palabras: “
un mundo, un universo, la realidad entera: trágica, abochornante, terca,
chistosísima, horrenda, mágica…porque contamos la historia del mundo todos los
días”, abunda en lo mismo, o que un
filósofo americano centre su
intervención en los orígenes hispanos de su esposa judía, que su lengua materna
era el ladino, el idioma judeoespañol escrito con caracteres hebreos, lo remata
todo, y eso siete días después de la celebración del Día de la Hispanidad. Que después de más de quinientos años de su
injusta expulsión de España sus descendientes cultiven y amen no sólo su
idioma, sino no también su tierra de origen, sorprende, asombra, y más cuando
nosotros titubeamos en la defensa de lo que es nuestra patria y cultura, y eso
que en el mundo ya hablan español más de 540 millones de personas y que gracias
a nuestro idioma se nos han abierto y se abren las puertas en muchas partes del planeta.¿ Si
un catalán visita o comercia en Méjico qué idioma usará?¿Quizás el inglés?...
La ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias
2018 ha sido una auténtica cura de humildad, una catarsis que nos da luz y
aleja del error , que contribuyen como muy bien ha dicho su Presidente don Luis
Fernández-Vega Sanz a que “España sea un país más libre, abierto, equilibrado,
tolerante y justo. Mejor, en definitiva”
. Es buena noticia que la Filosofía se implante nuevamente en la Eso y
Bachiller; espero que no tardando mucho también el Latín , aunque sólo sea por
aquello que es la madre de nuestro idioma.
José Antonio Noval Cueto
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