sábado, 20 de abril de 2019

“España tiene un problema…”



Sí, tiene un problema político que condiciona todos los demás y que los propios políticos no quieren resolver,  diagnosticado de los tiempos de la crisis dura, y que el mismo Rey Emérito, Don Juan Carlos,  en su discurso de Navidad del 2013,  reconocía al decir que el problema de España era político y que su resolución dependía de la política, de la buena política-añado yo. Han pasado años, hubo mayorías absolutas y la política se ha ido degradando y estamos llegando a unos niveles tan mezquinos que cuesta diferenciar mentira de verdad, circo de Parlamento , legalidad de ilegalidad, derecho de antojo. Se vende transparencia cuando preside la opacidad y sus escuchas y se cree que se es democrático por depositar cada cierto tiempo una papeleta en la urna, sin la información y reflexión necesaria.

Hace unos días un jurista de  solvencia lamentaba  que la campaña electoral se diferencia poco de las campañas publicitarias de los grandes almacenes, con la salvedad que la publicidad engañosa y subliminal está penada por la Ley, y las campañas electorales no, todo vale, todo se permite con tal de engañar al votante, de llevarle al huerto,  pues su obligación con el electorado prescribe en cuanto se cierren las urnas.

De todos los problemas que me preocupan, con ser importante el paro, la deuda pública –debemos más del 97% de lo que producimos-, la corrupción, el tema catalán…a mí en estos momentos y a la vista de todo lo que ocurre lo que más me preocupa es la obsoleta ley electoral que no da respuesta a nuestras necesidades, que no resuelve sino que incrementa nuestros problemas, que no permite que nuestro voto decida, que pone en peligro la unidad de España al premiar la inestabilidad y favorecer al independentismo. Se nos engaña con el que todos somos iguales y es una fragante mentira, pues hay territorios (País Vasco, Cataluña…) que con menos votos obtienen más diputados, y el uso que hacen de ello es sabido por todos. Se nos dice impúdicamente que la historia la vas a escribir tú, y de seguir las cosas como están, nos la escriben, como hasta ahora. Se denuncia que hay personas que ganan las elecciones sin presentarse y va a seguir ocurriendo. Se habla de defender la unidad de España sin complejos y uno se pregunta ¿cómo?...cuando la actual Ley Electoral no lo permite…Muchos de los problemas que elección tras elección nos atenazan y amedrentan se resolverían con listas abiertas y una doble vuelta si fuera necesaria.

Esto que expongo es conocido por todos. Hubo partidos que tuvieron representación suficiente para hacerlo (PSOE,PP…) y no quisieron hacerlo, seguro que habrá un porqué que no coincide con el sentir  ciudadano de que gobierne la lista más votada. De los recién llegados a la casta, sólo Ciudadanos y Vox lo denuncian,  los demás (IU,  Podemos …) callan. Lo único cierto  a día de hoy es que llevamos tres elecciones generales en menos de cuatro años y siempre los españoles tenemos que votar en un ambiente hostil, de tensión, donde se nos pide  madurez y reflexión de modo que busquemos la solución menos mala, la que menos nos complique la vida, la que garantice nuestra viabilidad económica y la paz social, y esto es difícil de lograr en un ambiente electoral presidido por engaños, mentiras, manipulación de sentimientos y promesas imposibles y donde los números se ocultan, se tapan y si hace falta se raspan.

Yo, señores, doy mi voto a quien me garantice una España paz, con igualdad de oportunidades para todos, en progreso, pero del bueno, del real, del que se cuantifica en las listas del paro, que permita a las familias sonreír, llegar a final de mes, sentirse a gusto de ser como son , vivan donde vivan, y para ello es necesario una nueva Ley Electoral que permita que  tú , de verdad, decidas y que escribas la historia con tu voto.

No se puede abrir en canal un país cada vez que llegan las elecciones y menos ocultar los verdaderos problemas de España y su posible solución. En estas próximas elecciones, las del 28 de abril, nos jugamos que desaparezca el socialismo por culpa del sanchismo o que un país más que centenario, uno de los más antiguos de Europa,  creador de una civilización y cultura de la que participan casi 600 millones de hablantes, desfallezca, se trocee, deje de existir. Yo no deseo ni lo uno ni lo otro. Nos necesitamos, pero visto lo visto últimamente, poder sin honra…NO, pues como decía el contraalmirante Menéndez Núñez, el héroe del puerto del Callao:” España más quiere honra sin barcos, que barcos sin honra”

                                      José Antonio Noval Cueto.




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