No digo nada nuevo si afirmo que la fiesta polesa con más
boato, liturgia, protocolo y corte es la de los Huevos Pintos. El núcleo de la
misma gira en torno a la Plaza del Ayuntamiento, en la que se instala su hórreo desmontable
que cobija los escanciados de sidra, la calle Florencio Rodríguez,
peatonalizada para la ocasión, y las
calles interiores del parque Alfonso X
el Sabio, en las que instalan las pequeñas carpas o casetas que cobijan a los
artesanos que muestran sus tradicionales y novedosos “huevos Pintos”. Desde las primeras horas de la mañana son multitud
las personas que ya merodean por la zona, venidos de todas las parroquias del
concejo y de otros concejos próximos, y de otros muchos lugares de Asturias e
incluso de fuera. Los más antiguos , los que llevamos algunas fiestas a la
espalda, sabemos que el elemento básico para que la fiesta brille, triunfe y
agrade es el tiempo. El año pasado el agua casi torrencial deslució y apagó la
fiesta; este año, con un sol madrugador y una temperatura agradable aportó la
luz, la alegría y el personal necesario para llenar bares, tabernas y calles. Lleno
hasta la bandera, faltaban aparcamientos y para comer; algunos tuvieron que
desplazarse a las localidades cercanas. No había mesa.
Si todos los Huevos Pintos, si el tiempo lo permite, agolpan
multitudes, más en tiempos preelectorales, próximos a las municipales de mayo.
Desde Barbón hasta Canga, desde Izquierda Unida , Ciudadanos, Podemos y Foro,
la misma Delegada de Gobierno y el alcalde en traje regional junto con
sus respectivos equipos se hicieron presentes como era de esperar.
En todo protocolo es regla básica la puntualidad, de modo que
el acto se desarrolle según lo previsto y no se alargue más de lo debido. El acto
central es la Bendición de los Huevos que año tras año corre a cargo del
párroco de San Pedro, don Fermín Riaño Menéndez, que ataviado con su elegante
capa de ceremonias, que aportaba más colorido y dignidad al acto, con su
discurso en mano y el micrófono fijo,
elaboró y pronunció un medido y certero
mensaje, en el que recordó la
importancia del ser humano y la necesidad de asociarnos, de ayudarnos, de
hacernos más presentes, más solidarios, ya que son muchas las dificultades y
problemas que salen a nuestro encuentro (guerras, hambre, paro, depresión…),
que demandan una mayor sensibilidad de las Administraciones públicas siempre
que las cuentas lo permitan.
Pronunciada la Bendición, entregados los premios y
visualizadas las destrezas de nuestros grupos folclóricos la Comitiva de
autoridades se abastece de sidra y visita la carpa y casetas de artesanos, con
sus huevos pintos y sus variadas temáticas y técnicas, en las que se conjuga
tradición e innovación…
Por la tarde , a las
18:00, el tradicional desfile de Huevos Pintos que abrían los Sidros de
Valdesoto que con sus pértigas saltaban, animaban y dialogaban con los espectadores. A esa hora
mi móvil me comunica que Don Manuel Marino Villa Díaz, el Alcalde de Transición
en Siero , había muerto. Dentro de la
lógica discrepancia política que es de suponer, siempre he tenido con Manolito
una buena amistad, aprecio y respeto. Tenía autonomía para decir “Sí” y “no”.
Era un hombre de concejo, amante de Siero, por encima de las indicaciones o
directrices partidarias. Era un hombre que reflejaba bien el espíritu de la Transición,
que no era otro que evitar que se volviera a reproducir el cruel episodio de
las dos Españas, en resumen , que no se tensionara nuestra convivencia.
Era un político de raza, con creatividad y sentido de la
oportunidad. No hacía política de todo, sino de aquello que a su buen criterio
lo merecía. Coincidí con él en el
Ayuntamiento en el mandato de 1995-1999 , época para él dolorosa, debido a las
consecuencias que le habían quedado de su lesión. Estuvo ausente los primeros
meses mientras seguía su rehabilitación, pero tan pronto como pudo asumió sus
funciones de portavoz y cumplió sus obligaciones con los ciudadanos de Siero,
como portavoz del PSOE. Sabía estar a las duras y a las maduras. Ejemplo éste
muy útil para aquellos que se prestan a presentarse a unas elecciones como
cabezas de lista y si no ganan, lo dejan, e incluso alguna como Carmena en
Madrid llegó a plantearlo, y otro tanto ha pasado en el Principado de Asturias
con algún otro candidato. Lo que desde mi manera de ver las cosas no es
correcto. Es una desconsideración con el electorado. Si uno se presenta, se
presenta para lo bueno, ganar, como para lo menos bueno, perder. Pero ambas
funciones son necesarias, se complementan. Si hay responsabilidad en el Gobierno,
no menos en la Oposición. Era un hombre de concejo, muy enamorado de Siero, y
todo punto que fuese a pleno y que beneficiase a Siero, conto siempre con su
apoyo, aunque quizás hubiera estrategias o indicaciones de partido en contra.
Tenía autonomía para decir “sí” o decir “no”. No era un hombre clínex.
Leía mucho y cambiábamos impresiones de libros, autores,
opiniones novedosas y de muchas de sus vivencias. En uno de esos plenos
ingeniosos y creativos, después de ir de réplica en réplica, me llamó Antonio
de Nebrija y siempre lo recordábamos. Entre sus muchas anécdotas recuerdo que
Manolito me contó que coincidió con Don
Manuel Fraga en un acto, y después de las protocolarias palabras de presentación, Don Manuel, sabedor
de la ingente tarea y responsabilidad de un alcalde, le dijo: “No conozco a un alcalde feliz”. Certera opinión que refleja el día a día de
un alcalde, que se siente feliz cuando rompe un papel y se dice un problema
menos, y apenas levanta la vista ya tiene tres nuevos en la mesa. Entre otros
muchos testimonios de Manolito, recuerdo que se desvivió para facilitar que las
monjas del Asilo de Pola pudieran ejercer su labor con seguridad jurídica y dignidad,
y que unos vecinos de Corripos (Valdesoto) muy agradecidos, me contaron que al declararse un incendio en su casa, en
plena Nochebuena, Manolito la pasó con ellos hasta que no se controlara el
fuego. Uno uno de sus grandes logros fue aprovechar la oportunidad que le
brindó el traslado de la fábrica de Explosivos Río Tinto de Lugones, y hacerse,
a buen precio, con la finca Santa Bárbara o La Cebera, que es un auténtico
pulmón dentro de Lugones y zona de ocio con potencialidades enormes, próxima al Requexón y
en el límite con el Concejo de Oviedo. Podría
decir más cosas, pero creo que estos ejemplos reflejan bien a la persona.
El desfile de Huevos de Pintos 2023 está a punto de acabar, y
de boca en boca pasa el mensaje del pesar que su muerte genera. ¡Que estas
palabras sean una muestra del aprecio y consideración que te tenía! Ha muerto Don Manuel Marino Villa Díaz , el
Día de Huevos Pintos del año 2023. ¡Descanse en paz!
José
Antonio Noval Cueto.
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