La incertidumbre laboral que rodea la vida de nuestros jóvenes hace que muchos de estos sólo aspiren a ser funcionarios o pensionistas, los
dos sectores que deciden la vida española, pero eso de ser autónomo y llevar a cabo
un proyecto, un negocio, una empresa, al menos en Asturias, está en franca
decadencia y eso que abundan charlas, cursillos, seminarios sobre emprendimiento o como convertir en
realdad la ilusión o el sueño de tu vida. La semana pasada en mi columna decía
que ahora que se quiere simplificar la realidad en buenos y malos, altos y bajos, derecha e izquierda,
fachas y progresistas, trabajadores y parados, empresa pública o privada…os
decía que no veía tan clara la distinción entre lo público y lo privado , salvo
que queramos reproducir el fracasado modelo soviético, en el que el único
empresario era el Estado, ya que lo
normal en un Estado de Derecho y Mercado libre es que ambos se relacionen y se
necesiten, pues los servicios públicos
que recibimos provienen de las aportaciones que hacemos los particulares y las
empresas, comercios y demás entes productivos. Si no hay ingresos, no hay
servicios; de ahí que una de las misiones básicas de un Gobierno que se precie
de serlo y de sus obligaciones es crear las condiciones idóneas para que se
abran empresas, comercios; en resumen, se favorezca la actividad económica, por
pequeña que sea. No hace mucho, la prensa económica comunicaba que casi el 95% de las empresas españolas eran pequeñas
empresas o micro empresas.
Siempre he defendido que la vocación existe y que es
obligación de uno, descubrirla y ser fiel a ella, y es que como me decía un
antiguo alumno en su Estudio: “José Antonio, yo no trabajo, disfruto”; por
desgracia hay muchos que se mueren sin descubrirla y otros muchos que en la
acelerada y cambiante sociedad que nos envuelve, no se les permite ejercerla,
con la frustración y desencanto que esto genera. No obstante hay excepciones, que a fuerza de
trabajo, de constancia, de responsabilidad, consiguen que la ilusión de su vida
se haga realidad, a pesar de las dificultades del momento actual y aun así,
tienen el coraje y osadía de montar su pequeña empresa, abrir su pequeño
negocio y hacer partícipe a la sociedad de su idea, de su proyecto, de su
ilusión.
Digo todo esto, porque el pasado miércoles, a primera hora de
la mañana, un antiguo alumno, persona noble y sana donde las haya, de nombre
Jorge, natural de Llanera y muy vinculado a Lieres por su madre, trabajador y
enamorado de la ganadería desde su más tierna infancia, hacía realidad la
ilusión de su vida: Abrir su propia carnicería en las buenas y excelsas tierras
maliayas, concretamente en Villaviciosa. ¡Que tengas mucha suerte!¡Te deseo lo
mejor! ¡Mucho ánimo!
Mientras escribía estas letras me llegaba la noticia del
fallecimiento de Don Josep Piqué Camps ministro de Industria, de Ciencia y de
Exteriores e incluso en algunos momentos Portavoz del Gobierno en la época de
Don José María Aznar López, y con quien coincidí en el Acto de Inauguración de
la feria de Muestras del año 1998, en la que tuvo una intervención tan
brillante que ahora que la recuerdo, me parece estar escuchándole.
En una ceremonia protocolaria como suele ser la de la
inauguración de la Feria, después de las palabras de rigor a cargo del entonces
Presidente don Sergio Marqués Fernández, quien le sucedió en el turno de la palabra lanzó un duro ataque
político y queja contra el Gobierno Central, a quien representaba el Sr. Piqué
en el acto, con datos imprecisos sobre la Naval, Uninsa, Ensidesa… Todos
quedamos boquiabiertos, asombrados, no nos parecía el momento ni el lugar
adecuado para hacerlo. Era una auténtica encerrona, y además se daba el hecho
que Josep Piqué , entonces independiente dentro de las filas del PP, era una
persona que provenía del mundo de la empresa y con no mucha experiencia
política .Él era quien cerraba el Acto y su réplica fue clara y contundente , y
todo en un tono mesurado y sereno. Empezó con los lógicos agradecimientos y
deseos , para ir descendiendo al detalle y rebatir con cifras y números cada
queja o denuncia mal documentada que se había emitido y ante cada una empezaba
su argumentario con la expresión: “Hay que ser mezquino para negar las evidencias
“ y a continuación exponía lo que el
partido del denunciante habían prometido
hacer y lo que el Gobierno actual hizo y
hace. Al acabar su intervención , nuestra lógica preocupación se trocó en
impresión y admiración ante el rigor y documentación aportada, y ante el tono
divulgativo y mesurado empleado. ¡Vaya cabeza! Situaciones como la descrita no
gustan a nadie, pero se resolvió gracias a la inteligencia, serenidad y trabajo
del Sr. Ministro que estaba bien informado y traía los deberes hechos. Esta
pequeña anécdota o recuerdo evidencia bien la calidad y valía del ministro
Piqué, fallecido el pasado jueves, o jueves de Pasión, y con ella quiero expresar mi pesar por su fallecimiento.
El ministro traía los
deberes hechos y dio una buena prueba de inteligencia, rigor y respeto a la verdad que
merece todo ciudadano. ¡Hay políticos y políticos, pero de este nivel no
abundan! ¡Muchas gracias, Sr. Piqué! ¡Descanse en paz!
José Antonio Noval Cueto.
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