viernes, 7 de abril de 2023

“Un deseo y un recuerdo…” ("La Nueva España Digital de Siero", 10-IV-2023)

La incertidumbre laboral que rodea la vida de nuestros jóvenes hace que muchos de estos sólo aspiren a ser funcionarios o pensionistas, los dos sectores que deciden la vida española, pero eso de ser autónomo y llevar a cabo un proyecto, un negocio, una empresa, al menos en Asturias, está en franca decadencia y eso que abundan charlas, cursillos, seminarios  sobre emprendimiento o como convertir en realdad la ilusión o el sueño de tu vida. La semana pasada en mi columna decía que ahora que   se quiere simplificar la realidad  en buenos y malos, altos y bajos, derecha e izquierda, fachas y progresistas, trabajadores y parados, empresa pública o privada…os decía que no veía tan clara la distinción entre lo público y lo privado , salvo que queramos reproducir el fracasado modelo soviético, en el que el único empresario era el Estado,  ya que lo normal en un Estado de Derecho y Mercado libre es que ambos se relacionen y se necesiten, pues  los servicios públicos que recibimos provienen de las aportaciones que hacemos los particulares y las empresas, comercios y demás entes productivos. Si no hay ingresos, no hay servicios; de ahí que una de las misiones básicas de un Gobierno que se precie de serlo y de sus obligaciones es crear las condiciones idóneas para que se abran empresas, comercios; en resumen, se favorezca la actividad económica, por pequeña que sea. No hace mucho, la prensa económica comunicaba que casi  el 95% de las empresas españolas eran pequeñas empresas o micro empresas.

Siempre he defendido que la vocación existe y que es obligación de uno, descubrirla y ser fiel a ella, y es que como me decía un antiguo alumno en su Estudio: “José Antonio, yo no trabajo, disfruto”; por desgracia hay muchos que se mueren sin descubrirla y otros muchos que en la acelerada y cambiante sociedad que nos envuelve, no se les permite ejercerla, con la frustración y desencanto que esto genera.  No obstante hay excepciones, que a fuerza de trabajo, de constancia, de responsabilidad, consiguen que la ilusión de su vida se haga realidad, a pesar de las dificultades del momento actual y aun así, tienen el coraje y osadía de montar su pequeña empresa, abrir su pequeño negocio y hacer partícipe a la sociedad de su idea, de su proyecto, de su ilusión.

Digo todo esto, porque el pasado miércoles, a primera hora de la mañana, un antiguo alumno, persona noble y sana donde las haya, de nombre Jorge, natural de Llanera y muy vinculado a Lieres por su madre, trabajador y enamorado de la ganadería desde su más tierna infancia, hacía realidad la ilusión de su vida: Abrir su propia carnicería en las buenas y excelsas tierras maliayas, concretamente en Villaviciosa. ¡Que tengas mucha suerte!¡Te deseo lo mejor! ¡Mucho ánimo!

Mientras escribía estas letras me llegaba la noticia del fallecimiento de Don Josep Piqué Camps ministro de Industria, de Ciencia y de Exteriores e incluso en algunos momentos Portavoz del Gobierno en la época de Don José María Aznar López, y con quien coincidí en el Acto de Inauguración de la feria de Muestras del año 1998, en la que tuvo una intervención tan brillante que  ahora que la recuerdo, me parece estar escuchándole.

En una ceremonia protocolaria como suele ser la de la inauguración de la Feria, después de las palabras de rigor a cargo del entonces Presidente don Sergio Marqués Fernández, quien le sucedió en el turno de la palabra lanzó un duro ataque político y queja contra el Gobierno Central, a quien representaba el Sr. Piqué en el acto, con datos imprecisos sobre la Naval, Uninsa, Ensidesa… Todos quedamos boquiabiertos, asombrados, no nos parecía el momento ni el lugar adecuado para hacerlo. Era una auténtica encerrona, y además se daba el hecho que Josep Piqué , entonces independiente dentro de las filas del PP, era una persona que provenía del mundo de la empresa y con no mucha experiencia política .Él era quien cerraba el Acto y su réplica fue clara y contundente , y todo en un tono mesurado y sereno. Empezó con los lógicos agradecimientos y deseos , para ir descendiendo al detalle y rebatir con cifras y números cada queja o denuncia mal documentada que se había emitido y ante cada una empezaba su argumentario con la expresión: “Hay que ser mezquino para negar las evidencias “ y a continuación  exponía lo que el partido del  denunciante habían prometido  hacer y lo que el Gobierno actual hizo y hace. Al acabar su intervención , nuestra lógica preocupación se trocó en impresión y admiración ante el rigor y documentación aportada, y ante el tono divulgativo y mesurado empleado. ¡Vaya cabeza! Situaciones como la descrita no gustan a nadie, pero se resolvió gracias a la inteligencia, serenidad y trabajo del Sr. Ministro que estaba bien informado y traía los deberes hechos. Esta pequeña anécdota o recuerdo evidencia bien la calidad y valía del ministro Piqué, fallecido el pasado jueves, o jueves de Pasión, y con ella  quiero expresar mi  pesar por su fallecimiento.

 El ministro traía los deberes hechos y dio una buena prueba de  inteligencia, rigor y respeto a la verdad que merece todo ciudadano. ¡Hay políticos y políticos, pero de este nivel no abundan! ¡Muchas gracias, Sr. Piqué! ¡Descanse en paz!

 

                                           José Antonio Noval Cueto.





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