El pasado martes, 28 de marzo, a eso de las 11 de la mañana,
en pleno centro de Sama, un coche blanco, desconozco la marca, sin ninguna
bandera, con su megáfono, en un castellano claro y directo, convocaba a los ciudadanos
a una concentración en defensa de la sanidad pública para el miércoles,29 de marzo, casi a la misma hora, a
las puertas del Hospital del Valle del Nalón , reivindicando: mejores servicios sanitarios, más
contratación de médicos y enfermeras , reducción de las listas de espera , que
el sábado se abra el dispensario médico de la zona…Hacía tiempo que no oía un
megáfono – quizás consecuencia de la pandemia- con un mensaje tan claro que sorprendía al peatón que en su fuero interno
se decía: “Ya era hora…”. Mensaje que después de tantos silencios cómplices –
las fuerzas sindicales ni están ni se las espera- abre la esperanza que de una
vez se encaren y enfrenten los verdaderos problemas que preocupan y angustian a
la mayoría de los mortales. Siempre defendí un sindicalismo libre , en el pleno
sentido del término , no al servicio de alguna fuerza política, sino del bien
común, general, y quien antepone su fidelidad
ideológica al bienestar general creo que
debe replantearse su actividad sindical…Digo estas palabras con gran pesar y
desencanto – pues no era esto lo previsto en la Constitución del 78- y más en las circunstancias que vivimos,
donde quien más, quien menos, observa con desencanto que el llamado “Estado del bienestar”
(Educación, pensiones y sanidad) no goza de buena salud, y que cuando uno tiene
un problema , el llamado Papa Estado que a veces se entremete en lo que no le
compete, hace dejación de funciones , y tiene que buscarse la vida como puede, y eso
sí, siempre que sus ahorros lo permitan. Volvemos al pasado y nadie quiere remediarlo,
por mucha robótica médica que se utilice y airee.
Todos sabemos que el dinero no llega para todo y más en
tiempos de estrechez como los que vivimos, pero intentémoslo. Marquemos
prioridades, - evitemos los gastos innecesarios, caprichosos, vanos-, gestionemos
bien los dineros , planifiquemos bien los recursos humanos y materiales que
tenemos y que el” boca a oreja”, sistema tan antiguo como la vida misma, devuelva a la Sanidad al prestigio que siempre
tuvo.¡¡Cuántas alegrías dio en su día el Hospital General de Asturias a todos
nosotros! ¡Pensemos más en cómo facilitar la comunicación y confianza entre
paciente y doctor- núcleo básico del sistema- que en las estadísticas!¡ Hemos
de conseguir que el profesional se considere dignificado y el paciente bien
atendido y tratado!¡Hemos de lograr entre todos que el servicio médico- uno de
los más apreciados por todos, si no el que más - así lo reflejan muchas cartas de lectores- que se ofrece y se recibe
sea de calidad, y esto depende fundamentalmente de dos factores :
profesionalidad y trato humano .
El gratis no existe. Todo tiene un coste, ya el tiempo que le
dedica un doctor a su paciente, la medicación que receta, las pruebas que le
hacen o las mismas instalaciones o dependencias que se usan… Es de desear que
se haga un uso responsable de los medios que se tienen por parte de todos, y
que las metas u objetivos a realizar sean de sentido común, razonables,
posibles, y sé que todo esto depende de la asignación económica. A todos nos interesa la eficiencia, la
calidad, la excelencia médica que trae consigo una mayor dignificación
profesional , una mayor confianza y
seguridad para todos, un saberse en
buenas manos, como dicen ahora los pacientes del Hospital de la Paz de Madrid,
al ser calificado como uno de los mejores de Europa. Y todo esto debe ser
compatible con la necesaria actividad investigadora que ha hecho posible que la
media de edad de España haya pasado de los cuarenta años, a principios del
siglo XX, a los ochenta y dos u ochenta y cuatro de ahora.
De todo esto tienen que hablar y negociar las fuerzas
políticas de nuestro Parlamento, y más en una región tan envejecida como la
nuestra, que se acerca peligrosamente a los cincuenta años de media, con poca
natalidad y con serias dificultades económicas.
La llamada izquierda, término últimamente de difícil
definición, cuando está en la oposición suele lanzar lemas o titulares como
“Participación ciudadana” “Presupuestos participativos” que una vez en el
Poder, ocultan , silencian. Pues bien,
en reclamo de esa necesidad tan básica y urgente como es
disponer y disfrutar de una sanidad de calidad, sea pública o
privada, -cada vez me cuesta más diferenciar lo público de lo privado-, pido
que se arbitre y asigne una partida presupuestaria adecuada que facilite la contratación de
mayor número de profesionales , reducción de listas de esperas…., en resumen,
una medicina de calidad.
La Cuenca es la Cuenca, en este caso la del Nalón, no deja a
nadie insensible y ha expresado su sentir, su queja, en una clara y serena
mañana de marzo del 2023. ¡Muchas gracias!
José Antonio
Noval Cueto.
PD. Siempre me ha sorprendido desde hace décadas, que a pesar
de la escasez de médicos/as, enfermeros/as…Estos tengan que tener una
puntuación excesiva, casi imposible, para ingresar en la Facultad de Medicina, de
Enfermería, de modo que una sola nota baja, que no mala, en uno de los exámenes
de la EBAU, le impida ser médico,a…enfermero,a… a pesar que tener un nota media
muy alta en Bachiller. No parece muy razonable. Desconozco los motivos, pero
siempre se ha dicho que la Universidad debe dar respuesta a las necesidades de
la sociedad, y éstas son conocidas, basta escuchar el megáfono.
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