No
hay sector de este país que no salga a la calle, que no reclame sus prebendas,
que no se considere injustamente tratado, llámense profesores, médicos, jueces,
mineros, metalúrgicos, jubilados, funcionarios, en resumen, todo hijo de
vecino, y estos días los hombres de
ciencia, los receptores de los programas I+D+i, uno de los sectores peor
tratados tradicionalmente por la clase política española desde el inicio de la Transición. Lo único
cierto es que a pesar de elevarnos las expectativas de vida de los 40 a casi los 80 en poco más
de cien años, o quizás por eso, ya que al ser el país más longevo de Europa no
nos llega el dinero para pagar las pensiones, los españoles, en general,
seguimos sin reconocer la importancia que tiene la investigación en todas las
facetas del bienestar y crecimiento económico, la llamada “economía del
conocimiento”, y esto cobra más importancia si recordamos que la mano de obra
de los países emergentes (India, China…) es mucho más barata que la nuestra, de
donde se deduce que la única manera de hacer frente esa competencia desleal que
supone trabajar a precios de saldo es logrando que nuestra tecnología sea de lo
más puntera y consecuentemente más productiva.
Creo
que ya va siendo hora que tengamos claras las prioridades y debemos anteponer
al cultura industrial y técnica, la investigación tecnológica a lo meramente lúdico, aunque reconozco que
todo es necesario, pero la primera urgencia es garantizar los “garbanzos”,
tener unos ingresos, unas fuentes de riqueza, un futuro, y la única manera de
conseguirlo es a través de programas serios y rigurosos de investigación que
den soluciones a los problemas que tenemos los ciudadanos y evitar que nuestra
única salida sea el cierre por liquidación o la emigración, pues por muy preparados que estén nuestros jóvenes siempre
supone desarraigo, dificultades del adaptación y cierta o mucha frustración, y
eso sin entrar en más consideraciones de tipo económico al ver que los dineros
invertidos en educación dan fruto en otros países, en otras culturas, y para
remate con mínimas posibilidades de regreso.
Y entretanto
uno observa con pesar, como se pierden acuíferos en Pajares, como se desertiza
un 37% del territorio español, como a falta de saneamientos aparecen sumideros
en concejo de Siero, y al mejor físico europeo , español de nacimiento, de
nombre Diego Martínez Santos, se le niega beca en España y mientras el
Barcelona paga 57 millones de euros por un jugador brasileño. Afortunadamente la Bayer apuesta por Asturias y
la aspirina enmadreñada sirve para todos y todo, y últimamente, gracias al auge
de la medicina preventiva se está limitando el uso de los antitumorales. Visto
lo visto uno llega a preguntarse si es más importante un gol de Neymar o la adaptación y duración de mi prótesis de cadera. Con razón decía Miguel de Unamuno :¡ Qué
inventen ellos!
José Antonio Noval Cueto.
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