sábado, 28 de septiembre de 2013

Educación política.



Nos guste o no, todo pasa por la política. La solución a los problemas de España, de Asturias, de Siero …depende de la política, y hablar de Política, es hablar de todos, tanto de los que ejercen libremente esta actividad, como de quienes escogemos y seleccionamos a los candidatos idóneos. Pero en esta España del todo vale, en esta España donde todo se banaliza y menosprecia, no sorprende que se enjuicie y valore la actividad política con ligereza y que de manera irresponsable se introduzca el voto en la urna, sin percatarnos de las consecuencias que ello trae , al ser uno corresponsable de los aciertos y desaciertos de las personas que eliges.

La crisis económica y la falta de soluciones a los múltiples problemas que ahogan al vecindario ha incrementado más el descrédito de la clase política – sobre alguien hay que arrojar la queja, la crítica- y da pie a que muchos teóricos de la política empiecen a diseñar argumentos que un día sí y otro también aparecen en los medios de comunicación. Que si hay que saber inglés para poder hacer un papel digno en la Política, que si hay que licenciar a muchos políticos, que si hay que limitar el tiempo de ejercicio de la actividad política, que si hay que prescindir de los jóvenes cachorros que se amamantan de las ubres de su organización política, que no debe ejercer la actividad política quien no tenga un trabajo o profesión, que es aconsejable que no cometa faltas de ortografía, que debe tener tal titulación y excelente currículo, que si debe ser experto en el manejo de las redes sociales, que debe saber comunicarse, y podría seguir diciendo más argumentos que tendrían el elogio y el reconocimiento de muchos, pero creo que las cosas son más sencillas y de puro sentido común, y pienso que ya va siendo hora de poner las cosas en su sitio.



Para ejercer la actividad política se requiere vocación de servicio, de entrega, de trabajo en pro de los demás, sensatez. A la Política se viene a trabajar, a plasmar y llevar adelante uno proyecto, unas ideas que contribuyan a hacer una sociedad mejor, más humana y más justa. Una sociedad que garantice una auténtica igualdad de oportunidades. La Alta Política, la Política con mayúsculas, la Política sana es puro ejercicio del sentido común, y cuando éste no se usa algo raro pasa, algo se encubre, y si esto ocurre, lo que debe hacer el político que no se representa a sí mismo es marcharse, dejar el camino libre. Ahora que estamos en plena tramitación de la nueva ley de educación, ahora que tanto se habla de transparencia, no vendría mal que a nuestros jóvenes se les diera unos conocimientos mínimos sobre lo que son las tres grandes administraciones que existen en la vida española: Ayuntamiento, Autonomía, Estado Central, pues con todas ellas tendrá que relacionarse a lo largo de su vida. Dicho esto no me resigno a recordar unas palabras que aireaba una copla republicana un martes de mercado de Pola de Siero, que más o menos decía así: “Para gobernar los pueblos no nos sirven hombres de mayor o menor inteligencia, lo que necesitamos es hombres que tengan conciencia”. ¿Cuida y se preocupa nuestra sociedad de proteger la Conciencia? ¿Cotiza o importa mucho en la actualidad?



                         José Antonio Noval Cueto.

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