Fiel al principio que una imagen vale más que mil palabras,
son muchos los políticos que se quieren inmortalizar, engañar o denunciar con
imágenes, fotos, o sea gestos, y de
estos ha ofrecido muchos la realidad reciente. Así recordemos la fotografía de
la aspirante a alcaldesa de Madrid, doña Manuela Carmena, en la estación del
Metro – desconozco si siempre fue usuaria del Metro o si lo fue sólo para la
ocasión-. Supongo que ahora, alcaldesa en ejercicio, tendrá un protocolo de
seguridad y no se le recomendará usar el
metro como cualquier otro ciudadano.
También ha sido muy divulgada en los medios la llegada en bicicleta al
Ayuntamiento de Valencia del nuevo alcalde, algo que quizás debe cuidar más
desde ahora, por los motivos que todos sabemos o sospechamos, y eso que la bicicleta se pone de moda, va a más, no en vano en las pasadas elecciones la
bicicleta , desconozco los motivos, fue
uno de los medios de transporte más reivindicados y utilizados, ya en Madrid ya
en Siero- desconozco en que media para bien o para mal la bicicleta influyó en
el resultado electoral-. Otra de las imágenes que ha hecho época fue la del
acto de investidura como alcalde del actual regidor de Cádiz que lucía para la
ocasión pantalón de loneta blanco y amplia camisa blanca,- me recordó a García
Márquez vestido con su “liquiliqui”, reluciente y planchado para recibir el
Premio Nobel de 1982- que le daba cierto
aspecto caribeño, quizás por eso de que “Cádiz es la Habana con más salero”, independiente de las pequeñas arracadas en sus
orejas. Hace unos días y con motivo de una boda los medios difundían su imagen
de alcalde, vestido de traje para contento de los novios, y se le notaba cierto
donaire, o sea, que no era la primera vez que se lo ponía, ya que quizás
recordaba sus años mozos de chaqueta
azul y corbata. En su honor , un mérito, no quito el crucifijo del atril-mesa donde
prometió el cargo.
Sorprende que ahora que los pintores se han burocratizado y
tiene su horario de trabajo, comida y sueño; ahora los escritores no llevan barba de chivo ni usan paragüas rojo
para significarse, y todo con la única intención de trasmitir normalidad, ahora
que sabemos que la creatividad no depende de la longitud y grosor de las
melenas, ni del tipo de comidas ni del vestuario o nacimiento, es precisamente
ahora cuando los nuevos políticos surgidos del desamparo, miseria y desahucio recurren
a este tipo de gestos, de picardías, para
encandilar al pueblo y decir, somos diferentes, soy uno de los vuestros, como
pregonaba un socialista aspirante …
Llamemos a las cosas por su nombre y pidamos que todas estas
personas tengan voluntad de servicio, de respetar y complacer a sus vecinos, y esto debe
traducirse en dignificar las instituciones que sus representados les han
ofrecido, ya sea con corbata o con pajarita, - en los sesenta todos los niños
queríamos poner corbata, ya de goma o manual, fuera cual fuera la camisa y su
color- pero especialmente con trabajo,
con proyectos, con entrega, con disponibilidad, o dicho de modo más sencillo y
expresivo:¡Qué corra el papel!, que es el mejor síntoma de que hay proyectos,
que se buscan o aprueban soluciones . Y no se dignifican cuando se busca el
rechazo, la división, el enfrentamiento en sus decisiones, o dicho de modo más sencillo,
cuando no se respeta el sentir y modo de ver la vida de cada comunidad, de cada
pueblo. En resumen, se debe respetar la Historia y el momento que nos ha tocado
vivir , que la sociedad de este mundo consumista es como es y no como yo
quisiera que fuese, me gusten o me disgusten el fútbol, los toros, el BMW, la
paella con bogavante o el vino de Rivera. Hace algún tiempo me encontré con una
definición de política que puede ser válida y con la que voy a concluir estas
letras y que dice:” La Política es el arte de hacer posible lo posible “.
¡Dediquémonos a ello y dejemos la foto, la palabra hueca, la sonrisa hipócrita,
el quedar bien para otro momento!
José Antonio Noval Cueto
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