En este mercado persa donde vivimos en el que cada uno ofrece
su mercancía con la única y exclusiva intención de incrementar su cuenta de
resultados, sin plantearse la bondad y maldad de la misma, no tiene que
sorprendernos que la manipulación sea un arma de combate y que la dignidad de las personas se reduzca a
beneficio , placer o cosa.
Esta conducta depredadora
y voraz que afecta a todas las edades y sexos, se ha encontrado en el camino un
“pequeño David” que con el poder de su honda está haciendo temblar a todo
Hollywood y a toda la sociedad occidental. Me refiero al espontáneo movimiento
que se ha generado en las redes sociales, a partir del 15 de octubre cuando la
actriz Alyssa Milano escribe en su monitor la palabra “Me Too” (“Yo también”) y
desde entonces millones las personas han compartido su petición, que no sólo
denuncian la agresión y acoso sexual que sufren las mujeres, sino los intentos
de cosificación o indignidad a que son o puedan ser sometidas.
Todo lo que ocurre en América, concretamente en EEUU, acaba
llegando a nosotros – en este caso se puede decir que el mismo día -, y por
aquello de que España es diferente, aunque el problema sea el mismo, hemos
visto muchos actos reivindicativos y concretamente, en las campanadas de Noche Vieja ,la presentadora
Cristina Pedroche se hizo eco del mensaje y nos dijo: “Pido de todo corazón que
en el año 2018 se acabe con el juicio de nuestro cuerpo”, aunque para ello
utilizo un vestido excesivamente trasparente que la cosificaba en exceso. Su petición estaba
además justificada por las alarmantes
noticias que nos llegan de Pamplona, Aranda, Coruña y últimamente de Jaén, que
dan pie a pensar cómo es posible que
ocurra esto o por qué la sociedad genera alimañas de ese
nivel, y es aquí donde me quedo, pues causas hay y puede haber muchas, pero la
mayoría tienen que ver con la educación, con la información y principios recibidos, y en ese terreno los
culpables son muchos, y es que lamentablemente aún no nos hemos planteado
seriamente qué tipo de ciudadano o qué tipo de sociedad queremos, algo que
puede entenderse si ni siquiera nos ponemos de acuerdo para contar nuestra
historia común . Y esto no admite
demora.
Esta semana, en este territorio hostil en que nos movemos, en
pleno San Valentín, donde se suele airear amor de confeti y consumo, me
encontré con una noticia que me ha
devuelto la ilusión, la esperanza, una infusión de optimismo de la que tan
necesitado estaba. Sus protagonistas, vecinos del portal de al lado, de Oviedo,
que han tenido la bondad de contarnos su vida, de desnudar su corazón y
decirnos que se aman, y todo ello gracias al excelente reportaje de los
periodistas del Comercio,A. Villacorta, D.Fuente y B. Hidalgo, quienes bajo el
atinado título de “Amor del bueno”, han tenido el acierto de dejarles hablar,
de situar la noticia y relatarnos su contenido, mensaje que a un viejo-joven
como yo ha impactado y supongo que mucho más a los jóvenes que lo lean ,necesitados
como están de certezas, de mensajes serios , positivos que justifiquen una vida
e indiquen el camino a seguir.
En tiempos donde la inmadurez , el me apetece, la deslealtad,
la falta de compromiso tiene su trono; en tiempos donde la rupturas
matrimoniales dan la cifra preocupante de 2408 disoluciones en 2016 en Asturias,
que Antonio, uno de los protagonistas, nos diga que se enamoró de Covadonga
porque “era muy buenina”, y que ella misma nos diga, que después de veinticinco
años de matrimonio, que “no sirven para estar enfadados”, “que Antonio siempre
tiene detalles con ella” y que durante
este tiempo, a pesar de las contrariedades de la vida, - Antonio de un día para
otro se quedó ciego-, sus herramientas siempre han sido :respeto, sentido del
humor, saber escuchar y alejarse del rencor”. Dicho esto, ¿qué más se puede decir y pedir si no daros
las gracias por vuestro testimonio del
que necesitados estamos? Se puede
construir un mundo mejor, sólo depende de nosotros y de las “provisiones” que
tengamos para el camino, para la vida. Me gustaría que testimonios como éste sean materia de trabajo y reflexión en los gabinetes de asesoramiento de jóvenes, parejas o matrimonios. ¡Muchas gracias!
José Antonio Noval Cueto.
José Antonio Noval Cueto.
Sí señor D. José Antonio Noval Cueto he aquí un bellísimo ejemplo de que sí es posible el rescate de los sentimientos humanos, muy a pesar de la descomposición social e ignorancia en la que permanentemente algunos medios de comunicación insisten en sumirnos. Lo trascendencia de los valores y sentimientos humanos se impone generación tras generación por encima de la impunidad ,corrupción y desdén con el que algunos " lidersillos o mésias tropicales" pretende callar o ignorar.Solo nos resta Difundir,promover y vivir acorde a los valores fundamentales del ser humano es lo único que nos queda.Saludo cordial desde la Ciudad de México.
ResponderEliminarMuchas gracias por sus palabras que aminan a uno a seguir escribiendo y difundir el mucho bien que a veces tenemos a nuestro lado y no vemos. Es verdad que cada vez se produce una dicotomía, contradicción,entre el mundo que se publica y la sociedad que uno patea. Soy de los que cree que con buenos mensajes y testimonios se pude construir un mundo mejor donde el verdadero protagonista sea el ser humano. Reitero mi agradecimiento. Un saludo desde Pola de Siero (Asturias)
EliminarAsí sea...por ejemplo en algunas escuelas Primarias existe un programa(al menos en ésta ciudad), de Padres Lectores Voluntarios. El año escolar pasado una vez por semana frente a un grupo, alguno de los padres o madres voluntarios elije leer en voz alta( durante 30 min.) sobre algún tema de interés del grupo. El tema fue fomento y practica de los valores humanos,esperamos haber sembrado algunas semillas entre los pequeños sobre la importancia de -VIVIR-los valores y no solamente enunciarlos como un tema de conversación.Gracias por tomarse el tiempo de compartir inquietudes. Seguiremos en contacto.
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