domingo, 18 de febrero de 2018

“Amor del bueno”


En este mercado persa donde vivimos en el que cada uno ofrece su mercancía con la única y exclusiva intención de incrementar su cuenta de resultados, sin plantearse la bondad y maldad de la misma, no tiene que sorprendernos que la manipulación sea un arma de combate y que  la dignidad de las personas se reduzca a beneficio  , placer  o cosa.

Esta conducta  depredadora y voraz  que afecta a todas las edades y  sexos, se ha encontrado en el camino un “pequeño David” que con el poder de su honda está haciendo temblar a todo Hollywood y a toda la sociedad occidental. Me refiero al espontáneo movimiento que se ha generado en las redes sociales, a partir del 15 de octubre cuando la actriz Alyssa Milano escribe en su monitor la palabra “Me Too” (“Yo también”) y desde entonces  millones las personas  han compartido su petición, que no sólo denuncian la agresión y acoso sexual que sufren las mujeres, sino los intentos de cosificación o indignidad a que son o puedan ser sometidas.

Todo lo que ocurre en América, concretamente en EEUU, acaba llegando a nosotros – en este caso se puede decir que el mismo día -, y por aquello de que España es diferente, aunque el problema sea el mismo, hemos visto muchos actos reivindicativos y concretamente, en  las campanadas de Noche Vieja ,la presentadora Cristina Pedroche se hizo eco del mensaje y nos dijo: “Pido de todo corazón que en el año 2018 se acabe con el juicio de nuestro cuerpo”, aunque para ello utilizo un vestido excesivamente trasparente que  la cosificaba en exceso. Su petición estaba además  justificada por las alarmantes noticias que nos llegan de Pamplona, Aranda, Coruña y últimamente de Jaén, que dan  pie a pensar cómo es posible que ocurra esto   o por qué la sociedad genera alimañas de ese nivel, y es aquí donde me quedo, pues causas hay y puede haber muchas, pero la mayoría tienen que ver con la educación, con la información  y principios recibidos, y en ese terreno los culpables son muchos, y es que lamentablemente aún no nos hemos planteado seriamente qué tipo de ciudadano o qué tipo de sociedad queremos, algo que puede entenderse si ni siquiera nos ponemos de acuerdo para contar nuestra historia común  . Y esto no admite demora.

Esta semana, en este territorio hostil en que nos movemos, en pleno San Valentín, donde se suele airear amor de confeti y consumo, me encontré con una noticia  que me ha devuelto la ilusión, la esperanza, una infusión de optimismo de la que tan necesitado estaba. Sus protagonistas, vecinos del portal de al lado, de Oviedo, que han tenido la bondad de contarnos su vida, de desnudar su corazón y decirnos que se aman, y todo ello gracias al excelente reportaje de los periodistas del Comercio,A. Villacorta, D.Fuente y B. Hidalgo, quienes bajo el atinado título de “Amor del bueno”, han tenido el acierto de dejarles hablar, de situar la noticia y relatarnos su contenido, mensaje que a un viejo-joven como yo ha impactado y supongo que mucho más a los jóvenes que lo lean ,necesitados como están de certezas, de mensajes serios , positivos que justifiquen una vida e indiquen el camino a seguir.

En tiempos donde la inmadurez , el me apetece, la deslealtad, la falta de compromiso tiene su trono; en tiempos donde la rupturas matrimoniales dan la cifra preocupante de 2408 disoluciones en 2016 en Asturias, que Antonio, uno de los protagonistas, nos diga que se enamoró de Covadonga porque “era muy buenina”, y que ella misma nos diga, que después de veinticinco años de matrimonio, que “no sirven para estar enfadados”, “que Antonio siempre tiene detalles con ella”  y que durante este tiempo, a pesar de las contrariedades de la vida, - Antonio de un día para otro se quedó ciego-, sus herramientas siempre han sido :respeto, sentido del humor, saber escuchar y alejarse del rencor”. Dicho esto,  ¿qué más se puede decir y pedir si no daros las  gracias por vuestro testimonio del que necesitados estamos? Se  puede construir un mundo mejor, sólo depende de nosotros y de las “provisiones” que tengamos para el camino, para la vida.  Me gustaría que testimonios como éste sean materia de trabajo y reflexión en los gabinetes de asesoramiento de jóvenes, parejas o matrimonios. ¡Muchas gracias!

                                 José Antonio Noval Cueto.

                 

3 comentarios:

  1. Sí señor D. José Antonio Noval Cueto he aquí un bellísimo ejemplo de que sí es posible el rescate de los sentimientos humanos, muy a pesar de la descomposición social e ignorancia en la que permanentemente algunos medios de comunicación insisten en sumirnos. Lo trascendencia de los valores y sentimientos humanos se impone generación tras generación por encima de la impunidad ,corrupción y desdén con el que algunos " lidersillos o mésias tropicales" pretende callar o ignorar.Solo nos resta Difundir,promover y vivir acorde a los valores fundamentales del ser humano es lo único que nos queda.Saludo cordial desde la Ciudad de México.

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    1. Muchas gracias por sus palabras que aminan a uno a seguir escribiendo y difundir el mucho bien que a veces tenemos a nuestro lado y no vemos. Es verdad que cada vez se produce una dicotomía, contradicción,entre el mundo que se publica y la sociedad que uno patea. Soy de los que cree que con buenos mensajes y testimonios se pude construir un mundo mejor donde el verdadero protagonista sea el ser humano. Reitero mi agradecimiento. Un saludo desde Pola de Siero (Asturias)

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    2. Así sea...por ejemplo en algunas escuelas Primarias existe un programa(al menos en ésta ciudad), de Padres Lectores Voluntarios. El año escolar pasado una vez por semana frente a un grupo, alguno de los padres o madres voluntarios elije leer en voz alta( durante 30 min.) sobre algún tema de interés del grupo. El tema fue fomento y practica de los valores humanos,esperamos haber sembrado algunas semillas entre los pequeños sobre la importancia de -VIVIR-los valores y no solamente enunciarlos como un tema de conversación.Gracias por tomarse el tiempo de compartir inquietudes. Seguiremos en contacto.

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