lunes, 26 de marzo de 2018

“El Día Mundial del Agua”



Si siempre el agua ha tenido protagonismo, más ahora que hasta Hollywood la ha premiado con cuatro óscar en la película “La Forma del Agua”, cuyo título ya habla por sí solo. No hace mucho se nos dijo  que Asturias necesita para abastecerse el agua de las minas o nuevas presas; que los asturianos consumimos más litros de agua que la media nacional – concretamente 31 litros más al día- y  eso que los españoles consumimos menos agua al día que la media de los europeos. En resumen, que los tiempos de la palangana y el baño semanal están muy lejos.

No soy muy partidario de las celebraciones o conmemoraciones para publicitar o evidenciar un problema, pues creo que con el pasar de los años se banaliza – por eso de que el sistema lo engulle todo -, queda en  anuncio, en protocolo, en un hacer que se hace;  no obstante reconozco que aun así si alguien se sensibiliza y se compromete, bienvenido.

Este año de tantas ciclogénesis  explosivas celebramos el Día Mundial  del Agua , un 22 de marzo de 2018, con una de ellas, la de Hugo, que ya acecha a nuestra costa , y  me va a permitir plantear algunas consideraciones.  No  estaba en el guion que el Día del Agua se celebrase con abundante agua, que bien aprovechada y utilizada será energía y riqueza para todos. Reflexiones que vienen a mí, cuando se cumplen veinticinco años que la Asamblea General de las Naciones Unidas declaro que el 22 de marzo de 1993 se celebrase Primer Día Mundial del Agua. De entonces para acá pocos logros se han obtenido en España, y a los hechos me remito.

No hace mucho el ideólogo de Podemos, el Sr.Monedero, en una entrevista periodística  decía  que uno de los problemas más importantes que tiene España era su desertización – desconozco si su Grupo presento alguna proposición sobre el tema en el Parlamento- . En todo esto tiempo poco se ha hecho para atajarlo y cuando se intentó algo, como en la época del gobierno del Sr. Aznar con el trasvase del Ebro, un macabro atentado terrorista y la llegada al poder de un inexperto e imprudente Presidente lo impidieron.

En tiempos de banalización y desprestigio de la política no viene mal recordar que existe la política de altura, la que abandera grandes proyectos capaces de transformar la sequía en fertilidad, el páramo en huerta, el desierto en vergel, pradera, y a ello se deben dedicar nuestros políticos si de verdad les preocupa el futuro y el bienestar  de sus vecinos, de sus ciudadanos. Si lo hubieran hecho Asturias no sería el geriátrico que es, y eso que dinero hubo en abundancia, pero su uso y empleo muy desafortunado y de ello saben bien algunos políticos actuales. Ahora que tanto se habla del corredor mediterráneo ¿qué hubiera pasado si el agua les llegara con normalidad?... ¡Seríamos el frutero y granero de Europa!…¿Y esto en qué se traduce? En riqueza, tranquilidad y trabajo para todos… Todo esto pudo y puede hacerse, pero no a la trágala, sino  cuidando y garantizando recursos para todos…pero la cortedad de miras de unos y los prejuicios de otros, lo impidió; no por razones técnicas, sino por mero interés político de algunos y así nos ha ido y nos va, basta ver la penosa situación catalana actual.

También a finales de los 80, en plena hegemonía socialista se aireó en los medios , por boca de don Alfonso Guerra, la intención de trasladar o llevar agua del norte para el sur. A mí, en aquel momento, me pareció exagerado, temerario, pero hoy, una vez que la técnica ha llegado al nivel que tiene, y que  gas argelino calienta nuestras casas, ya no me parece tan imposible, siempre que hablemos de excedentes de cuencas y que no vistamos un santo para desvestir a otro. Los técnicos dirán…A mí se me ocurre que si los israelitas han convertidos desiertos en vergeles, creo que algo podremos hacer nosotros para evitar la desertización, del mismo modo que hace unas décadas se transformó el Páramo leonés en una tierra fértil y productiva, pero mucho me temo que el problema no es técnico, sino de índole política, y es que  hay quien prefiere que persista la ruina antes que el pueblo progrese, y de ello deben tomar nota los votantes.

Unas vez planteadas estas cuestiones y ahora que la Organización de Consumidores va a plantear que los bares sirvan agua del grifo gratis a sus clientes, permitidme, que en un día lluvioso y ventoso, celebre la efemérides con los versos del poeta Federico García Lorca nos dejó cuando las gotas de agua martilleaban los cristales de su ventana:

   “La lluvia tiene un vago secreto de ternura,
    algo de soñolencia, resignada y amable,
   una música humilde se despierta con ella
   que hace vibrar el alma dormida del paisaje…
   Es la aurora del fruto. La que nos trae las flores
   y nos unge de espíritu santo de los mares…”

              José Antonio Noval Cueto.



No hay comentarios:

Publicar un comentario