De nuevo me pongo en contacto con vosotros gracias a la gentileza de la Comisión
de Festejos de San Pedrín y a su impulsor el sareganocasín, don José María
Fernández Antón, Chema el Veterinario, que
tuvo la gentileza, después de muerto como el Cid, de permitidme trasladaros algunas de mis preocupaciones. Hoy, 30 de mayo,
festividad de San Fernando III el Santo, reina un azul intenso y un sol de
primavera , cuando me dispongo a escribir
estas letras, con la esperanza que una naturaleza tan pletórica, tan vital
potenciará mi imaginación y las palabras acudirán en socorro de mis ideas, y es
que sin imaginación no somos nada, nadie, ni
siquiera los científicos ni los
cocineros tan de moda hoy.
De un tiempo a esta parte , no sé si como muletilla electoral,
se ha puesto de moda hablar de
despoblación- cuando no es un fenómeno nuevo, basta sólo cotejar el censo de
los pueblos o parroquias del 80 para acá; las políticas antinatalistas no han
sido la solución - de las mascotas y sus parques, de las escasas pensiones de
nuestras viudas- el 52% de su marido- o de la
necesidad del área central o metropolitana, - algo de lo que ya se hablaba en
2007, circunscrito a Siero y Llanera- , a mí, a raíz de las últimas portadas de prensa que
hablan de los costes de nuestra energía, de reducciones drásticas de producción
o de posibles deslocalizaciones de alguna empresas, en plena guerra comercial
entre China y América, en plena lucha entre los tipos de energía (eólica,
hidraúlica, solar, gasoil, gasolina, gas, carbón, nuclear , ciclos combinados…) me
embarga una preocupación que me lleva a dar más importancia al agua en nuestras
vidas, que siempre la tuvo, y más desde que descubrí que la subestación de la
Corredoria se alimenta con la energía que proviene de La Central Hidroléctrica
de la Malva (Somiedo), inaugurada un 22
de setiembre de 1917- vaya año ese , el de las apariciones de Fátima y el de la
Revolución de Octubre rusa - , y de Miranda(Belmonte).
Nuestra vida depende de la energía y del tipo de energía que
usamos. Los valores diarios de la Bolsa, están condicionados por las subastas
diarias de energía, de lo que se extrae un poco de humildad al reconocer que
nosotros por nosotros mismos podemos poco, pero eso sí lo poco que somos, lo
ponemos encima de la mesa, a pesar de las jugarretas que nos puede hacer el
agua, cuando no llueve; el viento cuando no azota o el sol cuando no alumbra, y es que nadie regala nada.…Pero ni aun así
abandonamos, persistimos en el tajo, estamos a las duras y a las maduras, y cuando toca
fiesta, de fiesta estamos, pues de todo se necesita. Una prueba de ello la
tenemos el lunes de San Pedrín donde
todo es poco para hacer parroquia, familia, concejo y orgullo sano, y es que pocas sociedades de festejos pueden presentar
una ubicación tan ideal como la vuestra, en pleno Paraíso Natural, y un palmarés tan acreditado. Aquí la sangre
circula y palpita por el corazón con la máxima intensidad, la del cariño, la del recuerdo agradecido, la
de saber de estar a la altura de las circunstancias y que José
María, desde el cielo, desde su cielo de Vega Pociellu agradecido y satisfecho os
aplauda y diga “ ¡Viva San Pedrín!
No hace mucho me enteré que sólo que el 3,5% del agua de la
Tierra es agua dulce y una parte de ese porcentaje sale de Sariego,
concretamente de la fuente de Ñora en Valvidares y gracias a ella el río Nora,
en sus 67 kilómetros de recorrido, fecunda y fertiliza las tierras de Siero y Oviedo, abastece a la
central hidroeléctrica de Priañes y alumbra nuestras casas. ¿Quién da más? Solo
queda agradecer, pues no entiendo a Siero sin el Nora, en otro tiempo mi
piscina de verano, y de ello dan fe
poetas como Cándido Sánchez Gutiérrez o Rufino Campal.
De la fiesta y de la energía humana desbordada hablarán los
periódicos mañana. A mí sólo me queda
desear que disfrutéis de unas fiestas bien trabajadas y merecidas, que
también en la fiesta se demuestra vuestra energía y vitalidad. En la tierra del
paraguas, como es la nuestra, la pido a San Lorenzo una tregua ¡ Felices
fiestas!
José
Antonio Noval Cueto
P.D “La lluvia tiene
un vago secreto de ternura,
algo de
soñolencia , resignada y amable,
una música
humilde se despierta en ella
que hace
vibrar el alma dormida del paisaje…
Es la aurora
del fruto. La que nos trae las flores
Y nos unge de
espíritu santo de los mares…”
(Federico García Lorca)