Que la bajen de lo alto, que quiere estar en el pueblo de
Traspando, y esto hace cada año, por el mes de agosto, en esta ocasión el día
18, un mes y dos días después de celebrarse el Carmen un 16 de julio, y setecientos sesenta años después que se
apareciese a San Simón Stock, General de la Orden Carmelita, cuando éste le
imploraba ayuda. Hablar del Carmen es hablar de la mar, de la marinería y
también de pólvora y dinamita, como ocurre con la “Descarga” en Cangas de
Narcea y ocurría no hace mucho, a finales de los 60 en Traspando, cuando la “Triá”
se convertía en escenario de un estruendoso combate que mecía a la Virgen en su
traslado de Feleches a Traspando, cuyos
ecos llegaban a la Secá, Aramil y la misma Pola. En Asturias- según los
expertos- tenemos unos 150 lugares dedicados a la Virgen del Carmen.
Hoy la ceremonia es más íntima, menos numerosa, pero sus
fieles vecinos la celebran y la pasean por el pueblo al son de gaita y tambor y
con canciones de coro. Se viste y adorna con sus mejores galas y aupada a
hombros de sus “hijos” reparte con su mirada bendiciones y misericordias y nos
recuerda que no nos olvida, que nos cuida y protege y sólo nos pide un poco de
oración y humildad, un poco más de súplica, de sabernos poquita cosa y de
reconocer que nosotros por nosotros mismos podemos poco, que nadie es más que nadie, que
nos necesitamos todos y que la verdadera
autoridad es servicio, no imposición.
El pueblo como otros del centro de Asturias aún luce el resplandor
de otras épocas, como las viviendas que construyó la minería, pero lanza
avisos, quejas, lamentos. El río lleva menos agua, las tierras de maíz de la
Llosa se trocaron en pasto de vacas, ovejas y yeguas, hay menos vecinos y eso
que tenemos buen aire , el canto de los pájaros es persistente y las esquilas
de vacas y terneros acompaña nuestro sueño. No
tenemos bar, ni tienda , ni escuela y mala cobertura para móvil e internet. Los
niños se cuentan con los dedos de la mano y las laderas de nuestros montes se
cargan de frondosos bosques que se deslizan hacia los diferentes núcleos de
población, sin que nadie lo impida, pode o detenga, pero aun así, todavía tenemos motivos
para la esperanza, somos un pueblo trabajador y bien comunicado, en el centro
de Asturias y lo único que se nos pide es que sepamos aprovechar nuestras
oportunidades y que creamos en nosotros mismos, en nuestras potencialidades.
No debemos hacer dejación de funciones -nadie va a venir a
resolver nuestros problemas si nosotros no lo hacemos- y ahora que tanto se
habla del Área Metropolitano Central debemos hacernos ver y reclamar nuestro
derecho a la existencia. En los últimos años es más ostensible nuestra
presencia en la prensa y eso siempre es positivo, reivindica que uno existe, respira,
tiene proyectos, ilusiones, pero sin olvidar que el único progreso real es el
progreso moral, el de la persona, no de
la cosa u objeto. Yo no quiero un pueblo
deshabitado, sin convivencia, sino uno real que ame, acompañe y progrese, y
para ello contamos con el auxilio de la Virgen del Carmen que nunca nos ha abandonado y todos en nuestro
fuero interno lo sabemos y lo agradecemos, pues siempre ha estado y está a nuestro lado, broten lágrimas o
alegrías, espinas o rosas, que de todo hay en la vida. No quisiera concluir
estas letras sin agradecer a la Asociación de Vecinos de Traspando que me haya
permitido escribir estas letras y animarles a seguir en esa línea de trabajo
que se han marcado y que ha hecho posible que se visualice mejora nuestro
pueblo y a sus gentes. ¡Viva la Virgen del Carmen!¡Felices Fiestas!
José Antonio Noval
Cueto.
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