Los que tuvimos que estudiar francés, sin la posibilidad de visitar Francia, de vez
en cuando usamos algún que otro galicismo, pero yo , al menos, siempre forzado
por las circunstancias como en este caso y no de manera gratuita como tienden
ciertos plumillas a titular con términos ingleses innecesariamente- sólo se
justifica un extranjerismo cuando no exista palabra castellana que lo exprese- .
El porqué de este sorprendente título lo aclaro al instante, para que el
desconcierto desaparezca. El acrónimo de la Colyphab significa “Comisión
Organizadora de Lamuño y Pumarabule Homenaje a Bahamontes”, entidad que surge
para potenciar la carrera ciclista que organizaba los lunes la Sociedad de
Festejos del Carmen de Traspando y en
cuyo trazado se incluía la ascensión de las duras ramplas del Piqueru( Lamuño) y después continuaba por Pamarabule,
Valdesoto, La Venta la Salve, Pola de Siero, Marcenado, Aramil, La Secada,
Feleches, Traspando… y para ello los
socios y demás donantes de la Colyphab crean un premio especial de importante
cuantía para el corredor que más veces corone el Piqueru en primera posición.
La única vez que acudí a la cima, siendo niño, me sorprendieron las pancartas y número de seguidores que había,
hombres y mujeres, de todas las edades. Los hombres más pendientes de la prueba
ciclista, las mujeres atareadas en busca de sitio cómodo, “afayaizo” para
merendar. Aquello era una auténtica fiesta en torno al ciclismo y en la mente
de todos perduraban las recientes aventuras de Federico Martín Bahamontes, también
conocido como “El Águila de Toledo”, que en el año 1959 se convierte en el
primer corredor español que gana el Tour. Eran los tiempos en que Europa
acababa en Los Pirineos.
Me viene esto a la cabeza ahora que nuevamente el Tour caldea el ambiente,
está próxima la montaña, y son multitud los aficionados que se sientan y
aposientan ante el televisor para seguir
la etapa; en mi infancia nos agolpábamos junto la radio y seguíamos la
información que el locutor de turno, que solía ser don Ricardo Vázquez Prada ,
nos decía. En mis vacaciones de verano no podía faltar al día grande del Carmen
y a la carrera del lunes. A mí, eso de
ver en línea de meta a Martín Piñera, Julio Jiménez, Pérez Francés…cuando hacía
menos de un mes se oían o veían sus gestas por la radio y la televisión me
parecía asombroso, y más aún tenerlos a mi vera y en el pueblo de mi padre, en
Traspando…Hace unos días y después de muchos años, en torno a una sidra, me han dado respuesta a mi asombro y ha
provocado estas letras.
Una vez más se demuestra que el azar, la suerte, de haberla, es escasa, mínima , inexistente. Todo lo que triunfa, destaca y sorprende es
fruto de un trabajo, de una planificación, de unos colaboradores, de unas
personas que ayudan, que hacen suyo el proyecto, que lo llevan a cabo. No sé si
será por el peso de los años, pero cada vez creo menos en las casualidades, de
haberlas, las justas, las mínimas. Y esto pasó con la importancia que tuvo esta
carrera ciclista para profesionales en la década de los 60, que la convirtió en
una clásica del verano astur y a los hechos me remito.
De todo ello me da cumplida y documentada información el
presidente de la Colyphab, don Desiderio Díaz cuando reconoce que a pesar de
generosidad y entrega de todos (Sociedad de Festejos de Traspando, vecinos de
Lamuño y Pumarabule que respondieron todos a una) no hubiera sido suficiente si
en no hubiera contado con el apoyo de la
Guaxa, conocida vendedora de periódicos en Pola que les facilitó una entrevista con su
amigo , Ricardo Vázquez Prada,
locutor de Radio Asturias y director de “Región”, a quién informaron del
proyecto y éste lo asumió como suyo, les
asesoró y estuvo presente durante la
carrera y desde “Le Puy du Piqueró” - como él decía- informaba como Julio Jiménez
estaba devorando un pollo para reponer fuerzas. La prueba empezaba con buen
pie, la implicación de los vecinos era total y la repercusión enorme, y así se
mantuvo mientras la prueba existió y aún perdura en la cabeza de quienes la
vivimos. Hay que reconocer que el apoyo de don Ricardo Vázquez Prada fue vital
en el éxito de la prueba, pues en aquel entonces era una referencia en el mundo
periodístico y radiofónico de Asturias. No hace mucho el mismo Luis del Olmo,
que trabajo en sus inicios en Asturias, reconocía la enorme deuda que tenía
contraída con el periodista asturiano.
Como anecdotario de esta prueba quedan las aventuras de
Atilano el de LLamargon llegando disfrazado a la meta de Traspando o la
participación de Juanín “el Chispa”, uno de los pocos que tenían bicicleta de carrera
por entonces, y que al verle pasar en la primera vuelta en cabeza
por Pumarabule le decían:
-
- Chispa, chispa, yes el mejor…
Pero al poco tiempo la voz de la justicia denuncia:
-Nun se val, nun se val, el Chispa tiro por dentro...
Con estas letras doy respuesta a mi asombro infantil,
agradezco a Desiderio , vecinos y organizadores sus desvelos y espero contribuir a que el periódico no sea
un manejo de nervios como el mismo Clarín denunciaba. Un saludo.
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