Estamos en precampaña electoral, algo que llevamos haciendo
desde la oscura Moción de Censura a Mariano Rajoy, y digo lo de oscura,
opaca moción, porque hay muchas preguntas que siguen sin respuesta a día de hoy
y que da pie a plantearse todo tipo de hipótesis: ¿ Por qué no dimite Rajoy y
convoca elecciones?¿ Desconocía Pedro Sánchez las virtudes y cualidades de
quiénes eran sus socios de Moción de Censura y sus objetivos? Días antes de
conocerse la sentencia y a preguntas de los medios Oriol Junqueras dijo : "Los dirigentes del
PSOE saben que somos inocentes". Después problemas para el juez Llarena, rebelión
o sedición, apertura y cierre embajadas en el extranjero, cambios de Abogados
del Estado, Consejo de Ministros blindado en Pedralbes(Barcelona) ¿ Hubo negociación? ¿Hubo concesiones a los nacionalistas? ¿En qué se
beneficiaron durante estos meses?... Ayer, una responsable de una entidad catalana
pedía que la policía no usara pelotas de
goma, mientras los policías heridos pasan de más de 300…Y eso que es una
rebelión pacífica. Podría poner más ejemplos de distorsión política, pero creo
que a buen entendedor, pocas palabras le bastan, mientras viene a mi retina el
platónico paseo de Sánchez y Torra por los jardines de la Moncloa. Otro de los temas
que han alarmado y alarman a la población en estos dieciséis meses es el paso
en veinticuatro horas de la carbonización a la descarbonización con el
consiguiente conflicto de intereses entre el sector del gas, gasolina, gasoil,
eléctricas, renovables y las consecuencias que todo ello tiene en la venta de
vehículos y disminución de la producción de acero, deslocalización de empresas…
Ante un panorama tan desolador y decepcionante encaramos unas
nuevas elecciones, las cuartas en cuatro años,
el próximo 10 de noviembre, y con
los mismos primeros espadas, y en la
calle el sufriente y descreído pueblo
español que contempla con pesar que sus problemas no tienen eco y menos
solución, que nuevamente tenemos una España oficial o política y una España
real, que respira , suda y se desespera ( en Asturias tenemos 83.000 trabajadores
menos en una década y más de la mitad de la población en edad de trabajar permanece
inactiva o en paro…).
En esta situación comatosa, donde el que haya un escrito más
o un verso más nada importa, aún escribo estas letras aunque sean solo como desahogo y es que a pesar de los pesares aún
espero un milagro de la naturaleza que no es otro que prime la verdad, y con esa ingenua intención blando la pluma para pedir a todos los
aspirantes a la Presidencia de Gobierno que se nos trate como personas dotadas de
dignidad y una cierta inteligencia que solo piden un átomo de futuro, de justicia
, de ilusión, y es que ya estamos
cansados de mentiras y promesas
imposibles que no ayudan a pagar hipotecas ni llegar a fin de mes. Y a quienes prometen jornadas
laborales de cuatro días, bajada de peonadas y demás paraísos sociales les
recuerdo que las deudas nos atenazan, y a los números me remito, por aquello
que se dice vulgarmente que los números cantan y así, por citar algunos, aporto
los siguientes datos: a/ La deuda de la Seguridad Social supera por primera vez
los 50.000 millones de euros b/ La deuda pública en 2018 ascendió a un
total de 1,17 billones de euros, lo que
equivale al 97,6% del PIB. En términos absolutos el endeudamiento aumentó en
España en 28.205 millones de euros el año pasado… ¿Quién va a pagar todo esto? El gratis no existe.
Necesitamos una explicación rigurosa y seria, menos palabras huecas y polémicas
interesadas que desvirtúen la cruda realidad.
Por todo lo expuesto creo oportuno hacer mía una petición que formuló Leopoldo Alas “Clarín”,
en un artículo publicado en “El Día”, el 5 de marzo de 1893 donde pedía – válido
para estos tiempos bipolares, líquidos y
electorales que se acercan - y cito textualmente : “Gastemos
el alma en inventar la manera de moralizar el voto” . Creo que no es mucho
pedir. Un saludo.
José Antonio Noval Cueto.