jueves, 31 de octubre de 2019

“Moralizar el voto"




Estamos en precampaña electoral, algo que llevamos haciendo desde la oscura Moción de Censura a Mariano Rajoy, y digo lo de oscura, opaca moción, porque hay muchas preguntas que siguen sin respuesta a día de hoy y que da pie a plantearse todo tipo de hipótesis: ¿ Por qué no dimite Rajoy y convoca elecciones?¿ Desconocía Pedro Sánchez las virtudes y cualidades de quiénes eran sus socios de Moción de Censura y sus objetivos? Días antes de conocerse la sentencia y a preguntas de los medios  Oriol Junqueras dijo : "Los dirigentes del PSOE saben que somos inocentes". Después problemas para el juez Llarena, rebelión o sedición, apertura y cierre embajadas en el extranjero, cambios de Abogados del Estado, Consejo de Ministros blindado en Pedralbes(Barcelona) ¿ Hubo negociación? ¿Hubo concesiones a los nacionalistas? ¿En qué se beneficiaron durante estos meses?... Ayer, una responsable de una entidad catalana pedía que  la policía no usara pelotas de goma, mientras los policías heridos pasan de más de 300…Y eso que es una rebelión pacífica. Podría poner más ejemplos de distorsión política, pero creo que a buen entendedor, pocas palabras le bastan, mientras viene a mi retina el platónico paseo de Sánchez y Torra por  los jardines de la Moncloa. Otro de los temas que han alarmado y alarman a la población en estos dieciséis meses es el paso en veinticuatro horas de la carbonización a la descarbonización con el consiguiente conflicto de intereses entre el sector del gas, gasolina, gasoil, eléctricas, renovables y las consecuencias que todo ello tiene en la venta de vehículos y disminución de la producción de acero, deslocalización de empresas…

Ante un panorama tan desolador y decepcionante encaramos unas nuevas elecciones, las cuartas en cuatro años,  el próximo 10 de noviembre,  y con los mismos primeros espadas,  y en la calle el sufriente y descreído  pueblo español que contempla con pesar que sus problemas no tienen eco y menos solución, que nuevamente tenemos una España oficial o política y una España real, que respira , suda y se desespera ( en Asturias tenemos 83.000 trabajadores menos en una década y más de la mitad de la población en edad de trabajar permanece inactiva o en paro…).

En esta situación comatosa, donde el que haya un escrito más o un verso más nada importa, aún escribo estas letras aunque sean solo como  desahogo y es que a pesar de los pesares aún espero un milagro de la naturaleza que no es otro que prime la verdad,  y con esa ingenua intención  blando la pluma para pedir a todos los aspirantes a la Presidencia de Gobierno  que se nos trate como personas dotadas de dignidad y una cierta inteligencia que solo piden un átomo de futuro,  de justicia , de ilusión, y es que  ya estamos cansados  de mentiras y promesas imposibles que no  ayudan a pagar hipotecas ni llegar a fin de mes. Y a quienes prometen jornadas laborales de cuatro días, bajada de peonadas y demás paraísos sociales les recuerdo que las deudas nos atenazan, y a los números me remito, por aquello que se dice vulgarmente que los números cantan y así, por citar algunos, aporto los siguientes datos: a/ La deuda de la Seguridad Social supera por primera vez los 50.000 millones de euros b/ La deuda pública en 2018 ascendió a un total  de 1,17 billones de euros, lo que equivale al 97,6% del PIB. En términos absolutos el endeudamiento aumentó en España en 28.205 millones de euros el año pasado… ¿Quién va a  pagar todo esto? El gratis no existe. Necesitamos una explicación rigurosa y seria, menos palabras huecas y polémicas interesadas que desvirtúen la cruda realidad.

Por todo lo expuesto creo oportuno hacer mía una  petición que formuló Leopoldo Alas “Clarín”, en un artículo publicado en “El Día”, el 5 de marzo de 1893 donde pedía – válido para estos  tiempos bipolares, líquidos y electorales que se acercan - y cito textualmente : “Gastemos el alma en inventar la manera de moralizar el voto” . Creo que no es mucho pedir. Un saludo.
             


                                                José Antonio Noval Cueto.


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