No me refiero a ningún
apodo, ni al nombre de ningún caballo, sino al espectáculo o gira que desde
hace unos meses lleva por España el cantante Nando Agüeros y sus músicos , que concluyó el pasado 19 de Octubre – fiesta
gastronómica del Desarme ya no sólo en Oviedo, también en Siero y Madrid... - en el Auditorio Municipal de Pola de
Siero con un lleno hasta la bandera y
con serias dificultades para aparcar en la zona desde una hora antes de iniciarse
el concierto.
Tanta expectación estaba justificada y para ello me basta
apoyarme en los hechos y es que siempre que se canta los elementos básicos son
la letra y la música, todo ello bien hilado y modulado, y eso fue lo básico, lo
esencial, lo que no faltó, y una vez más se demostró la teoría del reciente
Premio Princesa de Asturias de las Artes 2019, Peter Brook, cuando reivindica
la sencillez del hecho teatral y dice
que “En el teatro solo se necesita que
haya un actor y alguien que le vea. Un espacio es todo lo que se necesita y se
puede hacer cualquier tema…” y nosotros el pasado sábado tuvimos al trovador y
juglar que con buen espacio y excelente acústica- el Auditorio de Pola- apelando al recuerdo y a los sentimientos nos
trasladó a tierras de Galicia, Asturias, Cantabria, Liébana, Argentina…a épocas que hablan de
desarraigo, tristeza, melancolía, emigración, de infancia y paz, de amor y
desamor, de fiestas, testimonios
vitales, de ilusiones y fracasos (El tango de las maletas mojadas) , de balance y término o de pueblos vacíos que atesoran gritos de niños
y cantos de malvises.
De esta manera tan sencilla y sublime, tan de siempre, con
poco aparato escénico- algunas imágenes temáticas del Indomable Cantábrico con
sus persistentes nieblas y de sus aguerridas gentes - con pocos instrumentos (flautas, guitarra,
teclado, acordeón…) , con excelentes y sentidas letras y buena voz Nando
Agüeros y sus músicos (Ibáñez, Bueno, Sordo), con vestuario simple, cómodo y de
tonos oscuros, nos envolvieron en un mundo de recuerdo y sueño que duro más de
90 minutos. Tiempo en el que bailamos al son del “Vals de los sueños perdidos”,
lloramos en el bonaerense barrio de San Telmo con el tango de las “Maletas mojadas”,
rezamos a la Santina, recordamos la paz e infancia que nos aportó nuestra
abuela y también evocamos canciones testimonio de Víctor Manuel ,Joaquín
Sabina…Todos ellos buenos compositores, buenos letristas como Nando Agüeros, y
es que tienen la genialidad de convertir la vida y su testimonio en letra y
melodía de canción.
Letras todas muy trabajadas, donde el fondo y la forma se
acoplan, casan, sorprenden. Logrado esto se garantiza la comunicación, el
impacto . Letras que hablan de la cruel metralla de la soledad de los pueblos y
valles vacíos; del “gallego”(español en
Argentina) que añora lo perdido, asume lo vivido y sueña con volver, pues
andaba tieso de guita…En todas ellas late y yace el indomable Cantábrico.
Testimonios vitales y recuerdos convertidos en letra , en
canción, que han provocado el entusiasmo de los presentes y que han hecho que
todos de pie, con un aplauso persistente y duradero, despidiéramos a Nando
Agüeros y a sus músicos más que agradecidos, sublimados y deseando que la nueva
gira que inicia en Madrid, el próximo febrero también recale en Siero, en su
Auditorio. ¡Muchas gracias!¡Espero que estas letras convertidas en aplauso sean
buen reflejo de mi gratitud y de la experiencia vivida!
José Antonio Noval Cueto
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