Siempre que visitó un monumento y conozco sus avatares suelo
pensar qué dirían las piedras, testigos de los mismos, si pudieran hablar. Y eso mismo me ha pasado
hoy, en la Iglesia de San Pedro de Pola de Siero, al encontrarme con un órgano
que habla. Órgano de tipo medio, un
Grenzing, que a pesar de su juventud – tiene casi siete años de vida- con sus
casi ochocientos tubos no sólo produce sonidos, sino que también habla o al
menos hoy, sábado, 25 de enero a eso del mediodía, casi a la misma hora que San
Pablo se cayó del caballo camino de Damasco, así ocurría, y todo gracias al
concierto didáctico que para niños y no tan niños programó la Asociación Pro Órgano de Siero
bajo el título “Organeando”.
Hizo la presentación del acto el párroco don Juan Hevia y
nada más explicarnos las peculiaridades del concierto y las sugerencias a tener
en cuenta, el órgano empezó a sonar y poco después a hablar. El público, la
mayoría niños acompañados de sus mayores, estuvo atento , pendiente de las
oportunas y certeras explicaciones que el propio órgano les daba. La duración
medida y precisa para tan singular auditorio, unos cuarenta y cinco minutos.
Todos llenos de sorpresas, fantasías y conocimiento, que de eso se trataba, y
todo gracias a la claridad expositiva del guión, elaborado por el consumado músico y
compositor que es Nacho Fonseca , que alternaba música – una selecta selección
de 16 piezas de todo tipo, desde música de cine con “Gabriel,s oboe (de “ La
Misión”) del compositor E. Morricone, pasando por Juan S. Bach con su “Aria de
la Suite” nº3 y su Toccata en Re Menory , “La Marcha Turca” de WW.A.Mozart, el
conocido “Himno a la alegría de L.van Beethoven, el “Largo”(de “El invierno” de
Vivaldi) a la misma Danza Prima con su repertorio de graves…entre otras.
Perfectamente interpretadas y ejecutadas por el experto músico y organista de
San Pedro de Pola, Emilio Huerta, que logró sonidos de una pureza máxima- y la
palabra que el propio narrador, Nacho Fonseca,
nos hacía llegar desde los mismos tubos del órgano para aportar los
conocimientos necesarios sin apenas esfuerzo y con un rendimiento óptimo, como
quedó demostrado en el cuestionario realizado al final del concierto, donde de
las diez preguntas formuladas la mayoría de los niños acertó casi todas las
respuestas, y es que no es lo mismo ser organero que organista, como bien
explicó el órgano.
Este concierto didáctico ha sido una delicia para todos,
niños y mayores, e incluso para las propias pinturas de Casimiro Baragaña que
asistían impertérritas y desesperados al no poder moverse al compás que el
órgano marcaba, y evidencia la importancia que debe tener la música en nuestros
planes de estudio. Algo se ha hecho, pero no lo suficiente. Quien les escribe ,
un iletrado musical, ahora que la
Educación vuelve a estar encima de la mesa, cree que no debe haber Ley de
Educación que no potencie y mime la música, de manera que todo estudiante al concluir sus
estudios de secundaria sepa divulgar un instrumento, ya que la música desarrolla la inteligencia,
estimula los afectos, amansa las fieras, suaviza y templa problemas.
Hace relativamente poco, si mal no recuerdo, un 18 de febrero
de 2013 el Obispo de Oviedo don Fray
Jesús Sanz, una tarde lluviosa, pedía a Dios que “Bendijese este órgano para que
resuene en su honor y elevase nuestros corazones”. Hoy, nuevamente ha vuelto a
sonar y ha elevado el corazón de todos, el de los mayores presentes que durante
un tiempo, cuarenta y cinco minutos, se sintieron niños y recordaron aquello
que les decía su párroco de que si no son como niños no entrarán en el reino de
los cielos, y el de los niños que han visto que la magia, la fantasía existen,
están al alcance de la mano. Hay muchos procedimientos para lograrlo y uno de
ellos es a través de la música, y en Pola, en mi parroquia, hay un órgano
Grenzing, con casi ochocientos tubos, que es el orgullo de todos y un
organista, Emilio, que le saca buen
partido. ¡El órgano de la Pola goza de buena salud y a los hechos me
remito!.¡Enhorabuena a Nacho, Emilio, Asociación Pro Órgano, a la Parroquia de
San Pedro y a todos los que habéis hecho posible este didáctico y motivador
concierto!¡Más no se puede pedir!¡Muchas gracias!
José Antonio Noval Cueto.