El mecanismo jurídico que permitió el paso del franquismo a
la democracia se debe al eminente jurista y político gijonés, don Torcuato
Fernández Miranda que, basándose en los resquicios o recovecos que dejaba una
ley de 1947 , elaboró la estructura jurídica que dio forma a la Democracia o
Estado de Derecho en España. Todo este proceso se ha sintetizado con la frase
que da título al escrito: ”De la ley a la ley”, y todo ello para cumplir el
deseo de cambio que auspiciaba la monarquía y el propio pueblo español.
Hoy , después de más de cuarenta años vigente, la democracia
española empieza a arrojar dudas, temores, y no es imputable a las leyes, sino
a quienes las quieren modificar, cercenar y no por interés y petición de todos,
sino por intereses clientelares, y digo todo esto desde el que nuevo gobierno
salido de las urnas del pasado 10 de noviembre anuncia decisiones que chocan
claramente con la ley imperante y con el pensar del ciudadano corriente, que no
entiende que se tenga que cambiar el Código Penal para reducir las penas a unas
personas que conscientemente sabían lo que hacían y que habían sido apercibidos
de las consecuencias penales de sus acciones. De llevarse a efecto esas
propuestas estaríamos en un episodio chocante y deshonroso de una justicia a la
carta en pleno siglo XXI y en un país que se dice europeo. ¿Qué dirán el resto
de penados por cualquier otra causa? ¿ Se les aplicará a todos y además con
carácter retroactivo? ¿La conspiración contra el orden vigente quedará solamente
en mera falta administrativa o penal? …Creo que el Tribunal Supremo ya ha
tenido con ellos bastante condescendencia al permitir que se aplicase el
concepto de sedición por el de rebelión,
pues por mucho reglamento, normativa y semántica que se aplique y adorne, todos
sabemos que en aquellos días de setiembre y octubre del 17, otra ver el 17 pero
del siglo XXI, hubo violencia en las
calles de Barcelona – afortunadamente no hubo muertes - y si no que se lo pregunten a los policías y
guardias civiles que tuvieron que dejar sus hoteles para hospedarse en los
barcos del puerto …
A las personas de mi generación siempre se nos ha hablado de las bondades de
un Estado de Derecho , de la importancia de la división de poderes y de la
deseable independencia judicial, y que todo país medianamente serio y con
futuro si por algo se debe caracterizar es por practicar y defender el
principio de seguridad jurídica, o dicho de otro modo que las leyes no se
cambien o estén sujetas al capricho del
Ejecutivo , y últimamente observo
con estupor y preocupación las tentativas del Gobierno para saltarse decisiones
judiciales y sólo con la única intención de complacer a sus socios separatistas,
y esto creo que más que resolver problemas, los incrementa y aumenta las desigualdades entre los
ciudadanos de este país llamado España, que ya que no pueden conseguir el pleno
empleo – recuerdo que el CIS nos dice, mes tras mes, que el problema que más
nos preocupa es el paro- desean, al
menos, que todos seamos iguales ante la
ley y con ello va unida la percepción que los ciudadanos tienen del mundo
judicial, que últimamente había ganado enteros con algunas sentencias valientes
y eso que tienen pocos medios – en algunos juzgados de Oviedo cuando llueve hay
hasta goteras-.
Toda persona juiciosa sabe que tenemos un gobierno de alto
voltaje, débil, inseguro, sin principios, sin ideales, que busca únicamente la
aristocracia del poder al precio que sea. Y el único dique que puede evitar sus
errores, arbitrariedades o abusos es el Poder Judicial, y un síntoma evidente
de cuanto digo lo aporta el nombramiento de la nueva Fiscal del Estado. Creo
que va siendo hora de encauzar y reconducir el proceso y que nuevamente la
dignidad de la Política sea el camino de todos y en esa dignidad es oportuno
recordar al alcalde Móstoles(Andrés Torrejón), cuando a inicios del siglo XIX y
ante la invasión del ejército europeo más potente- Francia y su gran Napoleón- dijo:
-“Somos españoles y es necesario que muramos por el Rey y por
la Patria, armándonos contra unos pérfidos que nos quieren imponer un pesado
yugo…acudiendo al socorro de Madrid y demás pueblos, y alistándonos , pues no
hay fuerza que prevalezca contra quien es leal y valiente, como los españoles
lo son”. Algunos como el mismo Jovellanos, a pesar de ser ‘afrancesado’, le
secundaron.
Y algo de esto es oportuno que lo razonen y apliquen los
integrantes de la décimo cuarta Legislatura de las Cortes Generales del Estado
Español que inició su andadura el pasado 3 de diciembre de 2019, pues no hay
salario, por elevado que sea, que pueda adormecer o comprar una conciencia. Ya
empiezan a oírse voces cualificadas (González, García Page, César M. Molina,
F.Ovejero…), discrepantes de la locura
que se está viviendo, esperemos que se frene y que la cordura y el interés
general presida la acción de Gobierno, que no debe convertirse en una mera agencia de
publicidad.
No hace mucho y en este mismo blog comentaba que lo mínimo
que se puede exigir a un cargo electo es que respete el sentir de las regiones
y gentes de España, y que se dedique a solucionar o al menos intentarlo los
problemas que les preocupan, en nuestro caso preferentemente el paro, y a no
tensionar innecesariamente nuestra convivencia.
José Antonio Noval Cueto.
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