No es la primera vez que confieso que siempre que escribo un
artículo uno de los aspectos que más me preocupa es el título, y en esta
ocasión un paseo por las calles del Oviedo antiguo, poco antes del mediodía del
sábado, 11 de enero, me dio la respuesta y es que en un pequeño bar y en plena
conversación de tres amigos, de aspecto abandonado y noctámbulo, uno de ellos
con tono recio y con voz cavernosa dijo:
-
Tomás,
hoy me miré en el espejo y me dije: Tenemos paisano para rato.
Yo al ver su aspecto decrépito y famélico, no daba crédito a
lo que oía, supuse que quizás los efluvios
de la bebida y los milagros del espejo hayan permitido semejante
afirmación, pue son muchos los narcisos/as
que ven en el espejo la solución a sus problemas y el altavoz de sueños
y deseos.
Supongo que idéntica pregunta se hará a diario el ahora ya
presidente Sánchez siempre que cantarín y sonriente se acicala ante el espejo
de su baño monclovita, pues ya se sabe que en política una semana es una
eternidad y que su gran enemigo son las circunstancias, y éstas uno no las
puede prever y menos evitar, así el barril de petróleo ya está a más 70 dólares y todo por el enfrentamiento entre
Irán y EEUU…
Los subordinados, nosotros, los ciudadanos de a pie, “los
curritos”, nos vemos en el espejo timados, perplejos y preocupados. Timados y embarrados de mentiras; las
promesas y propuestas del Presidente no duraron ni veinticuatro horas. Siempre
me ha gustado y creo que es una práctica sería y rigurosa que los políticos
sean predecibles, pero últimamente no se lleva y menos se testifica ante
notario. ¡Cómo no va a haber desafección de la política! No hay Compañía de
Seguros que cubra la incertidumbre de un Gobierno impredecible que quiere
chalanear con la Ley. Estamos perplejos
y no es para menos. Son muchos y diversos los ingredientes que se meten en el
pote y algunos hasta incompatibles, pues no es lo mismo sumar que restar,
multiplicar que dividir, y siempre con el axioma de que el dinero no se
reproduce, si unos reciben más, a otros les toca menos. Muchos cocidos se
pierden por exceso de ingredientes o por sabores opuestos. No es lo mismo un
cocido de garbanzos con moscancia de Siero que con butifarra catalana. Y estamos preocupados porque
sabemos que nos va mucho en el intento. Nos jugamos nuestro futuro como nación,
después de más de quinientos años de Historia colectiva, ejemplar -
conquistadores, misioneros e indianos incluidos…- y con un progreso notable en
las últimas décadas; no en vano somos el país europeo de más trasplantes de
órganos y más longevo… Algo indica. Por algo será.
La preocupación llega
a todos los sectores, desde los jóvenes que ostentan el deshonroso mérito de
ser los más desocupados de Europa, hasta los mayores que ven que su pensión
tiene que cobijar cada día más problemas y personas. En Asturias hay preocupación
con el cierre de las térmicas de carbón, con el sector industrial y con el
sector del armamento, que de momento se ha quedado sin los tanques 8x8, con
sector agrícola…con todo. Se confía en
el Turismo, y eso que estamos mal comunicados. Se ve con disgusto y enfado que se
potencia la desigualdad autonómica, y que no cueste el kilovatio de luz lo
mismo en Gijón que en Mondragón y las consecuencias que de ello se derivan…En
los astilleros de Cádiz, concretamente en Puerto Real, ya vuelve la preocupación con las fragatas
saudíes y la mano de obra que procuran, y para colmo el gasto corriente se ha incrementado
en 24.000 millones de euros en el último año. Una noticia positiva es que la Bolsa
cerró el año con un avance del 11,8%, el mayor desde 2013.
Podría poner más ejemplos que muestran las dificultades a las
que tiene que enfrentarse este país llamado España – hay una relación directa entre país y
paisano- . Espero que la dieta que se nos imponga sea la adecuada, que preserve la dignidad de
todos nosotros y que este colesterol cargado de problemas que amenaza con
explosionar las venas y arterias del suelo patrio quede en mera alarma, en mera
tentativa, y que una vez más el espejo nos diga: “Hay España para rato”, pero
para ello se necesita sentido común y buena fe. ¿Existen o sólo se busca el
poder por el poder?
José Antonio Noval Cueto.
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