Siempre
he denunciado y criticado toda forma de mentira, manipulación o violencia para
obtener rédito político y más aún instaurar y gestionar el miedo para violentar
la conciencia de los ciudadanos con la vil pretensión de obtener el poder.¡Con
lo bonito que es experimentar esa
sensación de libertad al leer sin prisa el periódico del día en un banco del
parque! Después de los millones de víctimas que la historia del siglo XX ha
dejado en Europa, bien por el enfrentamiento de ideologías radicales , llámese
fascismo o comunismo, bien por el nacionalismo
exacerbado que padecemos en estos últimos tiempos, cada vez me reafirmo
más que nadie está autorizado a matar en nombre de ninguna ideología y que las
únicas herramientas válidas en la actividad política son la persuasión, la
palabra, la escritura , la coherencia política, el buen hacer, ya que como
confirma nuestra reciente Historia la violencia engendra violencia y crea más
problemas que resuelve.
Han
sido muchas las veces que el salón de plenos del Ayuntamiento de Siero leyó y
debatió una moción, con el apoyo unánime de todos los Grupos, condenando un
atentado terrorista y pidiendo que el imperio de la Ley cayera sobre los asesinos.
Han sido muchas las ocasiones que los vecinos de Siero se manifestaron delante
del Ayuntamiento en condena de atentados y para expresar con su rechazo un
apoyo a las víctimas, para decirles que no estaban solas, que la sociedad les
apoyaba. Han sido muchas los días que las banderas del Ayuntamiento ondeaban a media
hasta e incluso hubo ocasión que las campanas de las muchas parroquias de Siero replicaron
pidiendo compasión, misericordia, perdón para un secuestrado e incluso recuerdo
que en plena fiesta del Carmín, en el “prau” se pidieron cinco minutos de
silencio en repulsa por el vil y cruel asesinato de Miguel Blanco, y los miles
de personas allí congregados enmudecieron, callaron, hicieron suyo el dolor que
la familia y toda España estaba pasando. También en Siero hemos sufrido la sangre
de las víctimas, también en Siero tenemos familias que han padecido y aún
padecen el zarpazo del terrorismo que nunca se olvida.
A
pesar de la intensa crisis que nos azota es de justicia reconocer que la Democracia ha creado
una sociedad más abierta, más equitativa y con más oportunidades para todos,
pero aún así hay personas que apoyados en el cerrazón, en la humillación de la
patria perdida , llevan décadas sembrando dolor, muerte, silencio y miedo en
busca de un imposible, y con un balance de 829 víctimas y familias que han
padecido su locura, su metralla, su muerte…¡Cuánto dolor! ¡Cuántos sueños
rotos! ¡Cuántas vidas frustradas! Y tú Inés, responsable de 24 crímenes.
Supongo que no te importaba la identidad, creencias, familia, lugar de
nacimiento de tus víctimas, sólo su
muerte, la propaganda, el miedo…Has cumplido 26 años de cárcel y aunque
cumplieras otras 26 nunca mitigarás el dolor de la víctima, que es constante,
pero como supongo que aún corre sangre por tus venas, que a pesar de tu madurez
aún te emocionas, que aprecias el cariño de los tuyos, que agradeces las ayudas
que has recibido durante estos años de prisión, yo te confieso que mi
conciencia no podría soportar el grito unísono y estridente de 24 víctimas que
en la media noche me despiertan y me preguntan,¿por qué? ¿qué te he hecho?
¿quién eras tú para decidir mi futuro? No sé si tomas relajantes o los has
tomado alguna vez, pero debe ser difícil , si se tienen sentimientos, asimilar,
llevar y convivir con la pesada herencia de la muerte, del daño que has
sembrado y todo en nombre de un proyecto que segrega, en vez de unir, y en
tiempos donde la pureza de sangre es difícil de justificar, y donde algunos que
se titulan “progres” encargan niños a la carta.
Tu
excarcelación ha dado lugar a muchos comentarios, a muchas valoraciones sobre
si son pocos o muchos los años que has estado en prisión, si estás o no arrepentida, pero de todas ellas una
muy certera es la que ha hecho Alfonso Alonso, exalcalde de Vitoria y
actual portavoz del PP en el Congreso,
que nos recordó algo tan evidente como
que “una condena social no prescribe nunca”. Yo , en confianza te puedo decir,
que he dado clase a hijos de algunas personas que tu organización ha asesinado,
y cuando te hablan de esos momentos vividos, les cambia la voz, el color del
rostro, y compruebas que sus secuelas perduran a través de los años. Uno estaba
agarrado a las piernas de su madre cuando mataron a su padre…Y todo para nada..
Todo fue y es una locura, por mucho que los tuyos te endulcen el oído, y más
ahora que sabemos que hasta América vigila los movimientos del propio estado
español. Lo único que te puedo decir Inés es que, parafraseando al inquieto y rebelde
Espronceda : ¡Qué haya una cadáver más SI que importa al mundo!.
José Antonio Noval Cueto.
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