Publicado en "La Nueva España" (12 de Noviembre de 2.013)
Ahora
que enviamos a nuestros hijos a Irlanda, Inglaterra, Chicago para aprender
inglés, ahora que todos sabemos de la necesidad del inglés para encontrar
trabajo y abrirse camino en el mundo de
la técnica, de los negocios, ahora que incluso el inglés condiciona la elección
de colegio, olvidando quizás que los
cimientos del desarrollo intelectual de una persona son las matemáticas y la
lengua materna, viene bien recordar que un 3 de agosto de 1.713 se celebró en la Casa de Don Juan Manuel Fernández Pacheco ,
Marqués de Villena, la primera sesión de
la recién creada Real Academia de la
Lengua , cuyo lema es “limpia, fija y da esplendor”.
Han
pasado bastantes años y nadie puede cuestionar el trabajo realizado por esta magna
Institución y basta para ello evocar dos objetivos que se siguen afianzando en
la actualidad. Así, el de la
UNIDAD , pues a pesar de los riesgos de ruptura y
fragmentación del castellano, especialmente a partir de las guerras de
liberación de las naciones hispanoamericanas durante el S.XIX, éste no sólo se
mantuvo sino que incrementó su fuerza. En segundo lugar y consecuencia de lo
anterior, el AUGE de nuestro idioma en el mundo, donde nos encontramos con
cifras tan asombrosas como éstas que hablan de más de 180 millones de alumnos
que lo usan como lengua extranjera y que en zonas de expansión idiomática como
China hay más de 25.000 universitarios que aprenden castellano.
Si
es importante el número de personas que hablan un idioma, que en el caso del
castellano se acercan casi a los 500 millones de hablantes, tanto o más
importante es recordar la existencia de documentos escritos que avalan su flexibilidad y riqueza expresiva y la pericia de sus creadores.
Así permítaseme evocar que han sido once los escritores en lengua castellana
que han obtenido el Premio Nobel de Literatura, así Juan Ramón Jiménez, Neruda,
Jacinto Benavente, el guatemalteco Miguel Ángel Asturias o Mario Vargas Llosa
en 2.010, entre otros…o que El Quijote, vertido a 48 idiomas, es uno de los
libros más traducido de todos los tiempos. Pero si esos datos no son prueba suficiente de su importancia y se
quieren buscar argumentos más utilitarios, más pragmáticos, es oportuno
mencionar que España es la nación de la unión Europea que más negocia y exporta
con los países hispanoamericanos y la razón principal la proporciona la lengua,
llamada por Unamuno “sangre del espíritu”, que hace que la manera de enjuiciar
y valorar la realidad sus hablantes sean parejas, y eso en tiempo de duro ajuste, en época de
crisis, ha sido un bálsamo para España, que está sosteniendo a duras penas su
economía, gracias a las exportaciones. ¿Alguien se imagina a un catalán
vendiendo cava en Uruguay sin hablar castellano?
Las lenguas se usan para comunicarse, para romper fronteras, y para ello debemos
empezar por respetar la libertad de todo hablante de utilizar el idioma que
mejor refleje su manera de sentir e interpretar la realidad, y la experiencia
nos dice que el pueblo llano, el ciudadano anónimo , va a emplear el idioma que
quiera, el que facilite su comunicación, su desarrollo como ciudadano, más
ahora que hasta el Papado habla castellano, y así como muchas familias optan
por el aprendizaje del inglés sólo por mero interés utilitario, no veo motivo
para lapidar la lengua que nos une en casa y nos presenta fuera de nuestra
frontera, el castellano o español, y más cuando, a pesar de lo ya dicho, según documentación solvente aporta a nuestra economía más del 15% del Producto Interior Bruto( PIB).
A
partir de estas reflexiones hechas a corazón abierto, que cada uno haga de su
capa un sayo y que rememore el artículo 4 de la Constitución
republicana de 1.931, que dice: “El castellano es el idioma oficial de la República …Salvo que lo
disponga en leyes especiales, a nadie se le podrá exigir el conocimiento de
ninguna lengua regional…” .
José Antonio Noval Cueto.
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