Todo gremio, toda institución, todo colectivo, todo partido político se beneficia o se perjudica según sea la actuación y conducta de sus integrantes y más aún si éstos tienen responsabilidad o mando dentro del mismo. En todos ellos se da la teoría de los vasos comunicantes para lo bueno y para lo malo. Desde hace un tiempo para acá, uno de los colectivos peor valorados es el de los políticos que en vez de resolver problemas se han convertido en problema y así lo refleja la última encuesta del CIS de julio cuando reconoce que el segundo problema más importante que tiene España es la corrupción política, y que a tenor de los múltiples episodios que asolan las portadas de prensa, parece que nadie quiere o puede resolver, y a los hechos me remito. Así toda una fuerza de la importancia de CIU prefirió que explotara toda la maquinaria de su partido, con posible riesgo de extinción, antes que tomar medidas que evitarán situaciones límites como las que está viviendo, a raíz de la confesión de delito fiscal continuado de su anciano líder, otrora Presiente de
Un día sí y otro también vemos en los medios de comunicación
ataques, acusaciones contra la nueva fuerza política emergente en España,
Podemos, con la intención de generar descrédito, confusión y frenar su avance,
pero me da la impresión que estas campañas organizadas van a lograr el efecto
contrario, pues todo vecino de a pie , independiente de que comparta o no sus
planteamientos políticos , - exagerados, utópicos, trasnochados…-, sabe que hay
una intención malévola en esa persecución que no es otra que mantener sus
privilegios, y por eso no pasan y saben – algo que comparte quien escribe- que los partidos tradicionales (PSOE,PP,IU) cuando
quieran fagocitan a Podemos, pero para
ello tienen que mover ficha y moverla en la buena dirección y ésta no es otra
que reconocer errores y emplear el bisturí, algo que tres meses después su fracaso en las
europeas no quieren hacer, pues me da la impresión que se mueven en la misma
tesitura que CIU, o sea que prefieran que explote la olla, desaparezca incluso
su partido, con las consecuencias nefastas que puede tener para la vida
española, antes que meterse ellos a cocineros y seleccionar los alimentos, y esto es lo que día tras día
percibimos los ciudadanos, pues de todos es sabido que la corrupción campea a
sus anchas por el suelo español.
Hace unos días se comunicaba que Podemos había llegado a
100.000 afiliados y que ya era la tercera fuerza política del país. ¿Qué nos
dirá el CIS del mes de agosto, cuando se refleje las consecuencias del caso
Pujol? El pueblo español no es iluso, no quiere un suicido colectivo, no quiere
ir al hoyo, complicar su porvenir, está dispuesto a darles otra oportunidad, a
creer y confiar en ustedes, pero deben optar por la ética más que por la estética
y hacer algún esfuerzo, algún cambio, y
éstos deben ir en la línea de incitar al voto, de hacernos protagonistas de nuestro
destino, de nuestro futuro, y esto pasa inexorablemente por la reforma de la Ley Electoral , donde las listas
sean abiertas, no cerradas. ¿Es tan difícil? ¿No hay ningún líder en la vida
española que se atreva a asumir ese compromiso?
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