martes, 19 de agosto de 2014

La olla puede explotar.


Todo gremio, toda institución, todo colectivo, todo partido político se beneficia o se perjudica según sea la actuación y conducta de sus integrantes y más aún si éstos tienen responsabilidad o mando dentro del mismo. En todos ellos se da la teoría de los vasos comunicantes para lo bueno y para lo malo. Desde hace un tiempo para acá, uno de los colectivos peor valorados es el de los políticos que en vez de resolver problemas se han convertido en problema y así lo refleja la última encuesta del CIS de julio cuando reconoce que el segundo problema más importante que tiene España es la corrupción política, y que a tenor de los múltiples episodios que asolan las portadas de prensa, parece que nadie quiere o puede resolver, y a los hechos me remito. Así toda una fuerza de la importancia de CIU prefirió que explotara toda la maquinaria de su partido, con posible riesgo de extinción,  antes que tomar medidas que evitarán situaciones límites como las que está viviendo, a raíz de la confesión de delito fiscal continuado de su anciano líder, otrora Presiente de la Generalitat, Jordi Pujol. A partir de este momento debe ser muy difícil para el militante base o para los simpatizantes abrir la boca para exponer su programa electoral, para trasmitir algo de optimismo y menos para persuadir o pedir el voto  a sus vecinos y amigos, pues supongo que su credibilidad y solvencia ha caído muy abajo en la sociedad catalana y así se reflejará en las próximas elecciones. Dicho esto reconozco  que la culpa no es de todos los militantes de CIU ni  de todos sus dirigentes, sino de algunas manzanas podridas, pero manzanas que mandan mucho y obligan a las demás a dejarse infectar.¿Por qué?. La realidad y los delitos cometidos hablan por sí solos.

Un día sí y otro también vemos en los medios de comunicación ataques, acusaciones contra la nueva fuerza política emergente en España, Podemos, con la intención de generar descrédito, confusión y frenar su avance, pero me da la impresión que estas campañas organizadas van a lograr el efecto contrario, pues todo vecino de a pie , independiente de que comparta o no sus planteamientos políticos , - exagerados, utópicos, trasnochados…-, sabe que hay una intención malévola en esa persecución que no es otra que mantener sus privilegios, y por eso no pasan y saben – algo que comparte quien escribe- que  los partidos tradicionales (PSOE,PP,IU) cuando  quieran fagocitan a Podemos, pero para ello tienen que mover ficha y moverla en la buena dirección y ésta no es otra que reconocer errores y emplear el bisturí,  algo que tres meses después su fracaso en las europeas no quieren hacer, pues me da la impresión que se mueven en la misma tesitura que CIU, o sea que prefieran que explote la olla, desaparezca incluso su partido, con las consecuencias nefastas que puede tener para la vida española, antes que meterse ellos a cocineros y seleccionar  los alimentos, y esto es lo que día tras día percibimos los ciudadanos, pues de todos es sabido que la corrupción campea a sus anchas por el suelo español.

Hace unos días se comunicaba que Podemos había llegado a 100.000 afiliados y que ya era la tercera fuerza política del país. ¿Qué nos dirá el CIS del mes de agosto, cuando se refleje las consecuencias del caso Pujol? El pueblo español no es iluso, no quiere un suicido colectivo, no quiere ir al hoyo, complicar su porvenir, está dispuesto a darles otra oportunidad, a creer y confiar en ustedes, pero deben optar por la ética más que por la estética y hacer algún esfuerzo, algún cambio,  y éstos deben ir en la línea de incitar al voto, de hacernos protagonistas de nuestro destino, de nuestro futuro, y esto pasa inexorablemente por la  reforma de la Ley Electoral, donde las listas sean abiertas, no cerradas. ¿Es tan difícil? ¿No hay ningún líder en la vida española que se atreva a asumir ese compromiso?

                                        José Antonio Noval Cueto..

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