domingo, 10 de agosto de 2014

“Otra Teresa en la Pola”….




Publicado en "La Nueva España" (23-VIII-2.014)

El nombre de Teresa puede evocarnos a una vecina, prima, quizás a Teresa Panza, a la soprano Teresa Berganza o a la princesa portuguesa Teresa de Braganza y a otras muchas, pero entre esas otras muchas no faltan la santa de Ävila, Santa Teresa de Jesús, que popularizó el nombre; Santa Teresa de Calcuta y hoy 9 de agosto, día en que escribo estas letras, la Iglesia celebra la festividad de Santa Teresa Benedicta de la Cruz, nombre que recibió la filósofa judía  Edith Stein al profesar a sus 42 años en el Carmelo de Colonia(Alemania) un 14 de octubre de 1.933. Pero la Teresa de la que quiero hablaros nos cae más cerca, es más nuestra, habita entre nosotros, vecinos de Pola, de Siero, desde un 10 de febrero de 1.886, fecha en que cuatro hermanitas y su madre superiora Sor María Luisa de la Encarnación ponen en marcha la Casa-Asilo hoy “Residencia de Ancianos Nuestra Señora de Covadonga” , y de su servicio y entrega nos hemos beneficiado todos en mayor o menor media, y digo que vive entre nosotros porque tal es la fuerza de su carisma, su impronta, su influencia  que cada hermanita  de la Casa es otra Teresa ,- en la actualidad doce -, que hacen suyo el lema fundacional que dice: “Dios en el corazón, la eternidad en la cabeza y la tierra bajo los pies”.

La Teresa de que os hablo- perdón por la familiaridad que empleo- nació en Aytona (Lérida) un 9 de Enero de 1.843 y llevada de su deseo de agradar a Dios y cumplir su voluntad, funda la Congregación de Hermanitas de los Ancianos Desamparados y abre su primera Casa-Asilo en Barbastro el 3 de octubre de 1.872, y catorce años después , un 10 de febrero de 1.886, otra en Pola de Siero, con capacidad para 25 personas. Hoy acoge   a 116 personas de ambos sexos y más de 2000 personas, según palabras de la actual madre superiora Sor Genoveva Ruiz Santos, han sido atendidas desde su inicio. Todo esto no hubiera sido posible sin la generosidad del Marqués de Santa Cruz que dona los terrenos conocidos como “La Matona” donde se ubica la Residencia, sin el apoyo económico de don Florencio Rodríguez que a través de su Fundación siempre velo por la  institución y  sin la ayuda desinteresa de muchas personas e  instituciones a lo largo de esta más que centenaria historia, pero aún así  a nadie se le oculta que esto no hubiera sido posible sin el amparo de  Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars y la dedicación de sus Hermanitas en  favor de nuestros mayores , que si de algo están necesitados es de AMOR y de ese AMOR cuando más se necesita, en el invierno de la vida, cuando las fuerzas no abundan y los dineros escasean, en resumen  el llamado “apostolado de la frontera” , el acompañamiento o tránsito entre la VIDA y la NUEVA VIDA. la del RESUCITADO; la del seguidor de CRISTO.

El pasado 8 de Agosto, en la inauguración de la estatua dedicada a la madre fundadora con motivo de los cuarenta años de su canonización, en la misa de acción de gracias el arzobispo de Oviedo Don Jesús Sanz Montes pronunció una bella y profunda homilía cuyo eje central se basaba en  la idea de que “la vida deja facturas que no hay dinero que pueda pagarlas”,  pensamiento que nos recuerda el aforismo machadiano de “todo necio confunde valor y precio”,y que permitió al  prelado glosar la generosidad  y entrega de nuestras Hermanitas a los más necesitados, a los más indefensos, a los ancianos y como compensación la satisfacción del deber cumplido, la fidelidad a una vocación, el CIELO, pues como dice el poeta: “ …Todos los viejos llevan en los ojos un niño, y los niños a veces nos observan como ancianos profundos”

Dicen que de la abundancia del corazón habla la boca y seguro que habría muchas cosas que decir sobre estos 128 años en Pola, en Siero,- ¡cuántas renuncias, sacrificios, desvelos, paciencias , socorros, negaciones y todo por ver en cada anciano/a otro Cristo, el Cristo que sufre, el Cristo en la Cruz!,- pero sería iluso pretender encerrar tanto heroísmo, tanta dedicación, , tantas historias, anécdotas, en la extensión de un artículo, no obstante si quiero recordar que uno de los momentos más emocionantes que he vivido en la Casa  tuvo lugar con motivo de la Peregrinación de la Virgen de Covadonga a la parroquia de San Pedro de Pola y posteriormente al Asilo, donde su templo estaba repleto de ancianos entusiasmados y nerviosos que rezaban, suplicaban, agradecían y cuando más emocionados estábamos de compartir y vivir la fuerza de la fe, de repente en toda la Iglesia resonó con fuerza la petición de una anciana que impregnada de fe, de religiosidad, con voz recia dijo: “Virgen de Covadonga no nos abandones, protéjenos”.

Nosotros , vecinos de Pola, de Siero, sabedores que con las Hermanitas tenemos una factura que no podemos pagar, a lo más que llegamos es a transmitir nuestro agradecimiento  y haciéndolo a nuestra manera solicitamos  al Ayuntamiento  que nombre  Hijas Adoptivas de Siero a Sor Lidia y Sor Isaura  como afortunadamente ocurrió un 28 de Enero de 2.011, o bien que dedicase una calle en la Pola a Don Belarmino García Roza, capellán durante más de treinta y cinco años del Asilo, y ahora que el próximo día 26 de agosto se cumplen los 117 años del fallecimiento de nuestra Protectora, Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars, -suceso que tuvo lugar en Liria(Valencia) un 26 de agosto de 1.897, - nos congratula que el Ayuntamiento ponga su nombre a la plaza- raqueta que da acceso a  la Residencia. Motivos sobran, y creo que las palabras pronunciadas por el entonces Obispo auxiliar de Oviedo don Raúl Berzosa en la celebración del 125 aniversario de la Casa-Asilo pueden darnos la explicación y es que , en palabras del Obispo, “el Asilo es un hogar en el que se reza, se alimenta, se convive y sobre todo se derrocha cariño de dos formas: humano y amor de Dios “ , y esto no es poco para los tiempos que vivimos. ¡MUCHAS GRACIAS!


                              José Antonio Noval Cueto

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