Todo buscador de noticias sabe que hay días que son siempre
noticia, que siempre se cargan de
contenido, que no acaban en sí mismos, que siempre aportan algo nuevo y
diferente, que siempre golpean en nuestra conciencia, que no nos dejan
impasibles, que nos comprometen durante las veinticuatro horas, con sus
correspondientes minutos, y esto que me
pasa a mi supongo que pasa al resto de los mortales, de ahí que unos la esperen
alborozados, contentos , felices, mientras que otros invadidos por la tristeza
de la ausencia, de la separación, quieren que pasen pronto, que no pueden con
el equipaje de tristeza y recuerdo que soportan …Son días que a nadie dejan
impasibles y que en el caso mío, por eso de hacer de la escritura una manera de
vivir, me obliga a madrugar y escribir estas letras que buscan expresar lo que siento, y es que tal día como hoy siempre nos sorprende y eso que desde octubre la propaganda y el consumo nos
hablan de una Navidad- Fiesta con
lotería, alegría y regalos; mientras que la fe del Adviento, de la dulce espera – en Villa
Devoto(Buenos Aires) se venera a Nuestra Señora de la Dulce Espera- afianza la plegaria, que en el caso de Siero ha
tenido ribetes guadalupanos–algo que
entonaba muy bien el Trío Calaveras- , la súplica, la esperanza, el gozo, al recordar y hacer valer que un niño-Dios va
a nacer, hacerse hombre, para salvarnos y a nosotros sólo se nos pide escuchar,
saberse poco, insuficiente, humilde y
reconocer que es preferible ser cola de león que cabeza de ratón, algo que no
se lleva, y por eso estamos como estamos.
Y es que tal día, como hoy,
desde hace dos mil dieciséis años, Dios tomó la decisión de visitar el
mundo , convertido en un frágil bebé que nace en un lugar inhóspito, un
establo, y desde entonces anida en el corazón de los grandes y los pequeños, la
nobleza y el pueblo, los más listos y los menos – todavía hay quien cree que su
soberbia inteligencia se la debe a él mismo- , los más ricos y los indigentes….Desde
entonces, tal día como hoy, se revive la historia, se paralizan guerras, se pactan treguas, se producen reconciliaciones- ayer, me llamó
mi amigo Roque desde Madrid para desearme Feliz Navidad y me dice que ha vuelto
con su mujer- , nacen niñas como Candela y el más desesperado encuentra ayuda, caricia, cobijo…Desde entonces tal día como hoy parece que todo se
detiene, se paraliza ,ya sea el viento, el tráfico, la vida y no es para
menos, pues no siempre la Tierra tiene la oportunidad de recibir a su Señor.
En épocas de ambición, ruido y prisa, uno teme preguntar qué hubiera sido de nosotros si el
Señor no nos hubiera visitado. No quiero ni pensarlo, quizás ni jugaríamos a
fútbol, porque hubiéramos desaparecido de la faz de la
tierra, y es que la ambición humana sin freno, desbordada, sin moral ni leyes que
la limiten, que le marquen el terreno de
juego, el campo de lo humano, de lo lícito, nos hubiera llevado al caos, a la destrucción, a la muerte sin bomba
atómica sin recurrir a más medios que la maledicencia del “si yo te
contara”, la ambición desenfrenada o la
cultura del “yo”, que lleva a que Asturias sea la cuarta autonomía en número de
divorcios, y no en crecimiento económico, como sería de desear, lo que provoca
un problema familiar y social de primer orden -
si alguno duda que se lo pregunte al profesor de sus hijos-, pero la prueba
más contundente de ambición desmedida nos la ha proporcionado, por desgracia,
el accidente aéreo de Colombia, donde
casi todo un club, el Chapecoense, desaparece porque el avión no tenía
suficiente combustible . ¿Sueño o realidad?
Cada veinticuatro de diciembre se repite la misma noticia,
pero no por sabida deja de ser nueva, motivadora, esperanzadora y es que un
ángel por medio de San Lucas nos dice : “No temáis , pues os anuncio una gran
alegría…porque os ha nacido hoy un Salvador que es Cristo , en la ciudad de
David…” A nosotros, hoy, 24 de diciembre de 2016, se nos pide que le hagamos
presente no sólo con palabras, sino con
obras. De nosotros depende que el Amor recupere terreno.
José Antonio Noval Cueto.