Y remato: Para
llevarlo adelante. Son palabras de una
viñeta de Quino, creador de “Mafalda”, o mejor dicho de don Joaquín Salvador
Lavado que un 24 de octubre de 2014
recibió el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, y cuyo
personaje , Mafalda, es hoy uno de los reclamos turísticos de la ciudad de
Oviedo junto con la estatua del gran cineasta Woody Allen, sita en la calle
Milicias. Cámara y móviles no paran de inmortalizarlos . En Pola de Siero su competidor lo tenemos en la fuente del pavo
real que un día sí y otro también congrega a todo turista cargado de
curiosidad, belleza y testimonio.
No pueden ser más oportunas las palabras de Mafalda ante la
persistente campaña de prensa sobre las ventajas o desventajas que traerá para toda la
Unión Europea la salida de Gran Bretaña que, por qué negarlo, nunca estuvo cómoda entre
nosotros y basta para ello tirar de hemeroteca y recordar las sacudidas, incumplimientos,
feos y frenazos que nos hacía siempre que
le interesaba, pues según algún experto europeísta
son muy tácticos y calculadores y eso no se conjuga bien con la Europa de la
colaboración y del intercambio, con la Europa de todos. Consumado el divorcio
no dejan de producirse cumbres, reuniones, ruedas de prensa y mensajes
destinados al gran público, así hace unos días los dirigentes europeos nos
alertaban de la necesidad de una unidad fuerte y total contra el populismo, y
es aquí donde cada uno de los ahora 27 miembros de la UE deben entonar su culpa
– unos con más motivo que otros- , su negligencia, sus errores y cuando no sus
abusos. Y es que no basta condenar el populismo si no se atacan sus raíces, sus
orígenes, y es que todos sabemos que ha sido el propio sistema quien ha
producido el populismo siempre que ha antepuesto su propia subsistencia a las necesidades reales de la ciudadanía-
véase en España el tema de los desahucios o la pobreza energética- y no basta
con generalizar la culpa y denunciar la inoperancia de la UE después de 60 años
de existencia, hay otras causas más cercanas y de todos conocidos de las que apenas
se habla, sirva como reflexión la tradicional y persistente incomunicación que ha
tenido Asturias y que nos está conduciendo al aislamiento, a la nada. Recuérdese
que la Autovía del Cantábrico tardó en acabarse más de 25 años y el último
tramo fue Unquera-Colombres-Llanes o el problema
actual de la Variante de Pajares. ¿Quién se responsabiliza de los daños, de las riquezas,oportunidades y empleos perdidas, de las frustraciones generadas? Esa política del halago momentáneo
y desprecio al futuro está dejando a Asturias sin jóvenes y los que hay con
poco porvenir , y es que tener una media de edad de 47 años en la región no es
para tocar castañuelas. ¿Quién o quiénes han permitido y perpetuado esta
situación? Nadie puede alegar
ignorancia. Todos lo sabían. Los más jóvenes tienen sobrados motivos para
pedirnos explicaciones ya que lo único que les dejamos es que paguen nuestros créditos. Los abuelos
de ahora no plantan castaños para
disfrute de sus nietos, y como consecuencia se quedan solos, aislados – véase la
preocupante despoblación del medio rural- . No hace mucho lamentaba que va
camino de acabarse antes el corredor del Mediterráneo que la Variante de
Pajares. ¡Ojalá me equivoque!
Sé que no es fácil responder a la pegunta de Mafalda, ya que exige
una respuesta muy detallada y compleja, pero aun así, quizás fruto del
trascurrir de los años me atrevo a hacer algunas puntualizaciones que considero
de interés, y es que para empujar una nación, como es España y concretamente mi
tierra, Asturias, es imprescindible decir la verdad y condenar de una manera
firme y ejemplarizante el mal uso de los caudales públicos, ya cuando se
producen corrupciones – en 2014 más de
2.000 implicados- ya cuando se gastan los dineros de todos de manera frívolo y
poco rigurosa o en inversiones destinadas de mano al fracaso, por mucho que halague
a algún colectivo o sector de votantes, y de esto sabemos mucho en Asturias y
también en Siero. Otro requisito imprescindible para que un país avance, coja
fuerza, es que la política tenga el sello del sentido común, algo que muchas
veces no se cumple y no se cumple porque encubre intereses dudosos que después , con el correr del tiempo, se
evidencian y salen a flote .
Es cierto que en época de crisis pueden abrirse ventanas,
caminos, esperanzas pero siempre que se reconozca de que situación partimos, cómo
estamos , quiénes somos, qué
queremos , y siempre que se combata la mentira y se practique el sentido común,
señal evidente y clara de llevar a cabo
una política en beneficio de todos, no de una de trama de intereses que antepone su
beneficio al general . Sólo si se cumplen estos mínimos tiene sentido
esta petición de la Cumbre europea de combatir todo populismo y no estaría de
más, en este canto a la verdad y al sentido común, que nos dijeran siempre cómo
se puede conseguir la necesaria y deseable armonización fiscal europea cuando
hay naciones, como la nuestra, que aún no la han conseguido.
José Antonio Noval Cueto.
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