jueves, 20 de julio de 2017

¡Qué buena estás Carolina!



Antes de centrarme en el contenido de este artículo  pido disculpas si alguien se siente molesto con este título, pues lejos de mí materializar y animalizar la imagen de la mujer. Soy de esas personas que agradecen y aplauden la belleza fina y elegante de una mujer, su feminidad, el cuido de su cuerpo y vestuario, su lozanía , su perfume y ese aire delicado y sublime que  la eleva y prestigia  haciéndola delicada , etérea,  o sea  elegante, atractiva, sin que se note, sin que “cante”. Hace un tiempo me encontré con una parienta de cierta edad, muy arreglada y le dije:

-        -   Estás como una rosa, el tiempo parece que no pasa por ti.
-       Y ella me contestó:
  - Cuando una es joven tiene que merecer y según vas envejeciendo no desmerecer.

Lección aprendida. Soy de los que piensan que deberían darnos clase de estética, de modo que todos , y en ese todos incluyo mujer y hombre, sepamos vestirnos y ataviarnos según nuestra morfología y edad, pues a todos nos obliga dar y trasladar al exterior la mejor imagen de nosotros mismos, independientemente de nuestra edad, y así evitaríamos atentados visuales que circulan por nuestras calles y más ahora en la época de los pantalones anatómicas o “leguis” “leggins”, no muy apropiados para el sobrepeso. Siempre hemos de dar la mejor imagen de nosotros mismos, pues como decía Don Quijote : “Hasta la muerte , todo es vida”.

Hecha esta aclaración no tengo reparo en confesaros que a uno le viene la inspiración cuando menos lo piensa, de ahí que yo lleve siempre una pequeña libreta en el bolsillo, como otros la dejan en la mesita de su dormitorio para anotar sus sueños. A mí,  en esta ocasión, el tema me ha venido rodado y es que el pregonero del Carmín 2017, don Antonio Blanco Prieto, me lo ha puesto fácil al preguntarse durante su intervención si sería capaz de enamorar a Carolina, y es que apenas pronunció ese nombre mi subconsciente me trasladó a los años 80, concretamente al año 1985, al programa televisivo “Como Pedro en su casa”, presentado y llevado por Pedro Ruiz Céspedes, donde el humor y la crítica siempre estaban garantizados y en determinados momentos, para relajar el ambiente o por necesidades del guíón, pronunciaba la frase que se hizo muy popular de :!Qué buena estás Carolina!”. A Carolina de Mónaco, compañera de generación  y musa de la época,  la dejamos para otra ocasión.

Me vino el nombre de Pedro  y su frase no porque yo sea un seguidor suyo, sino porque recientemente , a raíz de la presentación de su nuevo espectáculo “Eterno” en el teatro Jovellanos, de Gijón, la periodista del Comercio, doña Azahara Villacorta, le hizo una ágil y útil entrevista – el anglicismo “interviuvar, interviú perdió la carrera -   que bajo el título de “Este país está podrido” no tiene desperdicio y me ha animado  a escribir estas letras que quieren dar testimonio de la agudeza y sentido común de Pedro, mientras  hay mujeres que desprecian la maternidad -¿habrá algo más importante?- y publican libros que lo justifican ;  mientras  hay quien se sublima tanto  que ejerce de sibarita para todo y  usa moqueta, tafilete y avioneta, amén de otras reflexiones…A unas y a otros nos deja Pedro estas perlas que a continuación reproduzco y que motivaron estas líneas y así cuando la periodista le recuerda que cuidó a su madre trece años, Pedro le responde: “ Es lo mejor que he hecho en mi vida. Ochenta Oscar de Hollywood no valen nada al lado de esto”, y al preguntarle por el exceso de vanidad dominante, responde: “El humano es un chimpancé con altavoz. Nos damos demasiada  importancia cuando la Tierra sólo es un puntito en el Firmamento”…Opiniones sensatas que no se escuchan con frecuencia  y útiles para frenar nuestro “ego”. Y en tiempos donde la corrupción invade todas las capas sociales  nos recuerda que “La actualidad no es más que un eructo de la historia”, o dicho de otro modo, que  los problemas y debilidades del hombre son los mismos hoy que en la época de Julio César, ambición de poder, dinero, lujo, soberbia…, y eso que como dice el Papa Francisco el camión de mudanza no nos acompaña cuando morimos.

En la propaganda de su espectáculo “Eterno”, se nos decía que era  el “show” de un hombre libre, de rabiosa actualidad, donde reirás, te emocionarás y sobre todo te hará despertar. A los hechos me remito.


                                       José Antonio Noval Cueto. 

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