Desde
que empezó la crisis en el año 2.007 hasta la actualidad, uno rastrea en las
portadas de los periódicos cualquier indicio que le pueda ser útil para
vislumbrar la situación en la que estamos, y en todo este tiempo, muchas noticias
me han impresionado, pero hay dos que me han calado especialmente, de manera
negativa y sin que tenga mucha
justificación.. Una referente a la situación asturiana y la dejadez y
abandono en que hemos dejado y está nuestra región, y la prueba del crimen, fue
una fotografía de portada de un periódico regional donde aparecía un “llagareru” vasco
escanciando , que ponía en evidencia la creatividad y fuerza de su economía,
que no dudaban en asimilar, en hacer
suyas, costumbres o formas de vida
propias de otras regiones, en este caso la nuestra, si con esto promociona sus
productos, y mientras nosotros entonamos el típico y gastado “Puxa Asturias”, y
pensamos que con esto hacemos patria suficiente para afianzarnos. Que razón
tiene aquella frase que me repite insistentemente mi buen amigo
Salvador y es que “camarón que se duerme se lo lleva la corriente”.
La
otra noticia que últimamente me desconcertó aturdió y preocupó, quizás en exceso, me llegó
ayer, 27 de mayo, en forma de “tweets” y después publicada en los diferentes
medios, donde se informa que la
multinacional de la alimentación china Schuanghui Internacional Holdings
Limited se había hecho con el 36% de las acciones de Campofrío, empresa que
tiene sus orígenes en Burgos, año 1.952, que salió a Bolsa en el año 1.988 y
que en 1.990 empezó su proceso de internacionalización. Este importante paquete
de acciones la convierte en socio mayoritario. Y es que se da la paradoja que
no hace mucho, al explicar a mis alumnos el mundo de la publicidad, sus elementos
y contenidos, hice hincapié en la importancia que tiene la creatividad para
poder elaborar un buen anuncio, que estimule y promocione las ventas, y cité ex
profeso el anuncio televisivo que la marca “Campofrío “ había realizado para
las Navidades del 2.012, , donde ante el abusivo uso de los antidepresivos últimamente
por los españoles , derivado de la difícil coyuntura social y económica que
padecemos, nos invitaba recargar las pilas y
recordar los logros que como nación habíamos conseguido, así se citaba
los 7 Premios Nobeles, los 7 Óscars, El Quijote, La generación del 27 y el
silbo gomero, entre otros, y reconocía la importancia que la familia tiene aún
en la vida española, y para ello nos proyectaba la bella imagen de una abuela y
sus nietas, a quien calificaba de “campeona, ya que con su pensión está
manteniendo a hijas y nietas”. En este mismo anuncio que incitaba al optimismo
y a reforzar nuestra autoestima, se recordaba que incluso habíamos logrado
vender “el tren de alta velocidad a los chinos”.Este mundo globalizado que nos
invade ofrece paradojas o sorpresas como éstas, que permiten que en seis meses
pasemos de vender a los chinos, a ser comprados por ellos. Situación que no
debe extrañarnos, ya que el gigante
asiático, a principios del siglo XXI ya tenía en su poder el 30% de los pagarés del
tesoro americano. De todo esto se deduce que el pavo y el jamón, dos de los
productos estrella de Campofrío, son una fuente de ingresos importantes,
especialmente este último, el jamón, de ahí que el gran Älvaro Cunqueiro haya
dicho con razón que “del cerdo me gusta todo, hasta los andares”.
Un desconocedor de la economía como yo, que se deja llevar más de sus sentimientos, de
sus intuiciones o de sus vivencias más que de los extensos balances económicos
o financieros, que se venda una marca
tan nuestra, tan de siempre, tan de España como “Campofrío” le preocupa, y
espera y desea que esta operación sea ventajosa para todos, pues en torno a una
empresa de más de 11.000 operarios se genera un tejido social importantísimo, y
digo todo esto porque uno ya peina canas y ha conocido en lugares no muy lejanos, en el mismo concejo de Siero, empresas que se globalizaron, cambiaron de accionariado, y al cabo de un tiempo
cerraron sus instalaciones, recalificaron sus terrenos, con la venta de los mismos
liquidaron a sus empleados y aún se llevaron algo en el bolsillo.
Espero
y deseo que estas alarmas mías, quizás injustificadas, queden en eso, en
alarmas, y por favor, para más tranquilidad mía y de todos, que no se vendan más empresas, que las
necesitamos, que confíen en nosotros, que no quiero ver a Asturias convertida
en un geriátrico, y si no se remedia vamos camino de ello.