lunes, 6 de mayo de 2013


“Real como la vida misma”


Cuando vemos las alarmantes cifras de paro que ha dado la EPA, con sus 6.202.700 desempleados en España, que en Asturias el número de parados es de 122.700 personas y que nuestro paro juvenil roza el 64%, uno después del estupor, de la lógica preocupación, busca atisbar alguna solución, algún remedio, pero nuestra única esperanza, según los expertos, en forma de titular de portada de periódico, es el año 2.016, muy lejana en el tiempo si tenemos en cuenta, pues ya más de 42.500 asturianos llevan más de dos años en el paro.

Estos datos fríos y alarmantes tienen su componente humano y éste aparece donde menos se piensa y de quien menos se sospecha. Así, ayer, sábado , a las 22 horas, en una céntrica calle de Oviedo, iban dos mujeres, de mediana edad, vestidas con decoro, cuando a una de ellas le cayeron unas monedas que llevaba envueltas en papel de periódico y se dispersaron por la acera. Sin hacer amago de cogerlas, con un tono violento y estridente, empezó a grita con fuerza:

-         ¡Qué puta vida! ¡Cuándo me moriré! ¡Esta puta crisis! ¡Este puto…!...La retahíla no era muy abundante, pero sí repetitiva y cada vez más fuerte,  mientras la otra compañera, sin decir nada, más sufrida , iba recogiendo las monedas que se habían caído. Tranquilizados los ánimos, se marchan. Al instante, un indigente que estaba removiendo los contenedores cercanos -de pelo blanco y con barba  de varios días, con rostro que irradiaba cierta nobleza, cierto abolengo, a pesar de su indumentaria sucia-, se dirigió hacia la parte de la acera donde habían caído las monedas y estuvo escudriñan por si había quedado alguna sin recoger. Escena que recuerda aquel famoso pasaje de Calderón, perteneciente a “La vida es sueño” que dice: “Cuentan de un sabio que tan pobre y mísero estaba que sólo se sustentaba de unas yerbas que cogía.” ¿Habrá otro, entre sí decía, más pobre y triste que yo?” Y cuando el rostro volvió, halló la respuesta, viendo que iba otro cogiendo las hojas que él arrojó”…

 Esta patética escena muestra que la desesperación tiene rostro, nombre y apellidos y que deben tomarse medidas, pero el discurso político no sólo se evade de sus obligaciones, sino que desespera al  ciudadano y más al necesitado, pues da la impresión que los auténticos y reales problemas nadie los encara, y se buscan otros temas para alimentar el morbo ciudadano e distraernos de nuestro auténtico problema que no es otro que buscar o encontrar un trabajo. Así se habla de Caja de Ahorros, de Eres en Andalucía, de la prima de riesgo, de sobresueldos, de pensiones para banqueros de 88 millones de euros o de sorprendentes lances amorosos…dimes y diretes  que se convierten en auténticas obscenidades para quien no tiene un trozo de pan y ya ni siquiera retiene lágrimas que se deslicen por sus mejillas, pues ni fuerzas tiene para el sollozo. Y mientras, los deberes sin hacer, y en esta España nuestra donde el número de personas que trabajan en pequeñas empresas es de casi el 96%, a nadie se le ocurre plantearse la pregunta básica, elemental, de si estas pequeñas empresas, la gran mayoría familiares, pueden abonar al obrero sus escasos , 1.000 euros de sueldos, y eso quien los gane, y después abonar 750 en concepto de Seguridad Social al Estado, y mientras seguimos con la estéril polémica de lo público y lo privado, como si fuera posible mantener lo público sin las aportaciones privadas,  y nadie explica o justifica las enormes diferencias laborales que existen entre unos colectivos y otros, incluso a la hora de su jubilación. Tengamos en cuenta que según el DIRCE(Directorio Central de Empresas 2.012), de los 3.246.986 empresas existentes en España en 2.011,  el 95’2% de las empresas españolas lo forman microempresas sin asalariados o con un máximo de 9 asalariados…

 A la vista de los hechos llega la hora de la auténtica solidaridad y una vez más los Ayuntamientos, la pariente pobre de todos las Administraciones, han de tomar el protagonismo que la actualidad exige y han de arbitrar aquellas medidas protectoras para las familias sin trabajo de su municipio y los Servicios Sociales deben ser el emblema de la Institución.  No se debe dar la menor sospecha de falta de sensibilidad social

 . Es el momento de diseñar y poner en marcha aquellas medidas que puedan aliviar la penosa situación de las familias con dificultades, ya sea aprovechando los comunales, reduciendo o eximiendo del pago de impuestos básicos a quienes justifiquen carencias económicas serias, habilitar  viviendas de protección en régimen de alquiler,  bolsas de emergencia para el pago de arrendamientos, disponibilidad de locales públicos para albergar a los sin-techo, coordinación y colaboración con entidades como  Cáritas, Cruz Roja, Manos Unidas, Banco de Alimentos u otras ONGS de acrisolado prestigio…No se debe malgastar ni un euro, de modo que el resuello de nuestra solidaridad llegue a todos, pues lo que más motiva es sentirse querido, admitido, aceptado, arropado, y máxime cuando el infortunio de otros puede ser el nuestro y más aún cuando la inmensa mayoría de los españoles vivimos de un salario y sin él no somos nada. Con razón decía Juan pablo II ,en 1.981, en su encíclica “Laborem Exercens” que quien no tiene trabajo no es libre.

El artículo 35.1 de nuestra Constitución dice: “Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo …,a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia...”.

Hagamos de una vez por todas, que España sea de los españoles.


                               José Antonio Noval Cueto.








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