domingo, 26 de mayo de 2013

“Asturias y la marca España"


Soy de los que piensan que la mejor muestra de patriotismo es consecuencia del esfuerzo , rigor, seriedad y lealtad de todas aquellas personas que madrugan y defienden con su trabajo la familia, el concejo, la autonomía, en resumen, España. Todos ellos merecen mi máxima consideración y respeto, y eso que no esperan el aplauso ni lo piden. Ellos son las ruedas y el combustible especial de nuestra economía, de ese coche colectivo que llamamos ESPAÑA.

Nunca he sentido la necesidad de lucir iconos de la bandera de España en mi reloj, ni en pulseras, ni en los cristales de mi coche, ni en la solapa de mi chaqueta, porque siempre creí y creo que el verdadero y fructuoso patriotismo se demuestra con hechos, o al menos en no perjudicar a mis vecinos, a mi país, pero no tengo reparo en decir que en los últimos tiempos, ante la indefinición de algunas fuerzas políticas o ante el virus de negligencia que quieren inyectarnos, me alegro cuando ante cualquier acontecimiento importante se interpreta  el Himno de España o lucen en los balcones y deambulan por las calles al son del viento, la bandera de nuestra España constitucional, el símbolo por excelencia de la “marca España”, compatible con el resto de banderas que ondean nuestro territorio..

Hace unos meses cuando los temporales económicos azotaban España y las inversiones extranjeras- de las que tan necesitados estamos-  huían  de nuestro país, se pregunto a dos expertos hombres del “marketing” y los negocios cuál sería la mejor noticia que pudiera recibir y beneficiar “marca España”, y la respuesta rápida  y contundente fue:

-         La mejor noticia que puede recibir la “marca España”, es no ser noticia.
(Eran los tiempos de la prima de riesgo desbocada, y de amenazas de rescate.)

Hoy , pasados algunos meses, aunque la situación sigue siendo muy delicada- más de seis millones de parados- ,hemos vivido y disfrutado el triunfo de Fernando Alonso en Montmeló el pasado 12 de mayo, donde se proclamó vencedor del Gran Premio de España de Fórmula 1, ante casi 95.000 personas presentes en el circuito y más de 5 millones y medio de teleespectadores que siguieron expectantes, desde sus casas, los avatares de la prueba. Se calcula que el nivel de negocio que generó la prueba superó los 120 millones de euros.

Ante cifras como éstas nadie duda que “la marca España” ha salido fortalecida,  y de este bello triunfo uno extrae la siguiente lección y es que sin el trabajo colectivo   no hay triunfos individuales, pues todos sabemos que por mucho motor, por mucha maestría al volante, si las ruedas no resisten o si el combustible no es el adecuado, la estrategia de equipo falla y el triunfo no llega.

Algo parecido pasa con una nación, cuando las ruedas, -que somos los ciudadanos-,  soportan presiones innecesarias, circulan por carreteras mal asfaltadas o con enormes baches, entonces se producen reventones y no hay piloto que conduzca el coche, y esto más o menos es la situación que casi a diario vivimos los españoles y con la desconfianza como norma de vida, de ahí que reiteradamente se hable de la buena o mala fortuna  y eso que la Fortuna, como dice Sancho, “es una mujer borracha y antojadiza, y, sobre todo, ciega, y así, no vee lo que hace, ni sabe a quién derriba, ni a quién ensalza…”.

Una vez más Asturias, en esta ocasión un asturiano, un excelente piloto como es Fernando Alonso ha dado una muestra de dominio del volante y ha contribuido a que Asturias y lo asturiano cotice en el panorama nacional e internacional.¡Enhorabuena Fernando!

No quisiera concluir este escrito sin tener unas palabras de aliento y de pronta recuperación para el sierense Don Manuel Rodríguez Villa, que cuando se dirigía en vuelo a Barcelona, para asistir al Gran Premio de España de Fórmula 1, tuvo que ser atendido en Zaragoza por situación cardiovascular delicada.



                                  José Antonio Noval Cueto.


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