Publicado en
“El Comercio” (3-9-2012)
En un país donde al año se editan más de 103.000
títulos nuevos es difícil aconsejar al lector que libro o autor le puede
interesar, donde puede encontrar aquella perla que justifique un tiempo
voluntario de lectura, y si a esto añadimos los cientos de títulos que
publicados en épocas anteriores merecen leerse, no tiene que extrañar que
tengamos que acudir al amparo de algún crítico o intelectual que nos merezca
cierta credibilidad, y así hace algún
tiempo, a raíz de la lectura de un bello y reflexivo artículo de Martín Prieto
titulado “Memoria hemipléjica”, caí en la cuenta del desconocimiento generalizado de la historia del s. XIX y de la poca
importancia que todos le hemos dado, a pesar de las consecuencias nefastas que
aportó al siglo XX. Un siglo, el XIX, donde algún historiador ha llegado a
decir que fue una época donde España no existió. Un siglo que empieza con la
invasión francesa de España ,año 1.805, y que concluye con la bancarrota
nacional, al perder España sus últimas colonias (Cuba, Puerto Rico y Filipinas)
en 1.898…Llevado de esta curiosidad, de la inquietud de ahondar en nuestra
historia patria y en el descuidado y olvidado s.XIX, recurrí a fuentes
literarias, y especialmente a una de las novelas históricas más necesarias para
profundizar en el s.XIX, que no es otra que “Los Episodios Nacionales”, cuyo
autor es Benito Pérez Galdós . Obra
formada por 46 novelas, de calidad literaria desigual, que abarcan desde
1.805(Invasión de Napoleón) a 1.875 (Restauración de la Monarquía Borbónica ).
¿Hay alguna semejanza entre la
Restauración y la situación política actual?... El autor
quiere darnos su visión del s.XIX español, sus costumbres, su sistema de
valores y creencias, con especial incidencia en el mundo político; en resumen,
una obra básica para entender aquella España cuyos efectos, en gran parte,
hemos padecido en el s.XX y aún
padecemos en la actualidad, pues muchas críticas que hacía Galdós en sus
escritos tienen su aplicación aún, en la España de hoy, de ahí que un periodista actual
como Daniel Martín publicara no hace mucho(10-4-2012) un interesante artículo
titulado “Galdós vive”, y más aún cuando la crítica reconoce que el pesimismo
de Galdós arrecia cuando más se acerca al siglo XX .
De todos es sabido que una de las posibilidades que
ofrece la novela histórica es cotejar el pasado con el presente y extraer las
conclusiones que al lector le sean útiles, y con esa intención hice mi
recorrido por los dos Primeros Episodios, titulados “Trafalgar” y “La Corte de Carlos IV,
centrados en la destrucción del Antiguo Régimen, y concretamente en el titulado “Trafalgar” -donde
el autor narra el desastre naval que sufre la marina española y francesa, al
enfrentarse ,un 21 de Octubre de 1805 ,con
armada inglesa, mandada por el almirante Nelson- . Galdós pone en boca de este
personaje las siguientes palabras, que son como premonitorias y muy útiles para
la situación actual de España – pues España saldrá adelante si queremos todos
los españoles- , y que no son otras que: “Inglaterra espera que cada hombre
realice su trabajo” o que es lo mismo que decirnos a todos nosotros ahora que
:”España, Asturias, Siero …desea que cada hombre/mujer realice bien su trabajo”,
y en esa misma novela el autor dice: “Un hombre tonto no es capaz de hacer en
ningún momento de su vida los disparates que hacen a veces las naciones,
dirigidas por centenares de hombres de talento”. Pensamiento muy oportuno ahora
que nos encontramos en situaciones difíciles, que exigen esfuerzos y recortes
límites, que siempre padecen los mismos, y los causantes o culpables de la
situación miran la crisis desde la azotea de su casa, con todo tipo de
comodidades, y para colmo de males con todas las Instituciones del Estado
cuestionadas (Tribunal Constitucional, Banco de España, Autonomías…).
De la lectura de ambas novelas históricas sólo me
queda desear que se cumpla aquella opinión que vierte uno de sus personajes,
que es de gran utilidad en muchos de los campos de la vida y más en los tiempos
que vivimos, cuando dice: “De los necios se hacen los discretos, dando con un
buen maestro”.¡Ojalá todos demos con él, pues nos iría bien!
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