sábado, 25 de febrero de 2017

“El arte de lo posible…"




Suele definirse la política como el “arte de lo posible” o incluso rizando el rizo que es “el arte de hacer posible lo posible”, y en este punto en que nos encontramos es útil recurrir a los números, por aquello de que los números cantan, y a partir de ahí que cada uno saque  las conclusiones, posibilidades, expectativas que pueda depararnos la vida. La prueba del algodón nos la ofreció el Banco de España , el pasado 17 de febrero, al comunicar  que la deuda pública al acabar el año 2016 es del 98,98% del PIB, o sea 1.105 billones de euros, o sea que casi todo lo que producimos y vendemos, lo debemos. La crisis económica de estos nueve años se deja notar de modo alarmante, así en el año 2007 sólo debíamos el 35% del PIB, y ahora, al acabar el 2016, debemos el 98,98%,  y , por aportar un dato que considero interesante, la deuda de todas las administraciones asciende a 721.828 millones de euros.

A partir de ahí hay que enfrentarse con la realidad y con las posibilidades que la misma ofrece. Algo difícil en un país  con altas dosis de desencanto, de frustración, incluso de desesperación, pues son muchos los ciudadanos que se consideran timados, engañados , y ejemplos y motivos los tenemos a diario , y si a esto le añadimos altas dosis de visceralidad   que nos hace azules o rojos,  defensores de lo público- como si lo público pudiera subsistir por sí mismo y  los ejemplos recientes alarman -   o detractores de lo privado, del Sporting o del Oviedo, del País o del ABC, de Zapatero o Rajoy, de Ponce o de José Tomás…la situación se complica, aunque afortunadamente esa teoría de la subsistencia, del mal  menor de momento la practicamos  y nos mantiene a flote, y es que en el fondo aún mendigamos una ilusión, una esperanza que nos mantenga vivos, pero, por favor, no más engaños, no más abusos .

  Y es que ha llegado el momento de aplicar de verdad el posibilismo político, de marcar las verdaderas prioridades, preferencias que nos  permita no sólo subsistir, sino avanzar. No se ajusta a criterios de conciencia que nuestros hijos hereden un país en ruina, bastante sufren ya para encontrar trabajo , pero para ello tenemos que apartar los dogmatismos ideológicos, las demagogias interesadas  y empezar a reconocer las realidades, los hechos , las verdades del mundo que vivimos,  y si mi ideología no se acomoda a la verdad objetiva  de los hechos, algo tendré que hacer , por lo menos seguir pensando, pero también actuando en consecuencia.

Este es el gran reto que tienen ante sí  todas las fuerzas políticas si de verdad les preocupa España y el futuro de todos nosotros, así, por ejemplo no se sostiene que después de once años de la promulgación de la Ley de la Dependencia, su aplicación no llegue al total de los afectados, aún hay casi 350.000 personas que carecen de ella, como tampoco se sostiene que el sistema sanitario varíe según la autonomía donde uno vive, o que la fiscalidad no se rija por criterios iguales y otros muchos temas donde impera la desigualdad, la desproporción.

Se dice que toda  crisis genera sus oportunidades, sus cambios, que es el momento de las posibilidades, de adaptarse a la cruda realidad de los hechos.  Y a ello nos debemos dedicar. Uno de nuestros mejores dramaturgos del teatro español, a quien no hace mucho se ha homenajeado y recordado al cumplirse cien años de su nacimiento, Don Antonio Buero Vallejo, hizo del posibilismo en el teatro el éxito de su vida, y su mejor prueba fue “Historia de una escalera”, la mejor  radiografía de la España de postguerra. Y es como dice el mismo Don Antonio  :”Hay que tener razón, pero no a destiempo”.


                                              José Antonio Noval Cueto .

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