La vida va tan rápida que uno va a tener que reclamar daños y
perjuicios por la lactancia infantil y la enseñanza recibida, pues muchas de las
bases de la misma han sido puestas en cuestión, y llevan a uno a asombrarse, cuestionar sus
principios, sus certezas, e incluso replantearse si en la naturaleza los seres son
sexuados o asexuados, ya que alguna eminente
autoridad de la progresía actual , sin el menor respeto por la biología y anatomía
humana, dice que esto depende de las circunstancias, no de la naturaleza , en clara oposición a los
principios ecológicos que dicen defender. Hipótesis que nunca han planteado
nuestros clásicos y que sólo defienden
supuestos intelectuales con la única
obsesión de destruir el pasado y omitir toda referencia a las bases culturales
que vertebran lo que hoy llamamos Europa, España, Occidente…en claro desprecio
a nuestras esencias, especialmente al cristianismo.
En mi artículo anterior reclamaba una defensa de las mismas y
denunciaba y reclamaba una mayor protección
y respeto para la música en español, ya que la lengua es sangre del espíritu y
más nos puede conmover la letra de nuestras canciones españolas que aquellas
cuyo contenido desconocemos. No han
pasado ocho días y nuevamente nuestra falta de personalidad sale a relucir.
España, como ya pasó el año pasado, va a
participar en Festival de Eurovisión con una canción en inglés, mensaje desconocido para la mayoría de los españoles, ya
que, afortunadamente , nunca fuimos colonia inglesa y si de algo se
lamentan nuestros políticos, periódicamente, y todos nosotros es que Gibraltar no sea española. Mientras escribo
estas letras retumba en mis oídos la letra triunfadora de Massiel allá en 1968,
que dice: “Yo canto a la mañana, que ve mi juventud y al sol que día a día nos
trae nueva inquietud…”
Siempre me ha sorprendido que en los temas medioambientales y
científicos las opiniones menos reclamadas
y respetadas sean las de los científicos, como también me preocupa que ante los dislates y locuras de la cultura
del envase y de la etiqueta falten voces de intelectuales que denuncien el engaño, la manipulación, digan ”¡basta!” e impidan que una falsa cultura, alimentada
por la imagen, la mentira y el me apetece se enseñoreé del mundo y evite los verdaderos retos del momento, o dicho de otro
modo que crea con velas y flores se frena la violencia de cuchillo y pólvora.
Hace ya algún tiempo que alguno de mis amigos me dice que sólo
lee a clásicos como Galdós, Baroja , Neruda, aunque eso le suponga ser
analfabeto informático, pues prefiere tener sentido crítico, pensar por sí
mismo, que ser mero sobreviviente de la
especie humano, seguidor del ruido y de
la imagen . Mi amigo reclama algo más y en ese algo más la base es el ser
humano, en toda su dimensión, de ahí esa necesidad de la búsqueda de las
esencias que quiero compartir con vosotros y que uno puede encontrar donde
menos lo espera. Así hace unos días me encontré con el testimonio de un joven
cantante de tonada, casi un adolescente, de nombre David Fernández, que después
de cantar tonada y flamenco – no es nuevo el hermanaje entre
ambos- al preguntarle Chus Pedro que qué
era lo que menos le gustaba de su oficio, la respuesta rápida y sin titubeos
fue: Cantar en inglés”. También por esos días en un artículo titulado “Los antiguos parapetos de Europa”,
su autor, el historiador inglés Hugh Thomas dijo: “Con la llegada del cine,
nuestra “cultura” tiene más influencia estadounidense que francesa o española, y no digamos ya alemana
o italiana. Dante, Schiller, Proust y García Lorca son importantes para mí, pero, para la mayoría
de mis conciudadanos, Hollywood cuenta mucho más”.
Creo que estos dos ejemplos justifican por sí solos la necesidad de buscar y defender nuestras esencias. Un saludo.
José
Antonio Noval Cueto.
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